LA SEXTA TV se censura para no ofender al activismo anti-israelí

En público y a la vista de todos los usuarios de redes sociales, el 25 de julio de 2016, el canal español LA SEXTA TV, evidenció su sometimiento al activismo anti-israelí.
En medio de una serie de reportajes sesgados, que supuestamente pretendían reflejar la vida en Gaza, la cadena emitió uno mencionando el machismo del que son víctimas las mujeres de la Franja. No obstante, la pieza no hacía mención alguna a ese aspecto, y tan sólo se centraba en culpar a Israel del bloqueo.

El grupo ACOM alertó por twitter a ReVista de Medio Oriente de que parte del contenido de dicho reportaje había sido eliminado y añadía a su denuncia una captura de pantalla de aquello que había sido censurado:

Es decir que se decidió que la información acerca del maltrato y la segregación a la que son sometidas las mujeres gazatíes por parte de Hamás, no debería haber sido compartida con la audiencia. Omisión consciente de una realidad que no seguía la línea ideológica marcada por la cadena.

Tras el tirón de orejas de la activista anti-israelí y colaboradora del diario español El Mundo, Isabel Pérez, la SEXTA TV mostró su obediente disculpa que aseguraba que ya todo estaba como se quería en Gaza. Eso, a costa de sacrificar la verdad.

Por si alguien sospecha que Isabel Pérez puede ofrecer una visión medianamente objetiva de lo que sucede en Gaza. Aquíañadimos algunas capturas de pantalla de tuits suyos, en los que ella misma se muestra y demuestra como una activista y luchadora anti israelí:

También quien Yolanda Álvarez, quien fuera corresponsal de la cadena pública Radio Televisión Española, acudió en ayuda del buen nombre de Hamás.

Yolanda Álvarez, por su parte,ha sido acusada de activismo y se ha prodigado en eventos anti-israelíes.
Tal vez no haya burka en Gaza, pero sí Niqab, que representa una manera de sometimiento a la mujer.
Ojalá Yolanda Álvarez se hubiera mostrado tanrigurosa cuando, desoyendo las otras versiones,acusaba a Israel de haber bombardeado una zona que acababa de bombardear Hamás.

Igualmente se habría agradecido tanta precisión en el tratamiento de la información, cuando Isabel Pérez inventaba inexistentes presas israelíes para culparlas de inundaciones naturales en Gaza.

Desde siempre se ha dicho o maliciado que los medios de comunicación obedecen a ciertos intereses políticos, económicos e idológicos. Mas, esta conjetura no siempre ha quedado en mera sospecha de palmadas en los hombros o llamadas telefónicas tras bambalinas.

LA SEXTA TV se quitó los velos y mostró su sometimiento a los intereses del activismo anti-israelí al censurar su crónica sobre la mujer en Gaza, desatendiendo a la realidad, abandonando a las víctimas a su suerte, tan sólo porque no encajan en su agenda ideológica.

¿Tendrá algo que decir la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE)?

Ante el constante desprecio mediático a la profesión perriodística, recordemos qué dice el código deontológico de la FAPE:

2. El primer compromiso ético del periodista es el respeto a la verdad.

3. De acuerdo con este deber, el periodista defenderá siempre el principio de la libertad de investigar y de difundir con honestidad la información y la libertad del comentario y la crítica.

13. El compromiso con la búsqueda de la verdad llevará siempre al periodista a informar sólo sobre hechos de los cuales conozca su origen, sin falsificar documentos ni omitir informaciones esenciales, así como a no publicar material informativo falso, engañoso o deformado. En consecuencia:

a) Deberá fundamentar las informaciones que difunda, lo que incluye el deber que contrastar las fuentes y el de dar la oportunidad a la persona afectada de ofrecer su propia versión de los hechos.

b) Advertida la difusión de material falso, engañoso o deformado, estará obligado a corregir el error sufrido con toda rapidez y con el mismo despliegue tipográfico y/o audiovisual empleado para su difusión. Asimismo difundirá a través de su medio una disculpa cuando así proceda.

18. A fin de no inducir a error o confusión de los usuarios, el periodista está obligado a realizar una distinción formal y rigurosa entre la información y la publicidad.

Por ello, se entiende éticamente incompatible el ejercicio simultaneo de las profesiones periodísticas y publicitarias.

Igualmente, esta incompatibilidad se extenderá a todas aquellas actividades relativas a la comunicación social que supongan un conflicto de intereses con el ejercicio de la profesión periodísticas y sus principios y normas deontológicas.
Por ejemplo, la propaganda ideológica.

La activista y “colaboradora periodística” Isabel Pérez pide o fantasea con que un grupo terrorista, como la Yihad Islámica lance cohetes contra Israel (contra su población civil), mientras en el norte otro grupo terrorista, Hezbollah, hace lo propio.

¿Periodista?

No. Activista. Una activista a la que LA SEXTA TV obedeció sin rechistar, y a la que El Mundo continúa dando espacio para su propaganda.

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