El País “bate récords”

Dos artículos en cinco meses publicados en El País, se apoyan en informes de la ONG Peace Now para asegurar que Israel ha batido records en la construcción de asentamientos.

Así, el 18 de octubre de 2017, El País titulaba:

Israel bate récords en la expansión de los asentamientos

Y el 27 de marzo de 2018:

Israel bate un nuevo récord en la expansión de colonias en Cisjordania, según una ONG

Dos titulares jugosamente idénticos. Falsos ambos, no obstante.
Recordatorio: Récord según la RAE

1. m. marca(‖ mejor resultado en el ejercicio de un deporte).

2. m. Resultado máximo o mínimo en otras actividades.
En ningún momento, la organización Peace Now (única fuente en la que se basan ambos artículos) ha dicho que Israel haya batido récord alguno. De hecho, basta echar un ojo a la página de Peace Now para descubrir que las cuotas más altas de construcción se alcanzaron en los años 90, con un pico notable en 1991, llegando a iniciarse la construcción de 7.750 unidades.

De hecho, en el caso del primer artículo, en su día, otros medios decidieron titular con más propiedad, centrándose en la realidad y no en la hipérbole demagoga.

Por ejemplo, el New York Times titulaba su artículo acerca de la misma temática:

Israel Moves Ahead on West Bank Settlements, but Guardedly (Israel sigue adelante con los asentamientos de Cisjordania, pero con cautela)

Nótese la diferencia de titular, uno “bate records” el otro habla de “cautela”.

Pero los titulares de El País no parecen tener espacio para estas sutilezas.

Respecto al tratamiento de la noticia, ambos textos se hacen eco de los informes de Peace Now. Exclusivamente.

El segundo, al menos, ofrece la versión israelí. Claro que hay que esperar hasta el sexto párrafo y es inmediatamente puesta en duda (en voz de Peace Now) para seguir haciendo un resumen del informe.

Es decir que El País ofrece un micrófono acrítico a una organización que está posicionada políticamente y que por ello ha sido centro de polémicas respecto a su fiabilidad y no es un observador neutral. Sin embargo, El País obvia explicar quién es su fuente y le otorga el poder de dirigir toda la información a publicar.

No entraremos a analizar los datos de los artículos que en el primer caso ni siquiera aclaraba que aprobar viviendas no significa necesariamente que éstas vayan a ser construidas (de hecho, Netanyahu fue acusado de agrandar los números), que existe un proceso largo a seguir, y que, cómo sí informó el New York Times el anuncio oficial de futuras aprobaciones fue acompañado de un “quien quiera que crea que las consideraciones diplomáticas no necesitan ser tomadas en cuenta está muy equivocado”.

Pero no parece que El País quiera adentrarse en las complejidades de la región. Mejor ofrecer titulares ruidosos, aunque no se plieguen a la realidad.

Periodismo, ¿recuerdan?

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