El deporte de desinformar

Juan Jiménez y Aritz Gabilondo escribieron un artículo, que publicó el periódico deportivo español As (8 de junio de 2013) donde deslizan que las penurias palestinas son consecuencia de las políticas israelíes; más concretamente, producto de del “mastodóntico muro levantado en 2005”.

“Salim vive en Jerusalén, en la parte árabe. Antes de atravesar el check point de Belén nos avisa de que tengamos los pasaportes a mano y seamos discretos. Es el guía. Su ayuda será fundamental para descubrir más cosas sobre el fútbol palestino, aquel que sí reconoce la FIFA desde 1998 pero que se desarrolla de manera silenciosa detrás del polémico muro que separa Gaza y Cisjordania del resto de Israel.

Este mastodóntico muro fue levantado en 2005, después de la Segunda Intifada, y tiene más de cien kilómetros de largo por hasta ocho metros de alto. Según el gobierno israelí, es la forma de evitar atentados de terroristas provenientes de dichas zonas. Difícil pensar que a pocos kilómetros se pueda estar disputando una Eurocopa Sub-21 con sus lujos y modernidades. Pero así es. Y no deja de llamar la atención”.

¿No debería el medio indicar que se trata de una nota de opinión?

Parece ser que en el caso de Israel, la ideología se confunde por información muy fácilmente. Pero la realidad es bien distinta de la que pretenden retratar los periodistas. Abundan los datos para demostrar que es así:

1- “El Muro” apenas alcanza los 4 kilómetros (por tramos separados) ya que aproximadamente el 95% es una valla de alambre. La parte de “muro” corresponde a zonas estratégicas concretas, y fue construida para evitar los ataques de francotiradores palestinos.

2- La valla de separación no es definitiva, no delimita frontera alguna y será desmantelada el día que ambas partes lleguen a un acuerdo. De hecho, a medida que la situación ha ido mejorando Israel ha aliviado la situación para los palestinos, desmantelando puestos de control en Cisjordania o cediendo autonomía a las fuerzas palestinas.

3- Mitchell Bard señalaba en un artículo que aproximadamente el 75 por ciento de los atentados suicidas contra objetivos dentro de Israel provenían desde el otro lado de la frontera en la primera fase de la valla fue construida. Y puntualizaba:


“Durante los 34 meses desde el estallido de la violencia en septiembre de 2000 [Segunda Intifada], hasta la construcción del primer segmento continuo de la valla de seguridad a finales de julio de 2003 [es decir, durante la Segunda intifada], terroristas de Samaria llevaron a cabo 73 ataques en los que 293 israelíes fueron asesinados y 1950 heridos. En los 11 meses transcurridos entre la erección de la primera serie a principios de agosto de 2003 y finales de junio de 2004, sólo tres ataques tuvieron éxito, y los tres se produjeron en el primer semestre de 2003.

Desde que se inició la construcción de la valla, el número de ataques se ha reducido en más de un 90 %. El número de israelíes asesinados y heridos ha disminuido en más del 70% y 85 %, respectivamente, después de su montaje de la valla.

El valor de la valla a la hora de salvar vidas se desprende de los datos: En 2002, el año antes de la construcción, 457 israelíes fueron asesinados; en el 2009, 8 israelíes fueron asesinados”.
Fuente: Mitchell Bard
Pero los periodistas prefieren deslizar otra idea en el lector:

“Según el gobierno israelí, es la forma de evitar atentados de terroristas provenientes de dichas zonas. Difícil pensar que a pocos kilómetros se pueda estar disputando una Eurocopa Sub-21 con sus lujos y modernidades. Pero así es. Y no deja de llamar la atención”.

¿Qué es lo que llama la atención? ¿Qué un país intente proteger a su población civil? ¿Que ese mismo país, democrático, organice un campeonato de fútbol? ¿O están poniendo en duda el derecho de Israel a organizar eventos deportivos internacionales?

O, tal vez, lo que les llama la atención, es que Jibril Rajoub, miembro del Comité Central de Fatah, Presidente de la Asociación de Fútbol Palestino y jefe del Comité Olímpico palestino, dijo la pasada semana que todo Israel es Palestina “ocupada”. Como, en definitiva, estaban describiendo escenas del fútbol palestino… A no ser que no haya sido ese el objetivo del artículo de opinión.

O, tal vez. que el 20 de diciembre de 2012, y en el marco de las celebraciones por el aniversario de primer ataque perpetrado por Fatah (de la cual Mahmoud Abbas es su presidente), la página de Facebook de esta organización – como dio a conocer Palestinian Media Watch a través de un informe (Fatah’s Facebook: Glorifying terror, inciting hatred, anderasing Israel) publicó una imagen con el siguiente texto:

“48º Aniversario del Lanzamiento de la revolución palestina”

Mi madre me parió para que luchara,

y Fatah me dio el arma.”

O, tal vez, les llame la atención un corto poema de un libro de texto y lectura de 9º Grado (Parte 1, 2003, pp. 20-21, 24) que dice:

“Buenos días, O mi tierra…

Una mañana de gloria y de roja libertad, regada por la sangre de los mártires…”. (El anhelo por la liberación de Palestina)

Esto aprendían (y aprenden) los niños durante la Segunda Intifada. Y el texto anterior es lo que sigue vivo aún hoy.

Pero los periodistas, en cambio, refuerzan una única idea con una falacia: “Este mastodóntico muro fue levantado en 2005, después de la Segunda Intifada”, que parece servir a los propósitos de la idea, de la imagen que parecen querer instalar entre los lectores; porque, ¿qué necesidad habría de instalarlo una vez finalizada la intifada?

Así, los hechos no importan, hay que apelar a las emociones. Por eso escriben que “Salim [que] vive en Jerusalén, en la parte árabe. Antes de atravesar el check point de Belén nos avisa de que tengamos los pasaportes a mano y seamos discretos”.

¿Cuál es el problemade mostrar el pasaporte cuando se sale de un país?

En conclusión, los periodistas parecen pretender ir formando (o afianzando) una imagen muy concreta en el lector. Una palabra muy concreta: Apartheid. El poso de desinformación, equívocos, sesgos y prejuicios ya existe, y ya no hace falta mencionar la palabra, sólo invocar las imágenes.

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