El encubrimiento de Al-Dura

La salida de Eason Jordan, ejecutivo de noticias de CNN, se dio rápidamente después de los reportes de su ostensible declaración en un foro en Suiza que indicaba que periodistas en Irak habían sido asesinados deliberadamente por soldados estadounidenses. Al no ofrecer una evidencia para apoyar la acusación, Jordan renunció bajo una lluvia de críticas.

En tan sólo meses, CBS expulsó a ejecutivos de alto rango responsables de transmitir un segmento desastrosamente erróneo sobre el servicio de la Guardia Nacional Aérea del presidente Bush. Así también el New York Times y el USA Today tomaron acción en el plazo de meses contra los falsificadores en serie Jayson Blair y Jack Kelley, que incluía el despido de ejecutivos de alto rango y de los culpables individuales, además de la institución de medidas para evitar infracciones futuras.

La respuesta de la influyente cadena de televisión France 2 ha sido muy diferente en un caso infame y sin resolver, que comprendía la falta de ética profesional de sus periodistas. Charles Enderlin, corresponsal de la red con sede en Israel, y su camarógrafo palestino Talal Abu-Rahma, son directamente responsables de la calumnia difundida mundialmente contra Israel en el caso de Mohammed al-Dura, que empezó el 30 de septiembre de 2000.

La sobregrabación de Enderlin les indicó a los espectadores de France 2 que estaban viendo una película filmada previamente este día por Abu-Rahma en la intersección de Netzarim en Gaza. Conforme se presentaban las imágenes de Mohammed al-Dura, un niño de 12 años, encogido de miedo e inclinado contra su padre, Enderlin afirmó que ambos son “el blanco del fuego proveniente de una posición israelí. El niño hace señas, pero… hay una nueva ráfaga de disparos… El niño está muerto y el padre está herido”.

Seguidamente, France 2 proporcionó inmediatamente el video, de escasos 55 segundos, gratuitamente a otros medios de comunicación. La imagen del niño, aparentemente matado por los disparos de armas israelíes, circuló de prisa por todo el mundo. Aparentemente, en los primeros días de la revuelta palestina, las dramáticas escenas reproducidas continuamente en la televisión avivaron la violencia.

En las naciones árabes al-Dura fue mitologizado rápidamente como un emblema de la supuesta crueldad israelí, con calles, parques, estampillas y niños recién nacidos nombrados en su honor. Hubo videos que recrearon el evento, algunos con llamados para que los jóvenes fueran en pos del “martirio” y del paraíso con al-Dura.

No se sabe todo acerca de los eventos caóticos de Netzarim y las circunstancias del caso al-Dura, pero ciertas cosas sí se saben.

En primer lugar, la película no contiene ninguna evidencia de que soldados israelíes le dispararan a al-Dura. No se ve ningún soldado en la transmisión televisiva de 55 segundos que circuló por todo el mundo, ni tampoco en los 27 minutos restantes que Abu-Rahma filmó. No es posible lógicamente que los soldados israelíes presentes en este día, parapetados dentro de un edificio diagonal a la intersección, pudieran dispararle al niño y a su padre, quienes se encontraban acurrucados detrás de un tonel de concreto que bloqueaba la línea de fuego. Tal como lo escribió James Fallows en una investigación del caso para The Atlantic Monthly (junio de 2003): “Cualquier cosa que le haya pasado, no fue matado por disparos de soldados israelíes…”

Una columna reciente en el periódico francés Le Figaro (25 de enero de 2005) reiteró esto y enfatizó lo que otros han dicho: que un análisis del terreno donde ocurrió el incidente involucra balas palestinas, no israelíes.

En segundo lugar, la película no contiene evidencia visual de que al-Dura haya muerto. Aunque se desploma, la grabación termina abruptamente con el niño inerte; un recuadro posterior, omitido por Enderlin en la teledifusión, muestra a al-Dura levantando la cabeza y el brazo. Pero esta es la última imagen.

Para explicar la extraña película truncada, Enderlin dijo repetidamente que omitió el “sufrimiento del niño”, su muerte, porque era insoportable verla.

Sin embargo, cuando varios periodistas franceses persuadieron a France 2 para que los dejara ver los 27 minutos no disponibles al público en general, no encontraron un “sufrimiento del niño” ni escenas insoportables de un al-Dura que sufría.

Enderlin mintió, y su mentira destacó la sensación de un acto brutal cometido por Israel.

En tercer lugar, numerosos analistas han notado que en películas tomadas a las muchedumbres de Netzarim hay claramente casos de palestinos escenificando eventos. Los periodistas franceses que examinaron la película de France 2 también vieron esto, así como los casos repetidos de palestinos que falsificaban heridas, con la llegada inmediata de ambulancias para llevarse a los falsos heridos. Aunque no hay evidencia grabada en video que pruebe que el incidente de al-Dura fue escenificado, la preponderancia de este tipo de actividad durante esta época resulta pertinente para cualquier indagación.

Enderlin ha respondido a la crítica replicando que el caso podría no resolverse nunca, pero para él la “imagen [como él la transmitió] correspondía a la realidad de la situación”.

Enderlin dice que según su opinión, Israel estaba utilizando una fuerza excesiva contra los palestinos, y en su mente está claro que un periodista puede distorsionar y adornar los hechos para que se ajusten a sus opiniones políticas.

Cuatro y medio años después, France 2 todavía tiene que publicar alguna declaración que corrija su reprobable y poco ética historia de al-Dura, o tomar medidas contra Enderlin, Abu-Rahma u otros que hayan participado en el asunto.

Este incidente debe preocupar a todos los que se percatan del enorme daño causado por un periodismo irresponsable y orientado ideológicamente.

Publicado originalmente en el Jerusalem Post el 21 de febrero de 2005.

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