Abbas dice para la audiencia palestina, los medios en español callan para la propia

A principios de agosto de 2019, Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina y líder de Fatah, habló en el “campo de refugiados” de Jalazone, cerca de Ramala. Un vídeo de dicho acto fue publicado en la página de Facebook de Abbas, según dio cuenta el Middle East Media Research Institute (MEMRI) el 21 de agosto.

¿Qué dijo Abbas en dicha ocasión?

“Aquellos que son extraños a esta tierra no tienen derecho a ella. Así que les decimos: Cada piedra que has [usado] para construir en nuestra tierra, y cada casa que has construido en nuestra tierra, está destinada a ser destruida, si Alá quiere”.

En su momento (13 de agosto), el diario Times of Israel publicó que Abbas Zaki, miembro del Comité Central de Fatah dijo que el líder palestino se había referido únicamente a los “colonos en Cisjordania, y no a todos los israelíes”.

No es la primera vez que, una vez que algún medio se hace eco de las palabras dirigidas exclusivamente al consumo interno, algún miembro miembro de Fatah, la OLP o la Autoridad Palestina salga a matizarlo. Pero además, quien lo hace en esta oportunidad es quien decía en 2014 lo siguiente:

“Nuestro Medio Oriente es rico en energía. Creo que ha llegado la hora de que la gente sepa por qué se estableció Israel… Decían que era necesario establecer una barrera humana, que es Israel, que separaría las partes occidentales del mundo árabe de sus partes orientales, que controlaría los recursos de la región – es decir, el petróleo y la industria – y que impediría a los árabes recobrar su unidad y su cultura, que occidente les quitó”.

Es decir, Zaki entiende la existencia de Israel como una suerte de construcción “colonial”. Como un gran “asentamiento”.

El propio Abbas tiene esta visión. En una carta escrita por Abbas a los residentes de Gaza, en 2012, escribía:

“Nuestra tierra fue conquistada y no es territorio en disputa, y esto es así para toda la tierra que Israel conquistó antes de junio de 1967”.

Un poco antes (2011), Zaki¸ declaró a Al-Jazeera que “el objetivo mayor no se puede lograr de una vez. Si Israel se retira de Jerusalén, evacua los 650.000 colonos y desmantela el muro, ¿qué será de Israel?: Llegará a su fin. Si decimos que queremos eliminar a Israel, no es aceptable decir esto. No digan estas cosas al mundo. Guárdenlas para ustedes”.

Clarito.

Por lo demás, la audiencia entendía muy bien a qué se refería Abbas. El mensaje se ha repetido mucho.

Pero volvamos al discurso de Abbas. “Jerusalén es nuestra, les guste o no”, dijo el líder, y la audiencia respondió alto y claro:

“¡A Jerusalén marchamos, mártires por millones! ¡A Jerusalén marchamos, mártires por millones! ¡A Jerusalén marchamos, ¡mártires por millones!”

Y Abbas aprobó aquello que, en definitiva, él mismo había insinuado:

“¡Entraremos en Jerusalén – millones de luchadores! ¡Entraremos!”

Y quien no tan veladamente llama al martirio, debe ofrecer algo a quienes se dirige:

“No aceptaremos que designen a nuestros ‘mártires’ como terroristas. Nuestros ‘mártires’ son los ‘mártires de la patria’. […] No permitiremos que deduzcan ni un centavo de su dinero. Todo el dinero volverá a ellos, porque los ‘mártires’, los heridos y los presos son lo más sagrado que tenemos”.

El mensaje: los más “sagrado”, “elevado”, es la práctica de la violencia; esta es, así, ya no sólo un método, sino un fin en sí mismo.

Además, también tuvo tiempo para un poco de fabricación histórica marca de la casa:

“Esta tierra pertenece a la gente que vive en ella. Pertenece a los canaanitas, que vivieron aquí 5000 años atrás. ¡Nosotros somos los canaanitas!”

Cuando un líder palestino – o, para el caso, incluso un palestino de a pie; o el miembro de alguna organización o institución palestina – habla sin el edulcorante de la falsedad que agrega para la audiencia internacional, los medios en español parecen no enterarse de nada.

Así, cuando antes nos preguntábamos qué dijo Abbas en dicha ocasión, nos preguntábamos qué omitieron los medios en español.

Lo que omiten es nada menos que la sistemática incitación a la violencia por parte del liderazgo palestino. Es decir, su apuesta por el conflicto.

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