El Periódico: ¿No hay crónica sobre los palestinos que no esté tocada por la mano ideológica del redactor?

No hay nada en Palestina que no esté tocado por la mano de la ocupación israelí y el museo no es una excepción. Primero fue el estallido de la segunda intifada en el año 2000, y luego los intentos de Israel de vetar la entrada de algunos materiales extranjeros, según confirmó Heneghan Peng Architects, la firma de Dublín que ha diseñado el museo. A esto se añadió la dificultad para encontrar financiación y el cambio del equipo directivo”, se afirmaba en una crónica sobre la ingauguración del “Museo Palestino”, publicada por el diario español El Periódico el 21 de mayo de 2016.

“Confirmó la firma que diseñó el museo”… Así que, una versión israelí, devenía irrelevante… Al fin y al cabo, ya estaba “confirmado” lo que aseveraba la redactora; y de eso se trata, no de informar, sino de culpar a Israel en cuanto surja la más mínima oportunidad.

Pero, quizás no haya nada como la segunda intifada, y lo que la precedió, para graficar la responsabilidad palestina en la continuación del conflicto – es decir, en su negativa a la paz cada vez que la posibilidad de un estado está muy cerca -.

En el verano de 2000, el presidente de Estados Unidos Bill Clinton acogió conversaciones de paz en Camp David entre el líder palestino, Yasser Arafat, y elPrimer Ministroisraelí, Ehud Barak, que culminaron en un plan integral conocido como los Parámetros de Clinton, que era muy similar al posterior plan Olmert, de 2008 (que ni siquiera obtuvo respuesta por parte de Mahmoud Abbas – cuyo mandato terminó en 2009… hace ¡7 años! -), aunque no tan amplio.

A pesar de las enormes concesiones que el plan requería de Israel, el Primer Ministro Barak aceptó la propuesta del presidente Clinton, en tanto que Arafat se negó, regresó a casa y lanzó una nueva campaña terrorista contra los civiles israelíes (Segunda Intifada).

¿Qué dicen los palestinos sobre la segunda intifada?

Surah Arafat (esposa de Yasser Arafat):

“[Arafat] ya había decidido llevar a cabo una intifada luego de los Acuerdos de Oslo [1993] y el facaso de Camp David”.

Nabil Shaath, importate líder de Fatah:

“[Arafat] vio que repetir la primera intifada en nuevas firmas, traería la necesaria presión popular, internacional y árabe sobre Israel”.

Muhammad Dahlan, entonces alto funcionario de la Autoridad Palestina y de Fatah, insistió en una entrevista en 2010 que Arafat y sus servicios de seguridad fueron los que iniciaron la intifada.

Mamdouh Nawfal, asesor de Arafat en Asuntos Internos y miembro del Supremo Consejo Nacional Palestino de Seguridad:

“Sobre la segunda intifada, uno puede decir con completa objetividad que Arafat explotó la visita de Sharon al Monte del Templo y el odio de la gente a al ocupación para provocar el levantamiento… Arafat no hizo ningún intento por evadir responsabilidades cuando se lo culpó de esta erupción…”.

El conflicto en lugar de la negociación:

Marwan Barghouti, que fue uno de los más prominentes líderes de la intifada (marzo, 2000):

Quien crea que uno puede llegar a una decisión sobre las cuestiones de un acuerdo permanente [con Israel] – por ejemplo, sobre los refugiados, Jerusalén, los asentamientos y las fronteras – a través de negociaciones, vive bajo una ilusión. En estos temas tenemos que librar una batalla sobre el terreno en paralelo al marco de negociaciones… me refiero a un conflicto”.

Incluso en medio de esta ola de violencia, Ehud Barak continuó negociando hasta el final de su mandato, culminado con una propuesta israelí en Taba, que ampliaba aquella delineada por Clinton. Barak le ofreció a los palestinos la totalidad de Gaza, la mayor parte de Cisjordania, ningún control israelí sobre la frontera con Jordania o adyacente al Valle del Jordán, un anexión israelí menor alrededor de tres bloques de ‘asentamientos’ balanceada por un área equivalente de territorio israelí que sería cedido a los palestinos…

Ya lo dijo Barghouti: “Quien crea que [los palestinos] puede[n] llegar a una decisión sobre las cuestiones de un acuerdo permanente [con Israel] a través de negociaciones, vive bajo una ilusión”. Una frase que acaso explique por qué, ante la posibilidad cierta de un estado (por la vía negociada, claro), los líderes palestinos huyen. Una frase que, además, se parece mucho a la idea subyacente en el plan de fases de 1974 de la OLP (que llama al establecimiento de un estado palestino en cualquier territorio evacuado por Israel, para ser utilizado como base de operaciones para destruir a Israel).

De hecho, según informaba el diario israelí Times of Israel el 22 de enero de 2016, un alto cargo de Fatah – organización liderada por el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas -, Tawfik Tirawi dijo, en una entrevista con la agencia palestina de noticias Ma’an, que un “Estado palestino junto a Israel es sólo ‘una etapa’ y que Palestina debe extenderse finalmente del río Jordán al mar”.

Tirawi declaró:

No crean que habrá una solución a la cuestión palestina mediante el establecimiento de un estado cuyas fronteras estén limitadas a Cisjordania y Gaza”.

Ya se ve, “la culpa de es de la ocupación, que todo lo toca”…

Por cierto, 28 millones para un museo vacío, mientras en febrero de este año 20.000 maestros se manifestaban en Cisjordania para reclaramar la implementación de un acuerdo de 2013 (¡de 20131) que garantizaba un aumento de su salario básico, que aún no se había concretado… De hecho, la cadena Al-Jazeera indicaba el 11 de marzo que decenas de miles de maestros entraban en un segundo mes de huelga, lo que implicaba que colegios estatales permanecieran cerrados… Ya se ve, “no hay nada en Palestina que no esté tocado por la mano de la ocupación israelí”; excepto todo aquello que no lo está y que los medios deciden silenciar, tocándolo con la mano de la ideología.

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