¿Qué hay detrás de la “condena” de Hamas a los atentados de París?

Hamas “condenó”, según informaron los medios de comunicación,el atentado terrorista que acabó con la vida de 12 personas en la sede de la revista francesa Charlie Hebdo, en París; pero omitió, en dicha “condena” (así, incompleta), el atentado contra el supermercado kosher, en el que cuatro judíos fueron asesinados.

¿Qué contaron los medios, pues?

Por ejemplo, el diario argentino La Nación, a partir de una crónica de la agencia AFP decía:

“El movimiento islamista palestino Hamas condenó este sábado el atentado cometido por dos yihadistas franceses contra la revista satírica Charlie Hebdo que causó 12 muertos en París, en un comunicado publicado en francés.

Hamas ‘condena las agresiones contra la revista Charlie Hebdo e insiste en que la diferencia de opiniones y de pensamiento no justifica el asesinato‘, afirma el texto”.

Pero, ¿quién, o qué, es Hamas? ¿Y, por qué no mencionar que la “condena” no incluía a los judíos asesinados?

En tanto, la agencia de noticias española Europa Press señalaba – junto a Reuters – que:

“Hamás condena los atentados de París y asegura que no hay justificación para el ‘asesinato de inocentes’.

El Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) ha condenado este sábado los atentados perpetrados esta semana por islamistas radicales en Francia que se ha cobrado 17 víctimas mortales y ha advertido de que no cabe ‘justificación para el asesinato de inocentes‘”.

“No cabe justificación para el asesinato de inocentes”… ¿Y no surgió ningún interrogante periodístico respecto de esta declaración?

De veras, ¿ninguno?

Máxime cuando la Carta Fundacional del Hamas, en su preámbulo, amenaza:

Israel existirá y seguirá existiendo hasta que el islam lo aniquile, como antes aniquiló a otros.”

Bueno, podrá pensarse: el “problema” de Hamas es con Israel, con los judíos, puntualmente… Pero no… No es así.

Según explica Efraim Karsh (Islamic Imperialism), director del Middle East Forum y profesor de Estudios sobre Medio Oriente y Mediterráneos en el King’s College de Londres:

“… lejos de ser un movimiento de liberación corriente, en busca de la auto-determinación nacional, Hamas ha subordinado su objetivo de lograr la destrucción de Israel y crear un estado palestino sobre sus ruinas, al objetivo más amplio de establecer el imperio universal de Alá”.

Mientras que Matthias Küntzel, politólogo alemán e investigador asociado en el Centro Vidal Sassoon para el Estudio del Antisemitismo (Universidad Hebrea de Jerusalén), afirma en su libro Jihad and Jew Hatred que:

[En la Carta Fundacional], la yihad contra Israel se presenta como el primer paso en la guerra de aniquilación judía. La Carta de Hamas es probablemente uno de los documentos programáticos del islamismo contemporáneo más importante, y su significación va más allá del conflicto palestino”.

Y reproduce una declaración del Sheikh Ahmed Yassin, fundador de Hamas:

“Debemos ser pacientes… porque el islam se propagará tarde o temprano y tendrá el control sobre todo el mundo”.

De hecho, el artículo 10 de la carta fundacional de Hamas sentencia:

“[El Movimiento] No ahorrará esfuerzo por establecer la justicia y derrotar a la injusticia, de palabra y de obra, en este lugar y dondequiera que pueda llegar y tener influencia”.

En este sentido, el 24 de abril de 2013 el diario inglés The Telegraph informaba que:

“La Sociedad Islámica de Norte América, una rama de la Hermandad Musulmana, ha publicado un artículo en el que denomina a Andalucía… un ‘paraíso’ que regresará cuando ‘el único victorioso sea Alá’. Se lee en parte como cuaderno de viaje y en parte como un tratado religioso, que afirma que Andalucía fue una región de tolerancia ‘durante 800 años’ cuando estaba ocupada pos los musulmanes, y que fue arruinada por la ‘locura que sobrevino luego de la reconquista española’…

Hassan al-Banna, el fundador de la Hermandad Musulmana, escribió que ‘Andalucía, Sicilia, los Balcanes, el sur de Italia y las islas del mar romano fueron todas tierras islámicas que deben ser restablecidas a la patria del islam… es nuestro derecho restablecer la gloria al Imperio Islámico”.

En Gaza, en tanto, el 11 de mayo de 2007, el canal de televisión Al-Aqsa transmitía el programa infantil Pioneros del Mañana, cuyo presentador decía:

“Hazim [adulto]: ‘El Islam se extenderá por toda la tierra, de un extremo a otro, y la justicia, el bien y la bondad se extenderán. ¿Acaso la historia presencio un época mejor que aquella en la que el islam dominó?… ¿Te acuerdas cada día de Andalus (España)? ¿La querida Andalus volverá [al islam] un día.’”

Y Mahmoud Al-Zahhar, líder de Hamas, resumía:

“Los cimientos proféticos son el mensaje del Profeta Mahoma, de que el Islam entrará en cada hogar y se extenderá por el mundo entero” (Al-Aqsa Tv, 11 de manyo de 2007).

Matthiew Levitt, Senior Fellow y director del Programa Stein de Contraterrorismo e Inteligencia en el Washington Institute, manifiesta en su libro Hamas: Politics, Charity, and Terrorism in the Service of Jihad, que Hamas se ve a sí mismo liderando un movimiento pan-islamista internacional mayor:

Hamas no es una organización local – explica Kahled Meshal, el líder de la oficina política de Hamas – sino la punta de lanza para un proyecto nacional, que tiene también ambiciones árabes, islámicas e internacionales”.

