¿Una Tierra Santa sin cristianos?

Eso es al menos lo que afirma el diario El Confidencial.com en su artículo del 13 de septiembre de 2013: Una Tierra Santa sin cristianos.

Firmado por Carmen Rengel, algunos de los datos y las fuentes que la periodista aporta son las mismas que las del artículo de Gregg Brekke publicado en la revista Sojourners el 13 de Julio de 2013 y con el que incluso comparte el título: A Holy Land Without Christians? (Brekke se lo pregunta. Rengel lo afirma.)

Sin embargo, muchos de esos datos son erróneos o están descontextualizados, tal y como explicó en su día Dexter Van Zile, analista de CAMERA y experto en asuntos cristianos.

El artículo de El Confidencial.com afirma que el descenso del número de cristianos en Tierra Santa es una hemorragia humana terrible”. Son palabras de uno de los entrevistados y la periodista las hace suyas al afirmar que éste no exagera.

La información ofrecida es sin embargo confusa y mezcla porcentajes con números totales lo que contribuye a una sensación errónea. La impresión generalizada que el lector saca del artículo es que las políticas israelíes están forzando el éxodo de las minorías cristianas.

Pero esta lectura de los datos es una distorsión de la realidad, ya que los números muestran lo contrario: la población cristiana en Israel, lejos de disminuir, crece.

Explica Van Zile:

“El Statistical Abstract of Israel (Oficina Central de Estadística) reporta que en 1946 había aproximadamente 34,000cristianos viviendo en Israel. […]Al final de 2011 había aproximadamente 125,000 árabes cristianos viviendo en Israel. […] La población de árabes cristianos creció un 268% desde 1949”

¿Cómo se pasa de un dato tan positivo a una visión tan negativa?

1Cifras generalizadas

Usando cifras generalizadas que no dicen necesariamente lo que se quiere que digan

Es cierto que así como el número de cristianos ha aumentado, su porcentaje en la sociedad ha disminuido, esto es debido, tal y como explica el propio artículo a que:

“La demografía juega en su contra: judíos y musulmanes tienen casi seis hijos de media, cuando los cristianos no pasan de tres.”

Es decir, el número de habitantes judíos y musulmanes crece notablemente más rápido que el número de habitantes cristianos. Eso es la explicación del descenso porcentual.

2 – Generalizando el fenómeno en vez de centrarlo en los hechos:

No es lo mismo la situación de los cristianos en Israel, que en Gaza o en Cisjordania. De hecho, la evolución de dicha minoría corre por distintos derroteros en función de las distintas administraciones. En ese sentido, el artículo no explica la situación concreta de las minorías cristianas viviendo bajo el gobierno de Israel, de la Autoridad Palestina, o de Hamas. Todo es una mezcla en la que la periodista sólo ahonda a la hora de hablar de la amenaza de los colonos israelíes.

Llama la atención que sólo el fenómeno del Price Tag sea nombrado en un artículo respecto a la situación de los cristianos en Tierra Santa. Al respecto, el diario denuncia:

““pasividad” de la policía y los jueces ante la llamada campaña de price tag, una serie de ataques contra intereses cristianos (también musulmanes, 150 en tres años), que incluyen pintadas en conventos y monasterios (“Jesús es un mono”, “Muerte a los cristianos”, “Bastardos”), incendios, cristales rotos…”

Hay que matizar que la campaña de price tag lleva años atacando intereses palestinos y también a las fuerzas israelíes, éstos son sus principales objetivos. No ha sido sino hasta el 2012 que el price tag se ha dirigido hacia los cristianos, con una docena de ataques desde entonces. No parece suficiente para justificar una tendencia demográfica.

Por otra parte, cabe destacar que el gobierno israelí ha denunciado ese movimiento de vándalos colonos israelíes, llegando a compararlo con un movimiento terrorista.

Si la campaña price tag, grupo pequeño de racistas que en absoluto representa al Estado de Israel, es mencionada en esta crónica como uno de los grandes problemas a los que se enfrentan los cristianos en Israel, entonces ¿no debería hacerse mención también la “islamización de Gaza” o a las dificultades de los cristianos de vivir bajo leyes islámicas?

