Abbas “el bueno”, Israel “el culpable”, según el grupo Vocento

Lo que aparecía en la sección Internacional del diario español ABC, perteneciente al grupo Vocento, como una crónica informativa era, más bien, un texto de opinión en toda regla: el cronista se limitaba a exponer (o imponer) sus puntos de vistas, asiéndose de las porciones de realidad – cuando no de omisiones y tergiversaciones – que servían a los fines de responsabilizar a Israel del conflicto y de retratar al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, ya no como un mero “moderado”, sino como un bienhechor.

Falta de contexto

Para ello, el redactor del artículo titulado “Abás aplaca los ánimos de la Intifada” (07/10/15) debía ovlidar que sólo unos días (el 16/09/15) antes de la oleada de ataques palestinos, Abbas declaró/incitó:

Bendecimos cada gota de sangre que se ha derramado por Jerusalén, esta sangre es limpia y pura, es sangre derramada por AláCada Mártir (Shahid) alcanzará el Paraíso, y todo quien ha sido herido será recompensado por Dios”.

Cómo puede obviarse que, quien según la crónica ahora “llama a la calma”, no hace mucho llamaba a algo completamente distinto. Algo que llegó a oídos muy adoctrinados en eso de hacerse eco de la incitación a la violencia y a la glorificación del terrorismo por parte de la Autoridad Palestina.

Claro que estos hechos no se ajustan al esquema“responsabilidad/culpabilidad” israelí – exención moral y causal de los palestinos en el conflicto.

Una consecuencia de todo esto es la erradicación de la historia judía en la región (lo que conduce, indefectiblemente, a borrar también la cristiana): así, el Monte del Templo – el lugar más sagrado del judaísmo; donde se erigían el primer y segundo Templos judíos – es únicamente la Explanada de las Mezquitas; y los ataques y actos de violencia palestinos en el predio, simplemente “la situación en la Explanada de las Mezquitas”. A saber qué deberá entender el lector con ello… Si se habla de mezquitas, y “situación”, pues un refuerzo al cuadro de “agresión” israelí…

Relativización: víctimas y victimarios indiferenciados

Y así, en esa suerte de juego de espejos, donde ya no se sabe qué es reflejo, qué es figura, y si la figura es tal y como la muestran los espejos – y si alguna vez estuvo allí -, las víctimas de ataques se confunden con sus victimarios en una misma bolsa de banalización y relativismo moral: las “jorrnadas de violencia que han dejado cuatro israelíes y cuatro palestinos muertos”, difuminaba el texto las relacionespalestino-atacante e israelí-víctima; unos binomios que horadan el retrato pretendido del conflicto.

¿Alguien se imagina a las víctimas de un atentado de ETA y a su victimario abatido, confundidas en una misma estadística abstracta? ¿O a las del atentado del 11S confundidas con los pereptradores?

“Ocupación”, la “causa” de todos los males

Según el artículo de Vocento, Abbas mantiene los acuerdos de seguridad que “reprimen” cualquier “alzamiento violento contra la ocupación”. Es decir, la clave, la explicación de la violencia se hallaría así en la “ocupación” israelí… Simple y sencillo – y “conveniente”: culpa a Israel; exime a los palestinos (que así sólo “reaccionarían” ante la “opresión”).

El problema es que la violencia árabe-palestina entre 1949 y 1967 (la OLP se fundó en 1964)echa por tierraesa explicación.

Un artículo publicado el 2 de octubre de 2015 en el diario Ha’artez – habitual referencia y fuente de información para medios en español – para sostenía, básicamente, que los palestinos no aceptan el derecho de Israel a existir, una verdad incómoda que no se puede negar:

“De acuerdo a [la] visión [palestina del conflicto], los palestinos ven a todo Israel – no sólo Cisjordania y Gaza – como análogo a Argelia: un país árabe del que los colonialistas extranjeros fueron finalmente expulsados. Por esto es que Israel – incluso con sus límites anteriores a 1967 – no aparece nunca en los libros de texto palestinos…”.

Admás, indicaba que si bien la mayoría de los israelíes (y, podría agregarse, de la comunidad internacional) sostienen que el conflicto es territorial y tienden a creer que un acuerdo territorial vinculado a la Línea Verde pre-1967 es una vía de alcanzar una eventual solución al conflicto; el comportamiento palestino bajo Arafat, en Camp David en 2000, así como durante las negociaciones entre Abbas y el ex primer ministro israelí Ehud Olmert, sugieren que algo más profundo está en juego.

Pero no solo eso, sino que Mahmoud Abbas declaró (palabras emitidas 19 veces por la televisión de la Autoridad Palestina entre el 17 y el 19 de octubre de 2014) que:

“Hay personas realizando el ‘Ribat‘ (conflicto religioso / guerra sobre tierra que ser reclama como islámica). Todos debemos llevar a cabo el ‘Ribat’ en Al-Aqsa [mezquita]. No es suficiente decir: ‘los colonos han llegado [a la mezquita]’. Han venido, y no deben venir al Santuario (es decir, Monte del templo). Tenemos que evitar, de cualquier modo, que entren en el santuario. Este es nuestro Santuario…”.

De hecho, la constitución , o carta de Fatah, de 2009, dice:

“Liberar Palestina y proteger sus lugares sagrados es una obligación árabe, religiosa y humana” (Art. 9)

Unos hechos, éstos,que ofrecen un panorama más amplio del conflicto al que se pretende reducir a una imediatez y una compartimentalización casi absurdas.

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