“Desde el río [Jordán] hasta el mar [Mediterráneo]” no es una compadreada de multitud, un envalentonamiento de anonimato, un pecado sin consecuencias mayores de juventud. Ni siquiera es un mero eslogan que se apaga en cuanto la marcha se acaba. Prescribe la “solución” al problema que les plantea la existencia de un estado judío al liderazgo palestino
Dicen que Oscar Wilde dijo que el hombre es “menos él mismo cuando habla por sí mismo, pero que, con una máscara, dirá la verdad”. Claro que, qué verdad será esa; es difícil saberlo: ¿será la de la máscara o la del rostro que pretende ocultar? Es más, ¿hay verdad posible cuando es preciso tal procedimiento de suplantación o encubrimiento para emplazarla? No parece factible que, de una censura, de un disimulo pueda surgir la veracidad
¿Cómo se desinforma – o, puesto de otra manera, cómo se borra el límite entre la realidad, los hechos, y los intereses ideológicos de quien relata – pareciendo que se informa? El diario español ofrecía un ejemplo
El nombramiento de Sigrid Kaag como responsable al frente del mecanismo de supervisión de la ONU de los envíos humanitarios hacia la Franja de Gaza resulta en una nueva ocasión para evidenciar el "mecanismo" de omisiones de buena parte de los medios de comunicación en español
Una cosa es dar una serie de cifras sin contexto, de declaraciones incompletas, de mezquinas definiciones y silencios varios como si se facilitara un todo; y otra bien distinta es proporcionarle al lector, si no todos, sí aquellos elementos relevantes – desprovistos de ideología, interés, posicionamiento - que permitan comenzar a comprender un asunto dado
Qué medio más sencillo para perpetuar un conflicto que el de utilizar el sistema educativo para moldear las mentes infantiles en creencias estancas, en obediencias sin resquicios, en entregas absolutas. Qué fórmula más cínica que imbuir ese adoctrinamiento con el halo de la ayuda humanitaria, de una peregrina neutralidad ideológica y política
"A estas alturas, los intereses de la UNRWA en Gaza están tan entrelazados y, en muchos aspectos, tan alineados con los de Hamás, que a menudo resulta difícil distinguirlos”
El grupo terrorista Hamás, muchos medios de comunicación, alguna que otra agencia internacional y no pocas ONG, encontraron allí la punta del hilo habitual que, en lugar de conducir fuera del laberinto, conduce a la audiencia occidental al terreno de sus intereses
Debajo de Gaza, y, claro, de sus ciudadanos, el grupo terrorista palestino Hamás cuenta con una red de túneles en la que se ocultan sus miembros, donde almacena armamento, esconde secuestrados y hace circular contrabandos varios. En la superficie, se ha evidenciado (aún más) una red kafkiana de ignorantes simpatizantes, de laboriosos y confiados altavoces, y de cínicas complicidades (sean voluntarias o de estulta de utilidad)
Junto a ONG, entre otros, han roto los fieles de la balanza ética para que así pueda imponerse la opinión, la ideología, el capricho, la voracidad, el fanatismo de la minoría. Amplificar, distorsionar y silenciar (desoír la realidad, anularla con ruido o con censura)