La OLP dice, Europa Press difunde

La OLP (Organización para la Liberación Palestina) dice. Pero, ¿quién dice lo que dice? ¿Tiene algún interés particular? La OLP dice, y la agencia española de noticias Europa Press reproduce sin poner las afirmaciones de la organización palestina en contexto: así, se trata de una opinión más, de las tantas, sobre las decisiones internas del gobierno israelí. ¿Una opinión más?

El 26 de noviembre de 2014, la agencia de noticias publicaba las afirmaciones de la OLP sobre el proyecto de ley del gabinete ejecutivo israelí para para declarar a Israel como Estado judío. Unas afirmaciones que no estaban sostenidas por ningún argumento basando en hechos o razonamientos fundados, sino por la retórica propagandística habitual que buscan deslegitimar al Estado israelí.

Según señalaba la agencia, para la OLP, dicho proyecto de ley “mina el proceso de paz basado en la creación de dos estados”.

Lo que no se explica es cómo una ley israelí sobre la identidad de su propio Estado “mina el proceso de paz…”.

Quizás la Carta de la OLP (de la cual Fatah es miembro mayoritario, y de la cual son también miembros el PFLP, DFLP y el Partido del Pueblo Palestino, entre otros) lo aclare. En su primer y segundo artículos decreta:

Palestina es la patria del pueblo árabe palestino; es una parte indivisible de la patria árabe, y el pueblo palestino es una parte integral de la nación árabe.

Palestina, con las fronteras que tenía durante el mandato británico, es una unidad territorial indivisible”.

En el artículo 20, sostiene que “la Declaración Balfour, el Mandato de Palestina y todo lo que se ha basado en ellos, se consideran nulos y sin efecto”.

Ahora se “comprende”: la OLP no reconoce la existencia de Israel y, desde su propia carta, reclama todo el territorio del Mandato Británico – bueno, todo no, Jordania queda excluida de sus pretensiones. ¿No es la OLP la que no reconoce la solución de dos Estados?

Pero la agencia Europa Press no se molestaba en poner a sus lectores en antecedentes. Las acusaciones de la OLP eran suficientes. A fin de cuentas, Israel es, siempre, culpable de todo lo que suceda en esa región, de todo de lo que se lo acuse.

A su vez, el artículo 21 de la carta de dicha organización afirma que:

El pueblo árabe palestino, que se expresa a través de la revolución palestina armada, rechaza todas las soluciones que son sustitutos de la liberación total de Palestina y rechaza todas las propuestas encaminadas a la liquidación del problema palestino, o su internacionalización”.

Lo único que ha cambiado de este punto, es el rechazo de la internacionalización del “problema palestino”.

Cabe remarcar que esta carta, que en el marco de los acuerdos de Oslo de 1993, los palestinos estaban obligados a modificar– especialmente en aquellos puntos en los que se suscribe la acción armada como solución, la eliminación de Israel y el no reconocimiento del derecho de Israel a existir (es decir, el no reconocimiento de la solución de dos estados), ha permanecido inalterada.
Autoridad Palestina (gobernada por Fatah)
El artículo 2 del borrador de Constituciónpalestina de 2003 (revisado el 21/02/2014) estipula:
Palestina es parte de Patria Árabe. El Estado de Palestina se rige por la carta de la Liga de Estados árabes. El pueblo palestino es parte de las naciones islámica y árabe…”.
Y el artículo 7 decreta que:
Los principios de la Sharia islámica son una fuente principal de legislación. Los seguidores de las religiones monoteístas tendrán su estatuto particular y sus asuntos religiosos organizados según sus sharías [leyesreligiosas]y las confesiones religiosas en el marco de la ley [positiva], preservando la unidad e independencia del pueblo palestino”.
La religión como fuente legislativa, y los creyentes de otras religiones con “un estatuto particular”… siempre y cuando se “preserve la unidad e independencia del pueblo palestino”, es decir, el carácter árabe e islámico del Estado.

