España: el valor de escribir cartas a los medios

Dos hechos sucedidos recientemente en España han vuelto a poner de relieve la importancia de escribir cartas a los medios de comunicación para exigirles una información veraz y un comportamiento ético.

ReVista de Medio Oriente montó dos campañas separadas dirigidas a dos de los principales medios de comunicación españoles pidiendo:

1- La reincorporación a los archivos de Radio Televisión Española del programa “Españoles en el Mundo: Jerusalén”, censurado por las presiones anti-israelíes que lo acusaban de querer “normalizar” la imagen de Israel.

2- La desvinculación clara y pública por parte del diario EL PAÍS respecto a su colaborador Nacho Vigalondo, quien había realizado unas declaraciones negacionistas y banalizadoras del Holocausto.

La rotunda respuesta por parte de los miembros de ReVista a través del gran número de cartas enviadas, propició que ambos objetivos se lograran.

1 – ESPAÑOLES EN EL MUNDO: JERUSALÉN

La cadena estatal Radio Televisión Española emitió el martes 7 de diciembre 2010, un episodio del programa Españoles en el Mundo dedicado a la ciudad de Jerusalén. Españoles en el Mundo es un programa dedicado a entrevistar a españoles que por algún motivo viven en algún lugar del mundo fuera de España y en dicha emisión, el equipo se trasladó a Jerusalén. Pilar, una guía turística convertida al judaísmo, Rodrigo, chef del Hotel Restaurante Notre Dame, perteneciente al Vaticano, el Padre Artemio Vitores, vicevicario de la custodia Franciscana en Tierra Santa, Sal Emergui, periodista corresponsal, entre otros medios,del diario español El Mundo y David y Juanjo una pareja de jóvenes en un kibbutz, son los protagonistas del espacio televisivo.

El programa transmitió una impresión general de normalidad, y preguntados por el conflicto, algunos de los entrevistados subrayaron que la imagen de violencia constante que los medios transmiten al exterior no tiene nada que ver con lo que realmente se vive en Jerusalén. El “chef” Rodrigo, incluso bromeó asegurando que antes de trasladarse, pensaba que tendría que ir a buscar el pan saltando de trinchera en trinchera, pero que la realidad es bien distinta.

Y es precisamente debido a este no-posicionamiento que el programa fue objeto de una campaña de descrédito liderada por el diario Público que ofreció a sus lectores la posibilidad de escribir una carta de protesta a Elena Sánchez, defensora del espectador de Radio Televisión Española. En un principio, la campaña emprendida por Público logró su objetivo y tras recibir 170 cartas de protesta, Radio Televisión Española eliminó de sus archivos la emisión dedicada a la ciudad de Jerusalén.

Es importante destacar que “Españoles en el Mundo” es un programa cuya filosofía es mostrar siempre el lado bonito de las ciudades que visitan, ya que, en palabras de su directora Carmen Domínguez, “es un programa blanco que busca sacar el lado amable y atractivo de los destinos.”

Por ello, ReVista de Medio Oriente entendió entonces que la censura que había ejercido Radio Televisión Española respondía exclusivamente a la voluntad de sectores anti-israelíes de tergiversar la realidad e inició una campaña pidiendo la reincorporación de dicho programa a los archivos de Televisión Española y reclamando el derecho de los espectadores a una información veraz y equilibrada. Sus miembros, pasaron a la acción y enviaron sus cartas a la Defensora del Espectador, denunciando el prejuicio ideológico del ente público.

Un ejemplo de las cartas enviadas:

“Debo recordarle, y discúlpeme si puede sonar un poco aleccionador en el tono, que la tarea del puesto que usted detenta es mantener cierta coherencia en la línea editorial del medio, y aún más evitar, actitudes que transgredan la ética periodística. Me pregunto qué sucederá, por ejemplo, con los programas dedicados a Shangai, China; Libia; o El Cairo, Egipto, donde no se hace ninguna alusión al tema de los derechos humanos. Vuelvo a ejercer la capacidad de pregunta ¿También retirará de la página web de TVE estos enlaces de Shangai, Libia, o El Cairo por, según su propio criterio, ser pasibles de ofrecer una “visión incompleta” al no referir la anómala situación que viven? Que conste que no estoy pidiendo el quitar esos enlaces. Le informo también que enviaré copia de esta comunicación a las entidades defensoras de los derechos constitucionales que considere oportuno.
Repito, es muy grave la acción que usted ha ejecutado, y le pongo un ejemplo, si el día de mañana hay un informe sobre el aborto y un grupo de católicos integristas piden el quitar su enlace en la web de TVE, ¿Actuaría igual? ¿No significaría esto marcar el grave antecedente que, en democracia, grupos organizados puedan utilizar el concepto de libertad de expresión en provecho de sus propias ideas?” L.I.

