El incansable trabajo de erosión de la razón y de la independencia de criterio ha trabajado como una implacable marea para que los opacos números de bajas sin distinción ofrecidos por un grupo terrorista funden las acusaciones peregrinas de “genocidio”; para que se acepten informes sin siquiera leerlos y analizarlos con la finalidad de lanzar el titular-acusación de una inexistente “hambruna”; y para decir “noticia”, “periodismo”, “prioridad”, donde sólo hay interés, omisión y repetición
Engañar, o sugerir el derrotero de la credulidad, es sencillo cuando se funda en un cuerpo de mentiras, medias verdades y prejuicios abultado y harto repetido. Basta pues con brevemente, y sin el escollo de la demostración y documentación, reproducir los términos resumidos de la idea, del embeleco
Según investigadores, los contenidos que excitan emocionalmente se asocian a un mayor intercambio en diversos contextos en línea. De hecho, la expresión de emociones morales puede desempeñar un papel importante en la difusión de contenido. Ideal para quienes han hecho de los flecos elementales de la moral su herramienta preferida para movilizar prejuicios y ocultar verdades
Ni rastro de labor periodística alguna – ni documentación, verificación, multiplicidad de fuentes. Nada. Ningún valor añadido a la mera repetición de acusaciones; a la mera difusión de los “talking points” de Hamás
Como el Barón Münchhausen montado en una bola de cañón, así parece ir buena parte de la atención mediática, sobre la propaganda de Hamás amparada por una ONU reconvertida en amplificador relaciones públicas.
La estupidez ha sido elevada al rango de comportamiento ilustre en occidente. Especialmente en los templos del saber a los que concurren los descendientes de las élites y los esforzados de la clase media. Pero también en la esfera de la dirigencia política y empresarial, donde la mediocridad ha encontrado un nido ameno. Es en estos espacios donde se festeja a sí misma, como si de un logro, una inteligencia portentosa se tratara; señalándose como proba e infalible sociedad, cuando en realidad es una señal bien distinta la que emite al mundo: aquí estoy, indefensa, predispuesta a ser utilizada, infiltrada, debilitada, asaltada
El medio publicaba un texto que, saltando de un hecho a otro, de un sitio a otro como un púgil, golpeaba a Israel con los instrumentos proporcionados por líderes palestinos y desde posturas y movimientos antisraelíes
Año tras año los medios aluden, dan cuenta, informan, con esa manera tan suya de desprenderse de todo contexto, de toda documentación, de todo sesgo ideológico, de la conmemoración de la denominada “Nakba”. Y lo hacen como quien recuerda el Holocausto, el Porraimos o el genocidio armenio
A cinco meses de la masacre del 7 de octubre, repasamos los titulares del diario español El País, empezando por sus primeras informaciones respecto a lo sucedido el mismo 7 de octubre y la subsiguiente guerra entre Hamás e Israel.
“Desde el río [Jordán] hasta el mar [Mediterráneo]” no es una compadreada de multitud, un envalentonamiento de anonimato, un pecado sin consecuencias mayores de juventud. Ni siquiera es un mero eslogan que se apaga en cuanto la marcha se acaba. Prescribe la “solución” al problema que les plantea la existencia de un estado judío al liderazgo palestino