3- Confundiendo los datos

Asegura el artículo de El País, que:

“los descendientes de los primeros seguidores de Cristo han disminuido hasta niveles de 1950.”

Se emplea la fecha de 1950 como un punto histórico clave para el descenso de la presencia cristiana en Tierra Santa. Pero el artículo no explica datos esenciales para comprender la evolución de la población cristiana en la zona.

Así, el Jerusalem Council for Public Affairs explica que la población cristiana experimentó un dramático descenso entre 1945 y 1967, pero que a partir de 1967 se mantuvo estable e incluso creció. Así que, lo correcto habría sido seguramente afirmar lo opuesto: los descendientes de los primeros seguidores de Cristo han aumentado hasta niveles de 1950

Según las cifras ofrecidas por el Jerusalem Council for Public Affairs, obtenidas de diversas fuentes, esta habría sido la evolución de la población cristiana en Cisjordania, Jerusalén y Gaza:

1945: 59,160

1961: 45,849

1967: 42,494

1995: 51,163

2006: 48,800

2007: 51,710

Hay otro dato erróneo en el artículo, especialmente llamativo e importante:

“En 1948, tras la declaración del Estado de Israel y la guerra posterior, suponían el 20% de la población nacional. Ahora no pasan del 2% en Israel y del 1,2% en los territorios ocupados palestinos”

En 1945, según datos oficiales de Naciones Unidas, había 1.764.520 habitantes en el Mandato Británico. De éstos 135.550 eran cristianos. O sea, un 8%. Difícilmente ese 8% pudo pasar a ser un 20% en tres años. Si un “acontecimiento reproductivo” de tal magnitud hubiera tenido lugar, sin duda aún sería recordado. Luego es muy probable que esos datos que ofrece el artículo de El Confidencial sean erróneos.

4- Fuentes parciales

No es de extrañar que los datos se presenten de una manera engañosa, teniendo en cuenta que algunas de las fuentes entrevistadas son actores abiertamente anti-israelíes. Algo de lo que no se informa al lector.

a) Kairos Palestine es según la autora “la asociación de cristianos de base más importante de la zona” pero no menciona que es una organización politizada, en cuya agenda se encuentran los llamados a la campaña BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones) y condenas a los numerosos cristianos que apoyan a Israel.

b) El Patriarcado Latino de Jerusalén, por su parte, es una organización que considera que el sionismo es una “falsa enseñanza que corrompe hoy el mensaje bíblico de amor y justicia”, y que ha ofrecido titulares como:

El secretario del Patriarcado Latino de Jerusalén considera que el sionismo y el ‘shoahismo’ dificultan la paz en Tierra Santa

Las comunidades cristianas: arma de propaganda

La realidad de las comunidades cristianas en Tierra Santa sin duda es delicada, pero estos artículos que hemos mencionado no ahondan en el problema, sino que se limitan a repetir una información confusa y no siempre libre de carga política.

El think tank israelí Jerusalem Center for Public Affairs, así lo explicaba en su informe sobre los cristianos palestinos:

“En los últimos años, ha habido una campaña mundial para deslegitimar a Israel que tiene un fuerte respaldo por parte de facciones dentro de algunas iglesias occidentales. Estos grupos trabajan en estrecha coordinación con los grupos cristianos palestinos. Juntos, cristianos occidentales y palestinos, acudieron a la Conferencia de 2001 de las Naciones Unidas contra el Racismo, la reunión en la que se desató una campaña mundial para identificar la marca de Israel como un régimen de apartheid similar al que una vez gobernó Sudáfrica.
[…] Pocas iglesias o líderes de la iglesia reconocen el derecho de Israel a existir como estado judío. La narrativa de una población cristiana palestina que disminuye es un argumento central utilizado para lograr apoyos y simpatía a su causa. . […] Los datos demográficos a menudo se distorsionan, a veces de manera significativa, con el fin de calumniar a Israel. Una población que se presenta como víctima de una disminución drástica es, en realidad, una población que se ha mantenido estable o que ha creciso ligeramente”

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