La burocracia del activismo mediático

La agencia de noticias Europa Press ha encontrado una fórmula para “cumplir” con su obligación de presentar una información balanceada e imparcial. O al menos, eso cree.

Así, el 27 de agosto de 2013 informaba que:

“El comité ejecutivo de la Organización para la Liberación Palestina (OLP) ha condenado el ataque ejecutado esta madrugada por soldados israelíes contra el campamento de refugiados de Qalandia, en Ramala (Cisjordania), en el que al menos tres palestinos han perdido la vida, y ha advertido de que este acto podría minar los esfuerzos de paz.

[…]

De acuerdo con fuentes médicas del hospital de Ramala, tres personas murieron y otras 15 resultaron heridas a manos de los soldados israelíes que abrieron fuego contra los palestinos que se encontraban en el campamento de Qalandia.

[…]

El primer ministro de la Autoridad Palestina, Rami Hamdalá, también ha condenado los asesinatos y ha recalcado que el único responsable ha sido el Gobierno israelí”.

¿“Ataque” israelí? ¿Calificaría como un “ataque” de la Guardia Civil una redada para apresar a un sospechoso de ser terrorista de ETA?

¿“Ataque” contra el compamento en general? Es decir, ¿cambiar la noticia?

¿“Los soldados israelíes abrieron fuego contra palestinos que se encontraban el campamento”? ¿Así, sin más, a ver a quíen le “daban”?

¿“Los asesinatos”? Asesinar es matar con premeditación y alevosía. ¿Está la agencia diciendo que eso hicieron las fuerzas de seguridad israelí?

Al final de la noticia, y como si se tratara de un trámite burocrático y no de una obligación profesiónal del periodista, en dos escuetos párrafos que parecen un comunicado oficial (bajo el subtítulo: Versión Israelí):

“Según la versión del Ejército israelí recogida por el diario ‘Haaretz’, los soldados fueron atacados por unos 1.500 palestinos y respondieron con munición real tras ser disparados.

De acuerdo con un portavoz militar, los palestinos también lanzaron granadas improvisadas y otros proyectiles, como consecuencia de lo cual dos soldados israelíes resultaron heridos de carácter leve”.

¿Qué es una “granada improvisada”? ¿Será un cóctel Molotov? ¿Qué son “otros proyectiles”?

Apartada, escueta y protocolaria. E inclompleta. Así quedaba la “versión israelí”. Una suerte formulario que hay que rellenar. Poco importa el contenido.

Si bien desde, y a lo largo del día anterior la agencia no había tenido inconvenientes en recoger declaraciones de fuentes palestinas, la “versión israelí”, para Europa Press había quedado congelada, inamovible.

Justamente el 26 de agosto de 2013, la agencia publicaba lo siguiente:

“Al menos tres palestinos han muerto esta madrugada en un enfrentamiento con soldados israelíes de incógnito en el campamento de refugiados de Qalandia, en Ramala (Cisjordania), según informa la agencia palestina Maan, que cita a residentes”.

“Testigos han relatado a Maan que las fuerzas israelíes registraron el campamento y detuvieron a Yousef al Jatib, quien fue puesto en libertad recientemente tras pasar diez años en una cárcel israelí. A continuación, decenas de residentes rodearon a los soldados, que abrieron fuego, tras lo cual, otra patrulla militar israelí entró en el campamento”.

Por supuesto, ninguna información sobre Yousef al Jatib.

Al final, la consabida “Versión israelí”: exactamente la misma que utilizarían un día después.

En tanto, el mismo día, Europa Press indicaba que:

“Nabil Abu Rudeina, el portavoz del presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmud Abbas, ha condenado el ataque ejecutado esta madrugada por soldados israelíes contra el campamento de refugiados de Qalandia, en Ramala (Cisjordania), en el que al menos tres palestinos han perdido la vida y ha asegurado que estos actos tendrán ‘repercusiones negativas’, según ha informado este lunes la agencia Wafa”.

Los últimos dos párrafos, exactamente la misma “versión israelí”.

El propio 26 de agosto, informaba que:

“Miles de personas han asistido este lunes al funeral de los tres palestinos que murieron tras ser tiroteados de madrugada por fuerzas israelíes en el campamento de refugiados de Qalandia, en Ramala (Cisjordania)”.

Pero la agencia introducía una novedad: la “versión israelí” esta vez no estaba ubicada en los últimos párrafos, sino hacia la segunda mitad de la crónica. El contenido, eso sí, era el mismo.

¿Tan difícil era encontrar una versión israelí distinta, más amplia?

Para la agencia Reuters, agencia de referencia para Europa Press, no. El mismo 26 de agosto indicaba que:

“La policía de fronteras israelí dijo que entró al campo de Qalandiya, cerca de Jerusalén, a arrestar a un hombre y que fue confrontada por una muchedumbre que arrojaba piedras y bombas incendiarias.

Una portavoz militar confirmó que le dispararon a las tropas y que éstas respondieron el fuego en auto-defensa. Y añadió que arrestaron al hombre que habían ido a detener.

‘Multitudes grandes y violentas, que superaban considerablemente a las fuerzas de seguridad, no dejaron otra opción que recurrir a utilizar munición para defenderse’,dijo el teniente coronel Peter Lerner, otro portavoz militar”.

El diario New York Times, por su parte, señalaba el 26 de agosto de 2013 que:

“El Ejército israelí dijo que sus tropas estaban en Qaladiya para brindar refuerzo a las fuerzas de seguridad que buscaban arrestar a un residente descrito por el Ejército como un ‘operativo terrorista’. Cientos de residentes arrojaron rocas, bombas incendiarias, barras de hierro y otros objetos contra las fuerzas de seguridad, incluso desde los tejados, y se llamó a los soldados para que les brindaran su ayuda.

El Ejército dijo posteriormente que una investigación indicó qe los residentes del campamento también dispararon contra los soldados y que las fuerzas sintieron que sus vidas estaban en peligro, un criterio que les permite la utilización de fuerza letal”.

Vaya, había algo más de lo que Europa Press le ofrecía a sus lectores y a los medios que contratan sus servicios. Pero la agencia ya había decidido cuál era la “versión israelí”.

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