En tanto, Europa Press citaba a la OLP sin matizar ni explicar absolutamente nada:

“… el proyecto supone ‘la abolición del acuerdo de reconocimiento mutuo’.

…el proyecto supone ‘una decisión política racial para continuar con el saqueo de la tierra y los derechos de los palestinos’, recalcando que el mismo ‘viola el Derecho Internacional y todas las convenciones internacionales’”.

‘La ley legalizará el racismo y la discriminación en todos los aspectos de la vida y constituirá una continuación del plan de (el primer ministro israelí) Benjamin Netanyahu para transformar Israel en un país basado en el racismo’”.

Pero, ¿qué dice el proyecto de ley? ¿Cuáles son sus principios básicos?

La OLP, claro está, no los mencionaba, se limitaba a repetir acusaciones añejas. Mas, ¿por qué no los mencionaba Europa Press? ¿Acaso no es dicho proyecto de ley el objeto de las denuncias de la OLP, y el objeto de la noticia?

Según la cuenta oficial de Facebook del Primer Ministro de Israel:

1. La tierra de Israel es la Patria histórica del Pueblo judío y el lugar en el que el Estado de Israel se estableció.

2. El Estado de Israel es el Hogar Nacional del Pueblo judío donde se ha ejercido su derecho de auto-determinación a su herencia cultural e histórica.

3. El derecho de ejercer la auto-determinación nacional en el Estado de Israel es única para el Pueblo judío.

4. El Estado de Israel es un Estado democrático, basado en los principios de libertad, justicia y paz, de acuerdo con la visión de los profetas de Israel, proveyendo de libertades personales a todos sus ciudadanos de acuerdo con todas las leyes.

¿Cómo se “legalizará el racismo y la discriminación”?

Un artículo del diario El Mundo del 23 de noviembre de 2014 indicaba justamente, que en el proyecto se garantiza “la igualdad de los derechos individuales para todos los ciudadanos independientemente de su raza, religión o sexo” pero se aclara que “el derecho nacional en Israel está reservado al pueblo judío”. Es decir, el derecho a auto-determinarse como Estado-Nación, en tanto Pueblo judío. A fin de cuentas, la resolución 181de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 1947 recomendaba la partición del Mandato Británico (su parte occidental, puesto que la oriental había sido concedida a la dinastía hachemita) en dos estados independientes: “un estado árabe y un estado judío…”.

En tanto, la agencia concluía diciendo que:

“El proyecto de ley será tramitado este miércoles en la Knesset o Parlamento israelí, aunque una vez aprobado por el Consejo de Ministros –que funciona como un pequeño parlamento– el visto bueno del Legislativo es un mero trámite”.

El artículo de Europa Press estaba fechado el miércoles 26 de noviembre, y sugería que ese mismo día sería tratado el proyecto en el la Knesset… y que, claro, se trataba de un “mero trámite”… ¿De veras?

Ya el 23 de noviembre, la crónica de El Mundo comentaba que:

“Antes de convertirse en ley, el proyecto deberá someterse a muchas reuniones, interpretaciones, discusiones, amenazas de elecciones anticipadas y peleas mediáticas”.

Por su parte, el mismo 26 de noviembre, el diario colombiano El Tiempo informaba que la votación del proyecto de ley en el Parlamento israelí había sido postergada.

El Jerusalem Post, a su vez, indicaba el 24 de noviembre que la votación se había pospuesto para la próxima semana. Lo propio señalaba Arutz Sheva el mismo día. De trasfondo, la falta de acuerdos sobre el texto del proyecto de ley.

Es más, la propia agencia española apuntaba el mismo 24 de noviembre que se había aplazado el tratamiento del proyecto de ley.

Pero dos días después, Europa Press sugería que se llevaría a cabo la votación tal como se había previsto en primera instancia (el miércoles de esta semana), a la vez que les daba a los lectores una idea de consenso sobre el proyecto de ley que no existe. Un “consenso” que, por otra parte, de acuerdo al marco de la noticia, tiene como corolario la “discriminación” contra los árabes. Algo que tampoco es ni remotamente cierto.

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