Sí. Una trucha y pacharán.
Así, de esta proposición:
creo que la trucha a la navarra es un atentado contra la gastronomía, y me parece que el mejor pacharán podría usarse para desatascar tuberías. Pero cuando lo digo nadie me acusa de antinavarro y mucho menos de partidario de ningún genocidio
Se seguía que para opinar sobre Israel todo vale fabricación, hipérbole, manipulación-:
Entonces, ¿por qué no puedo decir sin miedo a ser tildado de antisemita que la carnicería provocada por el Ejército israelí en Gaza es propia de un ejército mandado por asesinos? Una veintena de muertos y cientos de heridos. Un ejército bien armado disparando contra civiles que atacaban con piedras. Lo hemos visto todos, y no se trataba de ningún programa de fake news. Era de verdad.
El Ejército de Israel protege a quienes roban la tierra a los palestinos, y quiere meter en la cárcel de por vida a una joven, Ahed Tamimi, por haberse enfrentado, desarmada, a militares israelíes.
Evidentemente, el argumento es inválido.
Para comenzar,porque en la primera parte del mismo se confundía (y comparaba) la facultad para apreciar la comida (o la música, para el caso), con la facultad para elaborar una opinión basada en datos de la realidad (no en su impresión emocional de la misma). De esta manera, el autor pretendía que el gusto por la trucha a la navarra y una opinión (informada, honrada) sobre la realidad en Medio Orienteeran análogas. Y no lo son.
En segunda instancia, porque para afirmar lo que se sigue de la pretendida analogía, precisaba omitir, agrandar yfabricar:
1. La mayoría de abatidos, pertenecían a organizaciones terroristas palestinas (Hamas y Yihad IslámicaPalestina, entre ellas)que pretenden eliminar al Estado judío. (¿Por cierto, habrá estado viendo el autor lo que sucede en Siria últimamente? ¿Afrín o Guta le suenan de algo?).
2. Ahed Tamimi fue condenada también por incitación a la violencia, y no fue de por vida sino a ocho meses.
3. Robo de tierras En fin.
El argumento, en definitiva, venía a decir que, como a alguien bien podría no gustarle un plato de alguna nacionalidad o región, y ese hecho no lo convertirá en un anti-tal o cual nacionalidad o región, entonces podrá opinar sobre lo que sea. Y además, que para hacerlo, el gastrónomo en cuestión podrá reformular la realidad. En este caso, se acomodaba para acusar al único Estado judío de ser carnicero, asesino, ladrón de tierras…