Una flotilla de un solo barco y la desinformación de siempre

A raíz del intento del velero Estelle de romper el bloqueo naval israelí sobre Gaza, el periódico La Nueva España publicó un artículo el 21 de octubre de 2012, titulado Israel asalta la flotilla a Gaza y confina en una base a sus ocupantes.

Para comenzar, el velero fue interceptado y no asaltado. Es más, el diario Los Andes, de argentina, titulaba y ampliaba, el mismo día:

“Israel detuvo un velero finlandés con ayuda para la Franja de Gaza”
“Intentaba romper el bloqueo que Israel mantiene sobre territorio palestino. Llevaba material escolar, médico y de construcción”.

Por otra parte, el Informe Palmer, al que La Nueva España no menciona, indica:

“Hemos dejado claro que consideramos que Israel tiene derecho a imponer el bloqueo naval [sobre Gaza]. De lo que se deduce que Israel tiene también el derecho de hacer cumplir la ley [el bloqueo].

Para que Israel mantenga el bloqueo, este tiene ser eficaz, por lo que debe hacerlo cumplirLa aplicación puede tener lugar en alta mar y podrá ser realizadas por la fuerza si el buque se resiste. En este punto del análisis no se plantean dificultades”.

Además, un artículo del 20 de octubre de 2012 del diario El Mundo – y que supone un ejemplo de información equilibrada – sostiene que:

“… los propios organizadores de Estelle asumían este desenlace en una misión con más carácter reivindicativo que de envío de ayuda humanitaria.

Sabemos que en Gaza no necesitan nuestros productos pero si nuestra solidaridad…’ declaraba esta semana Dror Feiler, un sueco de origen israelí a bordo del Estelle. Todo un veterano en estas lides ya que ha participado en las tres flotillas”.

El texto de la crónica publicada continuaba diciendo que:

“Fuentes del ministerio de Defensa en Tel Aviv han afirmado a la radio pública que la orden de abordar el barco ‘responde a la política confirmada por el Informe Palmer de la ONU publicado tras el Mavi Marmara que defiende el derecho de Israel a evitar el contrabando de armas a los grupos terroristas‘”.

Pero para La Nueva España, ese informe no existía y, mucho menos, los motivos que llevaron a implementar un bloqueo sobre Gaza.

Tambiénes llamativo que no se pregunte por la motivación detrás del viaje del Estelle: un velero de escasa envergadura, ¿cuánto material puede transportar? No es, además, interesante para el periodismo preguntarse ¿cuál es la relación entre el coste del material y el del viaje en sí? ¿Quién paga la cuenta del viaje que comenzó en Noruega en agosto? ¿Qué sentido tiene en la actual conyuntura enMedio Oriente, ante elconflicto en Siria donde el número de emigrados y muertos aumenta diariamente?
Por su parte, la agencia EFE, también informó sobre el tema. Lo hizo el 20 de octubre de 2012 con el siguiente titular:
“Los tres españoles de la III ‘Flotilla’, asaltada por Israel, afrontan la repatriación o su detención”.
Una vez más, se da la idea de una acción ilegal y violenta, que en realidad no tuvo lugar.
Para cerrrar la información, la agencia de noticias se retrotrae en el tiempo y explica, en uno de los últimos párrafos, las causas la imposición del bloqueo:

“Israel impuso el bloqueo marítimo a la franja de Gaza en 2007, después de que el movimiento islamista Hamás se hiciera con el control de la franja y expulsara de allí a las fuerzas leales a Mahmud Abás, presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP)”.

Es llamativo que dichos motivos sean expuestos erróneamente, ya que el propio Informe Palmer, al que la agencia no menciona al referirse a la primera flotilla, los explica sucintamente, a la vez que indica la fecha de inicio de aplicación dicho bloqueo marítimo:

“Israel se ha enfrentado y sigue enfrentándose una amenaza real para su seguridad por parte grupos militantes en Gaza. Se han lanzado cohetes, misiles y morteros desde Gaza hacia Israel desde 2001. Más de 5.000 fueron lanzados entre 2005 y enero de 2009, cuando se impuso el bloqueo naval.[…] Desde 2001, esos ataques han causado más de 25 muertos y cientos de heridos. La magnitud de las consecuencias psicológicas en la población afectada no puede ser subestimada. Además, ha habido considerables pérdidas materiales. El propósito de estos actos de violencia, que han sido condenados repetidamente por la comunidad internacional, ha sido hacer daño a la población de Israel. Parece obvio que detener estos actos violentos fue un paso necesario para Israel a fin de proteger a su pueblo”.

En 2007 Israel impuso restricciones en los pasos fronterizos terrestres luego de que Hamás se hiciera con el poder en la Franja. El bloqueo marítimo a partir de 2009 se impuso luego de que en reiteradas ocasiones se interceptaran barcoscargados de armas en dirección a Gaza.

A este respecto, el Informe Palmer señala:

“El principio fundamental de la libertad de navegación en alta mar está sujeto a unas pocas excepciones en virtud del derecho internacional. Israel enfrenta una verdadera amenaza para su seguridad por parte de grupos militantes en Gaza. El bloqueo naval se impuso como una medida legítima de seguridad con el fin de evitar que las armas de entrar en Gaza por mar y su aplicación han cumplido con los requisitos del derecho internacional”.

El informe también deja muy claro un punto:

No hay derecho dentro de las normas legales [del Bloqueo] para incumplir un bloqueo como medida (o derecho) de protesta. Romper un bloqueo, es por lo tanto, un grave paso que entraña un riesgo de muerte o lesiones”.

Si las ONG invocan constantemente supuestas violaciones al derecho internacional por parte de Israel, ¿no es acaso pertinente que el periodismo ofrezca la información cabal, más allá de las meras opiniones de “activistas” ideológicamente posicionados?
Y, ¿cómo es posible que al hablar sobre este tema tan concreto, no se cite el Informe Palmer y su contenido? ¿O sólo es dable citar un informe de la ONU cuando éste es desfavorable para Israel?

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