El Wall Street Journal le concede Jerusalén oriental a los palestinos

Jerusalén, Ciudad de David

Un reportaje en el Wall Street Journal del 19 de diciembre de 2007 escrito por John McKinnon se refiere a “la indisposición del primer ministro israelí Ehud Olmert de detener la construcción de los asentamientos judíos en Jerusalén…”

Los palestinos podrían considerar como asentamientos los centros de población israelíes en Jerusalén oriental, como también podrían hacerlo algunos otros países que desean promover cierta posición política; pero los israelíes entre otros no consideran que los barrios judíos en Jerusalén oriental, que incluyen el Sector Judío de la Ciudad Vieja y otras áreas tradicionalmente judías que se evacuaron cuando Jordania conquistó y ocupó Jerusalén oriental (por ejemplo Neve Ya’akov) sean asentamientos. Si los periodistas del Wall Street Journal quieren que los lectores sepan que algunos países consideran que las comunidades judías en Jerusalén oriental son asentamientos, deberían reportar exactamente esto. Y también deberían dejar en claro que Israel disputa esta caracterización. Pero al escoger un lenguaje que da preferencia a una parte de la disputa, el Wall Street Journal abandona su obligación de ser objetivo.

De hecho, después de que el New York Times describió el barrio Pisgat Ze’ev de Jerusalén como un asentamiento, el periódico circuló la siguiente corrección:

Un artículo publicado el 28 de marzo acerca de la presión sobre el primer ministro Ariel Sharon para tomar represalias contra los palestinos por ataques perpetrados contra los israelíes, mencionó en forma poco precisa a Pisgat Zeev, un barrio judío construido en 1984, que un terrorista suicida palestino tomó como destino para atacar un autobús. Aunque los palestinos lo consideran un asentamiento, los israelíes dicen que es parte del municipio de Jerusalén. (2 de abril de 2001)

Lo mismo sucede con la alusión extremadamente parcializada que hace el Wall Street Journal a “la Jerusalén oriental árabe” en su edición del 14 de marzo de 2008. Por supuesto, gran parte del mundo árabe considera que esta área es árabe, del mismo modo que algunas personas consideran que Israel mismo es árabe, pero esto difícilmente es una descripción objetiva de la parte de Jerusalén que está bajo la jurisdicción israelí desde 1967.

Tal como CAMERA indicó en el pasado, actualmente las poblaciones judía y árabe de Jerusalén oriental son casi iguales. Y el área tiene una larga tradición de mayoría judía. Según Yehoshua Ben-Arieh, “En la segunda mitad del siglo diecinueve y a fines de ese siglo, los judíos componían la mayoría de la población de la Ciudad Vieja…” (“Jerusalén en el Siglo Diecinueve”, traducción libre). Martin Gilbert dice que en 1838 había 6.000 judíos en Jerusalén, en comparación con 5.000 musulmanes y 3.000 cristianos (“Jerusalén: renacimiento de una ciudad”, traducción libre). La Enciclopedia Británica de 1853 “avaluó la población judía de Jerusalén en 1844 en 7.120 habitantes, con lo que los judíos componían el grupo religioso individual más grande de la ciudad”. (Terence Prittie, “¿La Jerusalén de quién?”, traducción libre).

Hasta alrededor de 1860, los residentes de Jerusalén vivían casi exclusivamente dentro de los muros de la Ciudad Vieja, en Jerusalén oriental. Ha habido presencia judía en Jerusalén oriental por miles de años: la Ciudad de David, el antiguo Sector Judío, el cementerio judío en el Monte de los Olivos que tiene 2000 años. El Monte del Templo y el Muro Occidental, los sitios más sagrados del judaísmo, se ubican en Jerusalén oriental. Y más recientemente, a principios de los años 1900, instituciones tales como el Hospital Hadasa (Monte Scopus) y la Universidad Hebrea se construyeron en Jerusalén oriental.

Un editor de alto rango defendió el lenguaje utilizado por el reportero John McKinnon y dijo solamente que utilizar la palabra “asentamiento” para referirse a Har Homa, un barrio de Jerusalén construido en territorio ocupado por Jordania entre 1948 y 1967, es “preciso”, y que el lenguaje se “utiliza ampliamente”. Pero el editor no dio explicaciones en absoluto de por qué el periódico opinaba que el lenguaje era preciso. El editor tampoco explicó quién es el que “utiliza ampliamente” este tipo de lenguaje, o lo que es más importante, la relevancia que esto tiene en la escogencia de las palabras que hace el periódico. Hay mucho lenguaje partidista que se usa ampliamente, pero esto de ninguna manera disminuye la obligación del periódico de utilizar un lenguaje objetivo.

Por ejemplo, entre 1975 y 1991, una resolución de Asamblea General de las Naciones Unidas, patrocinada principalmente por los estados árabes y musulmanes, que fue aprobada con la ayuda de países alineados con los soviéticos y el presunto Movimiento de Países No Alineados, definió el sionismo como una forma de racismo. Y aunque la resolución se revocó en 1991, los activistas anti israelíes todavía usan ampliamente esta afirmación. A pesar de esto, ningún periódico responsable, entonces o ahora, se referiría al sionismo como racismo en las páginas de noticias como si esto fuera un hecho cierto. Probablemente, el periódico tampoco confiaría en las encuestas para determinar la forma en que los reporteros se deben referir a los inmigrantes, el aborto, Estados Unidos o cualquier otro gobierno, aunque estas encuestas sugieran el tipo de lenguaje que el público estadounidense o internacional “usa ampliamente”.

Los lectores de un periódico prominente y respetado como el Wall Street Journal esperan reportajes objetivos. Esperan artículos de noticias que no tomen partido en una disputa importante, sino que expliquen los diferentes aspectos de ésta. De hecho, los lectores merecen este tipo de reportaje. Entonces, mientras el periódico insista en utilizar lenguaje partidista y parcializado para describir a Cisjordania y Jerusalén, los lectores tienen una buena razón para estar alarmados y decepcionados.

Comments are closed.