Errores, falta de contexto y sesgo informativo

El diario español La Vanguardia publicó el 8 de abril de 2013 unacrónica producida por la agencia de noticias Europa Press, donde esta última obviaba la versión israelí sobre los hechos referidos, e incurría en el gigantesco (¿e ideológico?) error de mencionar a Tel Aviv como capital o centro de decisión política de Israel (aunque paradójicamente firma la crónica desde Jerusalén).

De hecho, Europa Press recogía la información pura y exclusivamente de dos agencias de noticias palestinas: WAFA, la agencia de la Autoridad Palestina; y Ma’an.

La agencia relataba que:

“El presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmoud Abbas,… ha subrayado que Israel deberá frenar la construcción de asentamientos judíos en territorio palestino, especialmente el planeado en la zona E1, que, de llevarse a cabo, dividirá Cisjordania y aislará Jerusalén”.

¿Qué se va a negociar entonces, si Abbas ya decidió lo que es “territorio palestino”?

Es preciso aclararle al lector que sólo a través de negociaciones se llegará a un trazado definitivo de fronteras, tal como lo indican las Resoluciones 242 y 338 (vinculantes) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y los propios acuerdos bilaterales entre palestinos e israelíes.

Además, en cuanto a dichos acuerdos, Jeffrey S. Helmreich, teórico del derecho, en un artículo de 2003 (Diplomatic and Legal Aspects of the Settlement Issue) indica que:

“…el acuerdo de paz alcanzado por Israel y los palestinos en Oslo, junto con el Acuerdo Provisional de 1995, permiten el crecimiento de los asentamientos [judíos]así como el crecimiento – y la creación – de comunidades palestinas en los territorios disputados. … El estatuto jurídico se debía alcanzar y decidir sólo en las negociaciones de estatus finales que, lamentablemente, nunca ocurrieron. Hasta que este punto sea alcanzado, el crecimiento de asentamientos [en el área C] permanece dentro del alcance legal de los Acuerdos de Oslo”.

Existe, a su vez, abundante material que explica las diferentes aproximaciones legales sobre este tema.

Por otra parte, sólo con mirar un mapa de la zona hubiese bastado para no incurrir en el error de asegurar que la posible construcción en la zona denominada E-1 dividiría Cisjordania y aislaría Jerusalén. Pero, al parecer, contrastar la información no es una prioridad para Europa Press.

El analista de CAMERA, Eric Rozenman explicaba, en un artículo (A Stacked Deck – the NPR Formula at Work) de 4 de enero de 2006 que:

“La construcción israelí a lo largo las 4 millas (6.44 kilómetros) del área E-1 ‘no desmembraría’ nada, dejando a los palestinos en Cisjordania tanta contigüidad territorial como los israelíes tienen dentro de la Línea verde pre ‘67 al norte de Tel-Aviv. Así como los israelíes deben tomar rutas indirectas, circunvalando Cisjordania para viajar al norte y al sur de su país, los palestinos afrontarían una situación comparable en su territorio…”.

En tanto, Ricki Hollander y Gilead Ini, también analistas en CAMERA, abordaron en 2005 (Updated: The “Contiguity” Double Standard) este mismo tema. En su artículo, indicaban que:

El acceso a Jerusalén a través de Abu Dis, Eizariya, Hizma y Anata no se vería impedido por el barrio propuesto, ni se vería impedido por una serie de barrios que conectaran Ma’aleh Adumim con Jerusalén”.

La agencia, en cambio, proseguía informando que:

“Como segundo requisito, Abbas ha apuntado a la liberación de todos los palestinos encarcelados en Israel, en concreto, de los que se encuentran en esta situación desde antes de la firma de los Acuerdos de Oslo, en 1993”.

El propio Mahmoud Abbas explicó en la televisión palestina (Fatah) el 14 de Febrero de 2005, según dio cuenta Palestinian Media Watch (Abbas reconoce haber enviado a terroristas para matar a israelíes) de qué presos habla:

“Exijo [la liberación de] presos porque son seres humanos que hicieron lo que nosotros, nosotros, les ordenamos que hicieran. Nosotros, la Autoridad. No se deberían ser castigados mientras nos sentamos en una mesa de negociación. Esto es la guerra. Uno (Israel) ordenó a un soldado que matara, y yo ordené que mi hijo, hermano, u otros, realizaran el deber de la resistencia… Esta persona mató y la otra persona mató. Entonces, ¿por qué dicen que las manos de esta persona están manchadas con l sangre, y que debe permanecer en prisión?”