Tras dos semanas en las que las cartas de denuncia no dejaron de llegar (el 19 de enero de 2011 habían llegado 532 comunicaciones, aunque probablemente no todas auspiciadas por ReVista), el presidente de la Corporación de RTVE, Alberto Oliart tomó la decisión de reincorporar a los archivos el polémico vídeo, al entender que el programa cumplía todos los requisitos para su emisión en pantalla y, por tanto, su mantenimiento en la web.

2 – EL PAÍS, NACHO VIGALONDO Y LA NEGACIÓN DEL HOLOCAUTO

El colaborador del diario EL PAÍS, Nacho Vigalondo, realizó en su Twitter personal una serie de afirmaciones negacionistas y banalizadoras del Holocausto.

Vigalondo es un director de cine español conocido por haber sido nominado en el año 2004 a los Premios Oscar en la categoría de mejor cortometraje. Recientemente, había sido contratado por EL PAÍS, el diario más vendido de España, para dirigir y protagonizar uno de sus anuncios publicitarios, convirtiéndose así en su imagen pública.

El 28 de enero de 2011, el cineasta escribió en su cuenta de Twitter:

“Ahora que tengo más de cincuenta mil followers y me he tomado cuatro vinos podré decir mi mensaje: ¡El holocausto fue un montaje!”.

Inmediatamente, su comentario despertó múltiples reproches en la red social. Sin embargo, esto no hizo que Vigalondo se echara para atrás en su discurso. Por el contrario, decidió seguir en su espiral de provocación, llegando a publicar comentarios como:

¿Cómo se llamaba la película esa de Spielberg? Ah, sí… Parque Judaico

Cómo se llamaba la película esa de Spielberg… Ah, sí “A todo gas”.

Decoraban las paredes con cuadros de Degas

Cómo era la película de Spielberg… “Anna Frank’s catch me if you can”

Ante la lluvia de críticas al director, que también aseguraba que “El niño del pijama de rayas se va de marcha” o bromeaba con una película imaginaria “Encuentros en la tercera fosa”, Vigalondo consideró escribir un primer artículo aclaratorio en su blog (también alojado en los dominios de EL PAÍS) bajo el título Holocausto Vigalondo donde achacaba las críticas de las que ha sido objeto a la falta de sentido del humor de los internautas e invitaba a quienes se sintieran ofendidos por sus declaraciones a que no entraran en su Twitter:

En cualquier caso, alguno estará en su pleno derecho de pensar que, en el principio de todo estaba mi provocación siniestra, tan fácilmente evitable. Que, a fin de cuentas, yo debería ser más cauteloso a la hora de practicar un humor tan negro, más ante tantos ojos de extraños, y más anunciando periódicos por la tele. En realidad no me cuesta pedir perdón por prender semejante mecha. Y pedir perdón por el incómodo fin de semana que algunos han vivido en la redacción del periódico a raíz de todo esto.
Y, por supuesto, está el perdón a todos los que se haya podido ofender con mis juegos de palabras y mis chistes. También les pido disculpas pero añado, no como arrogancia, sino como una rendida advertencia de mis limitaciones, de mis vaivenes, de lo poco que puedo prometer, de lo poco que puedo guionizar…
¡No entréis en mi twitter nunca más!

ReVista de Medio Oriente reprochó entonces su tono altivo a la vez que lamentaba que Vigalondo no se desdijera de sus comentarios negacionistas y banalizadores. Al tratarse de una figura pública ReVista también inició una campaña para pedir a EL PAÍS que se desvinculara clara y públicamente de una persona que niega y hace burla del Holocausto.

Los subscritores de ReVista respondieron enviando sus cartas de protesta a el diario EL PAÍS, expresando su malestar por los comentarios de Vigalondo y demandando del diario una clara y pública condena, y el 3 de febrero de 2011 EL PAÍS informó de que suspendía la campaña publicitaria protagonizada por Nacho Vigalondo, quien además había “comunicado su decisión de cerrar el blog Diario Cinematográfico que tenía alojado en la edición digital de EL PAÍS.”

En la línea de lo expresado por ReVista de Medio Oriente, el diario español fue contundente en su explicación:

El diario EL PAÍS ha decidido retirar la campaña de publicidad protagonizada por Nacho Vigalondo como consecuencia de los comentarios realizados por el cineasta en su cuenta personal de la red social Twitter sobre el Holocausto padecido por el pueblo judío.

Nacho Vigalondo bromeó en Twitter sobre el Holocausto a título personal, y en un soporte ajeno a EL PAÍS, pero el periódico considera inaceptables e incompatibles con su línea editorial los comentarios vertidos por el realizador. EL PAÍS pide disculpas por lo sucedido.

