La utilización – usurpación y trivialización – de los términos “campo” y “refugiados” encaja la ‘narrativa’ que hace del victimismo su eje central: justificación de sus acciones y crucial herramienta propagandística
La “realidad” que presentan algunos medios, parafraseando a Jean Baudrillard (Simulacra and Simulation), devora el contenido de la realidad, así como a la propia comunicación que dicen ejercer
Es curioso cuando un mismo hecho, narrado desde la misma perspectiva, adquiere elementos centrales disímiles. Es esperable cuando quienes refieren el hecho pertenecen, por decirlo de una manera, a bandos o intereses distintos
Los sucesos dejan de ser tales en buena parte de las crónicas sobre Israel en los medios españoles para transformarse, despreciado su valor, en mera partícula, ingrediente precursor de la historia que “hace” el narrador – y que sigue, reiterativa, un mismo patrón
Año tras año los medios aluden, dan cuenta, informan, con esa manera tan suya de desprenderse de todo contexto, de toda documentación, de todo sesgo ideológico, de la conmemoración de la denominada “Nakba”. Y lo hacen como quien recuerda el Holocausto, el Porraimos o el genocidio armenio
No, no lo sabía. O, seamos más respetuosos de la estadística, y digamos, no, muy probablemente no lo sabía. ¿Cómo iba a hacerlo si la amplísima mayoría de medios en español lo apartó de sus páginas, segmentos, etc.?
Si lo que ha costado fijar, puntualizar, es empleado con la liviandad y el afán de difamación o intimidación con que se emplean las palabras en las gradas de un estadio de fútbol o en un ring de boxeo; pierde toda capacidad de diagnóstico, de potencial capacidad disuasoria
La hipocresía reina entre los mediocres y los proselistas como el tuerto entre los ciegos. La moral es una palabra sin contenido: puro continente para atrapar adeptos, crédulos, despistados