Por un lado, Abbas admitió haber ordenado ataques terroristas; y por otro, que los presos cometieron crímenes. Pero a la agencia de noticias esto le trae sin cuidado. Reproducir las declaraciones de Abbas sin más, ¿es un buen quehacer periodístico?

Europa Press continuaba asegurando que:

“Las conversaciones directas entre palestinos e israelíes se reanudaron en septiembre de 2010, pero se suspendieron ese mismo mes por la negativa de Tel Aviv a prorrogar la moratoria sobre la construcción de asentamientos en Cisjordania”.

Primero, Tel Aviv es tan capital de Israel, como Barcelona lo es de España o Milán de Italia; le guste a la agencia o no. Las cuestiones ideológicas no pueden ni deben trastocar la realidad. La sede del gobierno israelí está en Jerusalén; en el sector Occidental de dicha ciudad.

Y, prosiguiendo, el profesor de Derecho de la Universidad de Harvard, Alan Dershowitz, en un artículo del 5 de julio de 2012 advertía que:

“Israel aceptó una moratoria de 10 meses en 2009, pero la Autoridad Palestina no se acercó a la mesa de negociación hasta semanas antes de que dicha moratoria caducara. Sus negociadores exigieron que la moratoria se prolongara indefinidamente. Cuando Israel se negó, se retiraron de la mesa de negociación”.

Es decir, que la Autoridad Palestina esperó a último momento para sentarse a la mesa de negociación. Pero esto, la agencia, no lo aclara. ¿“Intransigencia” israelí o falta de compromiso palestino para la paz?

Asimismo, Mudar Zahran, académico jordano, en un artículo del 13 de julio de 2012 publicado por el Gatestone Institute, puntualizaba que:

“Israel ha ofrecido tales [moratorias, retirada de territorios] ‘gestos de buena voluntad’ a los palestinos con anterioridad, pero los gestos reciprocados nunca fueron de tan buena voluntad. A cambio de los ‘gestos de buena voluntad’ [que se le piden a Israel], Israel obtiene contusiones. Luego de que Israel se retirara de Gaza en 2005, sacando a sus propios colonos israelíes de sus hogares a la fuerza, Hamas utilizó dicha retirada para su propia propaganda, afirmando que era una victoria sobre Israel, y posteriormente comenzó a lanzar más cohetes Kassam desde Gaza hacia las ciudades del sur de Israel… […] ¿Por qué una extensión de una moratoria sobre los asentamientos israelíes o una total retirada israelí de Judea y Samaria no habría de conducir otra vez a una explosión de las actividades terroristas…? Los precedentes sugieren que el resultado no sería diferente. Lo que es extraño es cómo el mundo le ha venido pidiendo a Israel que detenga la construcción de asentamientos en su propia tierra”.

¿Puede olvidarse mencionar, en este contexto, la retirada total y unilateral de Israel de Gaza y los ataques terroristas consiguientes? No parece un hecho menor, sobre todo cuando se le exigen a Israel “gestos de buena voluntad” y precondiciones para iniciar las negociaciones. En este sentido, no es menor el papel que han jugado los medios a la hora de crear la idea de que es el Estado Judío el “intransigente” y el que debe demostrar buena voluntad, el que debe ceder. Noticias como esta que presenta Europa Press, ahondan esa convicción.

Además, al hablar del proceso de paz entre israelíes y palestinos, ¿no es acaso es relevante y perentorio mencionar hechos – no aislados ni infrecuentes – como los que daba a conocer Palestinian Media Watch el 3 de abril de 2013? :

“A principios de este mes, se les enseñó a los niños palestinos odio (basado en el Islam) hacia los judíos en un programa (El mejor hogar) semanal de la televisión de la Autoridad Palestina. Una niña recitó un poema repleto tanto de mensajes de odio islámico y otros libelos demonizando a los judíos. El poema le enseñaba a los niños palestinos que los judíos, ‘enemigos de Alá, los hijos de los cerdos’, profanaron el Corán y Jerusalén, ambos, crímenes contra el Islam, y ‘asesinaron niños’, ‘les cortaron sus extremidades’ y ‘y violaron a las mujeres en las plazas de la ciudad’”.

¿Un incentivo para la paz?

En este mismo sentido, el 15 de marzo de 2013 la televisión rusa transmitió una entrevista con Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) que reveló que el líder palestino opina que entre la política de la organización terrorista Hamas y la de la ANP “no existe ninguna diferencia” –tal como lo difundió MEMRI-, apesar de que Hamas está considerado como grupo terrorista por varios países, entre ellos toda la Unión Europea y Estados Unidos.

¿No es acaso significativa esta información para brindar un marco acabado sobre el tema del que se está informando?

En la era de la informática y de internet, no hay excusas para este tipo de “olvidos”.

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