Forzando la lógica

En un artículo de la agencia Reuters que reproducía el 22 de julio de 2013 el diario colombiano El Tiempo, se indicaba que los palestinos declaraban que “no habrá acuerdo si [los israelíes] no reconocen las fronteras de 1967”. Y se indicaba que:

“[Los palestinos] Señalaron que las negociaciones formales no comenzarían hasta que no se satisfagan sus demandas.

Así, la posición palestina parecía minar las esperanzas de Estados Unidos de que el encuentro de Saeb Erekat y el representante de Israel Tzipi Livni en los próximos días reinicie el proceso de paz estancado desde hace casi tres años debido a los asentamientos judíos en la ocupada Cisjordania.

En otro revés para la reunión de los negociadores, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, planea obtener primero aprobación del Gabinete para las nuevas conversaciones, anunciadas el viernes por el secretario de Estado estadounidense, John Kerry”.

¿En qué contexto la aprobación del gabinete para las nuevas conversaciones es un revés para las negociaciones? ¿En qué contexto, un acto lógico y razonable dentro de una democracia puede equipararse a las demandas palestinas? ¿O es preciso forzar la lógica para que Israel también sea culpable?

En ningún momento, la agencia se molesta en aclarar que la vital Resolución 242 del Consejo de Naciones Unidas indica que Israel debe retirarse “de territorio”, sin señalar la extensión del mismo. En este sentido, y lógicamente, llamaba a la:

“Terminación de todas las situaciones de beligerancia o alegaciones de su existencia, y respeto y reconocimiento de la soberanía, integridad territorial e independencia política de todos los Estados de la zona y de su derecho a vivir en paz dentro de fronteras seguras y reconocidas y libres de amenaza o actos de fuerza…”.

Y a “lograr una solución pacífica y aceptada, de acuerdo con las disposiciones y principios de la presente resolución”.

Entonces, si la piedra angular – junto a la resolución 338 del propio Consejo – del proceso de paz no aclara fronteras, es lógico pensar que la demanda de los líderes palestinos es, efectivamente,un obstáculo para las conversaciones de paz que, justamente, deben conducir a establecer una frontera permanente, segura y reconocida.

¿En qué sistema lógico “[Los palestinos] Señalaron que las negociaciones formales no comenzarían hasta que no se satisfagan sus demandas” y “el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, planea obtener primero aprobación del Gabinete para las nuevas conversaciones” representan un mismo significado respecto de las conversaciones de paz?

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