A pesar de que el diario asegura que la decisión fue tomada el sábado, “nada más tener conocimiento de los citados comentarios”, ReVista de Medio Oriente ha podido saber que las cartas de protesta llegadas a la redacción del diario y a las manos del cineasta colaboraron decisivamente en esta toma de postura.

Por un lado, el propio Nacho Vigalondo publicó un segundo artículo aclaratorio bajo el título ¡Último Post! en el que, ahora sí, pedía disculpas por el dolor causado por su blog y condenaba el antisemitismo y el negacionismo:

Pido disculpas por el dolor que está causando mi tweet.Quiero aclarar que ni soy antisemita ni negacionista. Cualquiera que conozca mi trayectoria, ya sea escrita o en medios.

El tweet que ha levantado la polvareda no es la declaración de un revisionista, es la parodia de una actitud así.

Lo reitero por si acaso: no soy negacionista, no soy antisemita.

Lo siento.

Por otro lado, la Defensora del Lector, Milagros Pérez Oliva, mencionaba las cartas recibidas (haciendo hincapié en la de un miembro de ReVista), como un factor importante a la hora de la toma de decisión del periódico:

“En cuanto trascendió la polémica, comenzaron a llegar protestas al diario. También al correo de la Defensora. Lectores como Miguel Moya, Julio Kierzszenson, Raquel Benchaya y Luis Artime se quejaban de que el diario siguiera dando cobijo a alguien que negaba el Holocausto o lo banalizaba. Isabel Gómez, cuyo tío abuelo, un republicano español, murió en Mauthausen, no comprendía cómo se podía admitir que se hiciera mofa de quienes fueron víctima de semejante barbarie. En su blog, el cineasta daba extensas explicaciones a los lectores, pero algunos no lo consideraron suficiente. Jorge Tahauer, “sobrino y primo de personas asesinadas en el Holocausto”, declaraba que el humor negro de Vigalondo “es una herida añadida al insulto y su liviana disculpa no demuestra arrepentimiento alguno”.”

He aquí algunos ejemplos de cartas enviadas por nuestros miembros a El País:

Como lector de “El País”, diario español importante, que tiene convenio con un importante diario de mi país, me he sentido profundamente insultado y ofendido por los supuestos “chistes” del señor Vigalondo sobre el Holocausto.

Como sobrino y primo de personas asesinadas en el Holocausto, su “humor” es una herida añadida al insulto, y su liviana “disculpa” no demuestra arrepentimiento alguno.

Lamento que en “El País”, otrora muy prestigioso, aparezcan este tipo de cosas, como lo es una banalización o trivialización de una de las páginas más negras de la Humanidad. Esto, junto a la constante información parcializada del conflicto árabe-israelí, me hacen dudar de la conveniencia del convenio entre “La Tercera” y Uds. Tampoco ” La Tercera”, de Santiago, merece esto. Por J.T.

Nacho Vigalondo, de haber vivido en los oscuros años del totalitarismo, cambiaría sin dudarlo su mediocre condición por un uniforme negro, sin ni siquiera preguntar de qué se trataba. Y, sin saber de que se trataba, empujaría muerto de risa a quien se le indicase al interior de un tren con destino desconocido. La mala noticia es que ha conseguido su miserable objetivo: ser virtualmente seguido por 50. 821 descerebrados analfabetos, que constituyen el público objetivo canónico de los totalitarismos. Y que son parte de ese 30% de españoles que se declaran abiertamente antisemitas. Por L.A.

Hay que destacar que el diario EL PAÍS es el periódico más leído en su edición impresa y que goza de prestigio internacional, a pesar de tener una trayectoria muy problemática en su tratamiento del conflicto de Oriente Medio. Sus corresponsales en la zona, sus columnistas de opinión o algunas de sus viñetas han destilado, y todavía lo hacen, un profundo odio hacia Israel y los judíos. Esta información sesgada tiene consecuencias como lo sucedido con Nacho Vigalondo. El desprecio y la diaria difamación hacia lo judío abren las puertas a que cualquier antisemita considere legítimo su discurso. Por eso es especialmente importante que EL PAÍS haya optado por desligarse completa y públicamente del señor Vigalondo

Lo sucedido estos días con Radio Televisión Española y con el diario EL PAÍS nos ratifican en el hecho de que escribir cartas es un acto digno y necesario. Quien plasma su queja por escrito está ejerciendo sus derechos básicos de ciudadano y realizando un acto democrático, que tarde o temprano termina dando sus frutos, tal y como demuestran estos dos éxitos en España.

Gracias a todos los que han colaborado en ello.

Comments are closed.