Crónica informativa por un lado, realidad por otro

El retrato de la realidad del conflicto palestino-israelí que suelen hacer los medios de comunicación en español, presenta a Israel como la parte que imposibilita la consecución de un acuerdo de paz.

Para presentar un estado de cosas que poco (o nada) tiene que ver con la realidad y sus hechos constituyentes, parece ser un requisito necesario realizar varias operaciones de adulteración: omisiones, tergiversaciones, supresiones e invenciones, por ejemplo.

En este sentido, además de suprimir de las crónicas las reiteradas negativas palestinas a las diversas ofertas de acuerdo, los medios han omitido mencionar el doble discurso del liderazgo palestino – es decir, su mensaje a las audiencias occidentales frente a aquél dirigido a su propio pueblo –, y las implicaciones que éste tiene.

Decia John F. Kennedy, en su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1963:

“…la paz no sólo descansa en estatutos y convenios. Se encuentra en los corazones y las mentes de la gente. Y si es expulsada, entonces ningún pacto, ni tratado, ni organización puede aspirar a conservarla sin el apoyo y el compromiso sincero de todas las personas”.

Pero, mientras Abbas habla de paz y presenta una imagen de moderación (y hasta casi de inocencia) en Occidente, en Cisjordania, la organización que él lidera hablaba de algo bien distinto. Justamente, en un artículo publicado por el Gatestone Institute el 16 de febrero de 2015, el periodista Khaled Abu Toameh señalaba que:

“Durante su reciente visita a Suecia, Abbas anunció que trabajará para revivir las conversaciones de paz con Israel. Pero, en tanto Abbas hablaba en Estocolmo sobre su intención de reanudar las conversaciones de paz, los líderes de su facción de Fatah en Cisjordania estaban enviado un mensaje completamente diferente a los palestinos.

A diferencia de Abbas, estos líderes no estaban hablando de ningún proceso de paz con Israel. En cambio, estaban haciendo declaraciones que sólo pueden radicalizar a palestinos y darles razones para odiar a Israel aún más”.

¿Y cuál es el mensaje que se envía de puertas adentro?

Entre los ejemplos más recientes, la organización Palestinian Media Watch (PMW) informaba el 15 de febrero que Fatah – organización liderada por Abbas – publicó el 9 de febrero de 2015, en su página oficial de Facebook, imágenes donde glorificaba la violencia contra Israel, amenazando con ataques con cohetes y “el fin de Israel”.

Dos días antes, la propia PMW daba a conocer que las Fuerzas de Seguridad Nacional de la Autoridad Nacional Palestina continúan presentado a Israel como “Palestina” – negando así, el derecho de Israel a existir – en diversas entradas en su página oficial de Facebook.

Mas, estos hechos de la realidad – así como constante incitación al odio y la violencia por parte del liderazgo palestino -, quedan, de manera sistemática, fuera del retrato de la misma que realiza la gran mayoría de los medios de comunicación en español.

Por otra parte, tampoco llegan al lector, a través de los medios, las visiones del conflicto de palestinos como Bassem Eid, fundador y ex director de la organización Palestinian Human Rights Monitoring Group (Grupo de Observatorio de los Derechos Humanos Palestinos), con sede en Jerusalén, quien afirmaba en un artículo del 12 de febrero de 2015 que:

“Después de 66 años de errores y oportunidades perdidas, es hora de que nosotros, los palestinos, creemos las condiciones para la paz y que trabajemos por un futuro mejor. Es hora de que dejemos de pretender que podemos destruir a Israel o echar a los judíos al mar.

[…]

A pesar de lo que nos decimos, Israel está aquí para quedarse. Y, lo que es más, tiene derecho a existir. Es la nación de los judíos, pero también una nación para los árabes israelíes que viven mejor que los árabes en los países árabes. Debemos aceptar estos hechos y seguir adelante. El antisemitismo promocionado por Hamas, Fatah y el movimiento BDS no es la respuesta para nosotros, los palestinos.

[…]

Lo que los palestinos necesitamos es una sociedad civil fuerte e instituciones democráticas fuertes, y necesitamos poner fin a las violaciones de derechos humanos, los perpetrados por los palestinos y otros árabes incluidos. Los donantes internacionales bien intencionados deben asegurarse de que se gaste su dinero hacia este objetivo y no con el fin de apuntalar Hamas o Fatah”.

¿Por qué una voz así no es reproducida por los medios en español?

De esta manera – con silencios, con confusiones -, queda despejado el camino para reconfigurar la realidad y acomodarla al propio marco ideológico y narrativo.Lo queya noconstituiría una crónica noticiosa sino, a lo sumo, una narraciónficcional alternativa: aquello que podría ser, o haber sido.
El problema es que lo condicional se presenta al públiocomo algo establecido, como un hecho dado, acaecido.
Lo que nos devuelve a la pregunta anterior reformulada: ¿Qué interés tienen los medios en presentar el conflicto de esta manera?

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