Jordania reclama el ‘área-C’ y afirma que Cisjordania aún le pertenece

Hassan Bin Talal, príncipe del Reino Hachemita de Jordania entre 1955 y 1999, afirmó en una reunión con ciudadanos palestinos que Cisjordania es parte del Reino Hachemita de Jordania, y que, aunque él no se opone a la solución de Dos Estados entre Palestina e Israel, en estos momentos ésta “resulta irrelevante”, según publicó MEMRI.

El príncipe es una de las personalidades más recocidas y premiadas del mundo musulmán. Ha sido nombrado Doctor Honoris Causa en más de una veintena de universidades de todo el mundo. Asimismo, ha sido responsable de representar el diálogo oriente-occidente y preside o integra varios comités directivos de empresas y organizaciones de la comunidad internacional, entre ellos el Comité de Expertos Independientes de las Naciones Unidas.

El discurso en el que el príncipe jordano reclama la soberanía del Reino Hachemita sobre Cisjordania fue difundido por el medio de comunicación Almustaqbal-a.com y tuvo lugar el 9 de octubre en una reunión con ciudadanos palestinos de Nablús. Dicho evento fue organizado por Taher el-Masri presidente del Senado de Jordania de origen palestino.

Bin Talal afirmó que se reunirá con otras organizaciones civiles palestinas, y señaló que en Jordania se denomina “zona-C” a Cisjordania y Jerusalén Este. Para el príncipe, sería “humillante” para el Reino Hachemita renunciar a esas tierras, pues advirtió que entonces su país tendría que enfrentarse a numerosos enemigos dentro del mundo musulmán.

Asimismo, Bin Talal aseguró que Ahmad Al Shukeiri, uno de los fundadores de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Jerusalén, era un huésped del Rey de Jordania cuando se fundó esa institución, además de afirmar que la fuente para reclamar la soberanía de Cisjordania no es otra que la Ley jordana, un hecho que “incluso los palestinos reconocen”.

Contexto

Jordania se hizo con el control de Cisjordania a partir de 1948, después de que sus tropas se unieran a las de varios países árabes – entre ellos Egipto, Siria e Irak – para atacar al Estado judío inmediatamente después de que éste declarara su independencia, fundada en la resolución 181 de la Asamblea General de la ONU.

El dominio jordano en la región perduró hasta 1967, cuando, luego de la Guerra de los Seis Días, en la que tropas de varios países vecinos, incluida Jordania, atacaron nuevamente al Estado judío, Israel pasó a administrar ese territorio luego de derrotar al ejército jordano.

No obstante, durante su periodo de dominio en Cisjordania el Reino Hachemita la unió al resto de Jordania en 1950 y constituyó el Parlamento del país, en base a una representación equitativa de las dos jordanias –Este y Oeste; Trans y Cis-, cada una con una representación de 33 congresistas. Este sistema perduró hasta 1967, cuando se celebraron las últimas elecciones parlamentarias jordanas antes de la Guerra de los Seis Días.

En 1974 la Resolución de Rabat reconoció a la OLP como el “único representante legítimo” de los palestinos. 14 años después, en 1988, el Rey Hussein de Jordania interrumpió un plan de desarrollo de mil 300 millones de dólares para Cisjordania y meses después se produjo una renovación legislativa en el Reino Hachemita, que escindió a Cisjordania por completo y dejó de tomarla en cuenta dentro del reino jordano.

Así, el príncipe Bin Talal se suma a la reivindicación por palestina de sus antepasado, y exige Cisjordania para su reino. Esto ocurre en momentos en que la Autoridad Nacional Palestina es criticada por la baja participación ciudadana durante las recientes elecciones, en las que participo menos de la mitad del padrón de votantes de Cisjordania; y en medio del reconocimiento tácito del Reino de Qatar a la autoridad del grupo terrorista Hamas en la franja de Gaza.

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