New York Times en español: perdidos en la traducción y suprimiendo información

Es llamativo que la edición en español del New York Times no pueda traducir correctamente y completamente los artículos de la versión original en inglés. Muy llamativo.

El 4 de julio de 2018, la edición en español titulaba “Israel sanciona a los palestinos por ayudar con dinero a prisioneros, un texto que en la edición en inglés era encabezado de la siguiente manera:

“Israel penaliza/sanciona a los palestinos por los pagos a presos y ‘mártires’”.

Para comenzar, no son “prisioneros”, son presos. Están encarcelados por crímenes por los cuales han sido condenados. Es el problema de traducir con traductor en línea: la palabra inglesa “prisoner” se traduce como “prisionero”, “detenido”, “preso”. Hay que saber el significado de cada una de ellas en español para utilizar la que se aplica a este caso en particular. En definitiva, hay que saber traducir.

Por otra parte, en ningún momento se dice en inglés que se trate de una “ayuda”. De hecho, se utiliza la palabra “mártir”, con la que los palestinos designan a aquellos que han muerto por la “causa”, es decir, atacando, enfrentándose a Israel.

De hecho, en este sentido, el texto en inglés indicaba que la ministra de Exteriores australiana, Julie Bishop declaró, luego de que el gobierno de su país anunciara la interrupción de la ayuda económica directa a la Autoridad Palestina debido al pago a presos palestinos y a las familias de los “mártires”, que “cualquier ayuda proporcionada a la OLP a aquellos condenados por actos de violencia motivada políticamente, es una afronta a los valores australianos y socava la perspectiva seria de paz entre Israel y los palestinos”.

Evidentemente, no solo Israel ve el pago a los presos como una recompensa para estos, y como incentivo para que ciudadanos palestinos cometan los mismos ataques por los que aquellos han sido condenados. Mas, la edición en español del diario estadounidense decidió dar por válida la versión palestina, que afirma que se trata de una “asistencia social necesaria” – frase que, por otra parte, en ambos textos (español e inglés) no aparecía entrecomillada, como sí, en cambio, lo hacía la que informaba que dicha “política, [ha sido] tildada por sus críticos de ‘pagos por asesinato’”.

De esta manera, el New York Times en español al parecer juzgaba necesario maquillar la realidad – no es que la edición en inglés sea mucho mejor -; y es que, llamativamente, omitía toda mención a la decisión australiana y a las declaraciones de su ministra, mencionadas anteriormente…

Como también silenciaba un pasaje de un párrafo en el que se señalaba que “los funcionarios palestinos dicen que muchos de los prisioneros y los muertos no han estado involucrados en ningún ataque a los israelíes, y que suspender los pagos causará aún más enojo entre muchos palestinos”, y que en la edición en inglés continuaba diciendo que:

“El Sr. Abbas dice que la violencia no sirve a la causa palestina y que sólo apoya la resistencia no violenta, y sin embargo todos los palestinos que mueren en el conflicto son honrados en la sociedad palestina como ‘mártires’ y todos los que están en prisión en Israel son considerados presos políticos”.

Es decir que, según la propia Autoridad Palestina, aquellos presos en cárceles israelíes, lo están por llevar a cabo (o intentarlo) acciones violentas contra Israel… En español, los lectores del New York Times, ni se enterarán.

Pero no se quedaba ahí el trabajo de censura. La crónica original indicaba que, en marzo, Benyamin Netanyahu elogió al gobierno de Estados Unidos por la aprobación de una ley que suspendía parte de la ayuda financiera a los palestinos por los estipendios pagados a las familias de los palestinos muertos o encarcelados por realizar ataques contra Israel. Esa ley, apuntaba la crónica, fue denominada “Taylor Force Act”, en honor a un estadounidense asesinado en Israel por un palestino en 2016.

Un crimen de sangre que no encaja, claro está, en la versión de “asistencia social” y disputa de “interpretaciones” o “puntos de vista” – vamos, el famoso, “él dijo”, el “otro dijo”, dondeello que dicen losisraelíes es dudoso, sospechoso– que promueve la edición en español del New York Times.

Ahora, la pregunta que surge es evidente: ¿Por qué apoya una “versión” que va a contrapelo de los hechos? Porque de eso se trata la supresión de párrafos y pasajes; la modificación del titular.

¿Contestará el medio a la pregunta anterior?

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