The New York Times en español: una versión auto-censurada del original en inglés

Desde el titular, algo ya pintaba mal en la crónica (traducida del original en inglés) publicada por la versión en español del diario estadounidense The New York Times, sobre la investigación del Ejército israelí del ataque cercano a una escuela de Rafah, en Gaza, durante la operación militar de 2014 contra el grupo terrorista Hamas, luego del incesante ataque con cohetes por parte de este último.

Israel Clears Troops in Airstrike Near School in 2014 Gaza War” (“Israel absuelve a las tropas por ataque aéreo cerca de escuela en la guerra de Gaza de 2014”)

Así titulaba The New York Times, en su versión original, en inglés.

Pero su versión en español, introducía un giro que parece leve e inocente, pero no lo es:

El Ejército israelí justifica el ataque cerca de una escuela en Gaza en 2014

Pero no era lo único extraño que traía la versión en español del New York Times. Otra, más llamativa aún – a la par de preocupante – era la (auto) censura de unos párrafos, hacia el final de la crónica.

En la versión en inglés:

“Another case that was closed on Wednesday involved an Israeli strike on a building in the Bureij refugee camp that killed at least six members of the Zeyada family. Israel concluded that the strike was justified and legal; that the building was being used by Hamas, the militant group that dominates Gaza, as “an active command and control center”; that four of the casualties were military operatives, including three of the Zeyadas; and that Israeli forces did their best to limit harm to noncombatants by using precise munitions.

In a third case, involving the deaths of 12 members of the Siyam family in Rafah, the Israeli military concluded that no Israeli strike had occurred in the area at that time, and said the family had probably been hit by an errant mortar shell fired at Israel by a militant group.

The military also announced that it had ordered criminal investigations into two cases. One involved allegations of the abuse of a resident and the looting of his property, it said; the other involved claims of intentional discharge of a weapon and damage to property”.

La versión en español le ocultaba a sus lectores todo esto: que se cerró un caso sobre un ataque israelí contra un edificio en un “campo de refugiados” en Gaza, donde “al menos seis miembros de la familia Zeyada” fallecieron (¿no sabe el medio cuántos han fallecido a día de hoy?). La investigación llevada a cabo por Israel concluyó que el edificio estaba siendo utilizado por Hamas – al que el medio estadounidense se empeña en denominar “grupo militante”, aunque el gobierno de su país, entre otros, lo considere grupo terrorista -. Esta misma investigación concluyó que cuatro terroristas murieron en el ataque; y tres miembros de la familia Zeyada (¿no eran “al menos seis”? ¿O el diario estadounidense consideraba a los terroristas como miembros de la familia?). En resumen, la versión en español del New York Times evitaba mencionar un caso de utilización de civiles palestinos, por parte de Hamas, como escudos humanos. Algo que, por otra parte, la versión en inglés eludía explicitar.

Continuando con los párrafos borrados por la versión en español del New York Times, según la crónica original, una tercera investigación llevada adelante por Israel, que involucraba la muerte de doce miembros de la familia Siyam en Rafah, concluyó que no había habido ningún ataque israelí en esa área en ese momento, y decía que la familia probablemente había sido alcanzada por mortero errante disparado por un grupo terrorista (“grupo militante” en la “narrativa” promovida por el diario estadounidense) contra Israel.

Vaya. Qué cosas, aquellasque no “cabían” en el formato en español… Le sobraban, ni más ni menos,todas aquellas que apuntaran a una culpabilidad palestina… Qué casualidad.

A todo esto, es preciso señalar que la versión original sugería que es Israel (su investigación) el que dice que sus acciones fueron legales (según el derecho internacional). Pero lo cierto es que lo fueron más allá de que lo diga o no el Estado judío:

El ex Fiscal jefe de la Corte Penal internacional Luis Moreno-Ocampo, explicaba que el derecho humanitario internacional y el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional:

“…permiten a los beligerantes llevar a cabo ataques proporcionados contra objetivos militares, incluso cuando se sabe que habrá bajas o heridos civiles”.

El Dr. Barry A. Feinstein, en un ensayo (Legal Implications of Operation Cast Lead, Part 2) publicado por The Internet Journal of Rutgers School of Lawexplicaba que:

“Un objetivo militar puede ser atacado más allá de dónde esté localizado. No sólo la presencia civil no le dará inmunidad a un objetivo militar de sufrir operaciones militares, sino que de hecho se considera un crimen de guerra utilizar la presencia de civiles para lograr dicho objetivo”.

Y aclaraba, a su vez, que la obligación de prevenir bajas colaterales civiles bajo el derecho internacional consuetudinario recae principalmente en el lado del defensor (o atacado), ya que los civiles comúnmente están bajo el control de dicha parte – es decir, que el atacante no puede controlar sus movimientos o localización y usualmente desconoce su localización exacta.

En tanto, el Gatestone Institute indicaba que Dr. Françoise Hampton, , de la Universidad de Essex, en el Reino Unido, escribió sobre el concepto de “necesidad militar”:

“La necesidad militar es un concepto legal utilizado en el Derecho Internacional Humanitario como parte de la justificación legal para ataques de objetivos militares legítimos que pueden tener consecuencias adversas, incluso terribles, para los civiles y para los bienes civiles. Esto significa que las fuerzas militares, al planificar las acciones militares, están autorizadas a tener en cuenta los requisitos prácticas de la situación militar en cualquier momento y los imperativos de ganar.

Lo que constituye un objetivo militar cambiará durante el transcurso de un conflicto. Al destruirse algunos objetivos militares, el enemigo va a utilizar otras instalaciones con el mismo fin, lo que hace que sean objetivos militares y su ataque justificable bajo la necesidad militar”.

El contexto, cuando molesta a la idea preconcebida, es mejor quitarlo. O eso parece con la versión en español del diario estadounidense.

Además, es también imperioso señalar que no se menciona investigación alguna que responsabilicede manera puntual (indicando casos) al grupo terrorista palestino, que fue el que inició el conflicto bélico con el lanzamiento masivo e indiscriminado de cohetes contra Israel (250 cohetes en las tres semanas previas – 450 desde principios de ese año – ). El mismo grupo terrorista que el domingo, según la versión en inglés (la española también silenció esto) lanzó un cohete contra la ciudad israelí de Sderot.

Si CAMERA ha dado, y da, amplia cuenta del sesgo del diario The New York Times; mas su versión en español parece querer ir un paso más allá. Un paso largo, que salta aquello que no afea el rostro de Israel que se ofrece.

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