En tanto que el artículo 6 de la carta de Hamas reza:

“Lucha por alzar el estandarte de Alá sobre cada pulgada de Palestina, pues bajo la protección del islam los seguidores de todas las religiones pueden coexistir con toda seguridad en lo que se refiere a sus vidas, posesiones y derechos. En ausencia del islam abunda la discordia, se extiende la opresión, prevalece el mal y estallan cismas y guerras”.

Según este razonamiento, el mundo sólo funciona si el islam lo domina. De hecho, en el preámbulo de la carta, ya se declara:

Sois la mejor nación que jamás haya sido dada a la humanidad: ordenáis lo justo y prohibís lo injusto, creéis en Alá…”.

Es decir, sólo la “mejor nación”, la “nación superior” tiene derecho a gobernar los asuntos de la tierra en nombre de una divinidad celestial…Quizás una – la “superioridad moral” –de las “justificaciones” esenciales de todo imperialismo o colonialismo.

Intentar maquillar por un lado (en un artículo), lo que se dice abiertamente por otro, parecería una empresa ridícula. Sin embargo, Hamas lo intenta. Y, así, propone una paradoja: “resistencia” imperialista, que se desprende del artículo 11de su texto fundacional:

“El Movimiento de Resistencia Islámica considera que la tierra de Palestina es un Waqf islámico consagrado a las futuras generaciones musulmanas hasta el Día del Juicio. Ni a ella, ni ninguna parte de ella… se puede renunciar… Esta es la ley que rige para la tierra de Palestina en la sharía (ley) islámica, e igualmente para todo territorio que los musulmanes hayan conquistado por la fuerza, porque en los tiempos de las conquistas (islámicas) los musulmanes consagraron aquellos territorios a las generaciones musulmanas hasta el Día del Juicio… Todo procedimiento que contradiga la sharia islámica, en lo que concierne a Palestina, es nulo y sin valor”.

Pero Hamas no se queda en la mera retórica. Los habitantes de Israel bien lo saben.

Métodos (terrorismo): cómo “recuperar” los “territorios” que alguna vez “los musulmanes conquistaron por la fuerza”
Ernesto Garzón Valdés filósofo argentino, que ha sido profesor de filosofía del derecho de universidades de Argentina y Alemania, dice que:

… cuando quien combate por la libertad de su pueblo utiliza el método terrorista, convierte una causa cuya legitimidad podría ser objeto de evaluación moral positiva en una empresa inexcusable. Dado que el terrorismo es un método de ejercicio de la violencia, toda persona o grupo de personas que lo utilice se transforma en terrorista, ocasional o permanente, en el respectivo ámbito de su actuación”.

El artículo 12 de su carta se adentra en cuestiones más… “pragmáticas”:

“Resistir al enemigo y eliminarlo pasa a ser el deber individual de todo musulmán, hombre o mujer. Una mujer puede marchar a combatir contra el enemigo sin el permiso de su marido, e igualmente el esclavo, sin el permiso de su amo…”.

“Resistir” vs “eliminar”… El segundo término le resta toda razón – si alguna vez la tuvo –de ser al primero.

Aun así, el ex rector de la Universidad (sí, de una universidad…) y miembro del Consejo Fatwa designado por la Autoridad Palestina, Ahmad Abu Halabiya en un sermón del 13 de octubre de 2000, espetó:

No tengáis piedad de los judíos, sin importar dónde estén, sin importar en qué país estén. Cuando os encontréis con ellos, matadlos. Allí donde estéis: matad a los judíos y a los americanos, que son como ellos y los apoyan. Están todos en una trinchera contra los árabes y los musulmanes… Está prohibido trabar amistad con israelíes o prestarles ayuda. No los améis o entréis en acuerdos con ellos, no los ayudéis o firméis acuerdos con ellos. Quien realiza esto es uno de ellos. Esta es la palabra de Alá, alabado sea. Ellos, ellos son los terroristas. Ellos deben ser masacrados. Ellos deben ser asesinados. Tal es la palabra de Alá”.

“No tengáis piedad de los judíos, sin importar dónde estén, sin importar en qué país estén. Cuando os encontréis con ellos, matadlos…”. ¿Será por ello que Hamas no “condenó” una parte de los terribles hechos acaecidos en París?

Khaled Meshal, líder de la “oficina política” de Hamas, dirigiéndose a una muchedumbre en Gaza, en diciembre de 2012 declarba:

Qué maravilloso fue vuestro bombardeo de Tel Aviv. Puedan sus manos ser bendecidas. Puedan sus manos ser bendecidas. Estamos orgullosos de lo que habéis hecho [a las Brigadas Qassam].

La yihad y la resistencia son el camino. Esto no es mera retórica. Los acontecimientos nos han demostrado que la yihad y la resistencia son la opción más ventajosa y confiableMarcha sobre el suelo, dispersando la luz entre su gente y desatando fuego sobre sus enemigos. Eso es la resistencia”.

“Resistir” es, según Meshaal, “desatar el fuego sobre sus enemigos”, es decir, bombardear de manera indiscriminada y masiva contra la población civil israelí. Esa “resistencia” imperialista vuelve a aparecer una vez más… Quizás sea hora de descartar la palabra “resistencia” de la macabra ecuación que es Hamas.

Garzón Valdés, en tanto, puntualiza que:

“… es importante subrayar que el terrorismo es un método o un modo de comportamiento. Consiste precisamente en la realización de un acto o una actividad cuyo resultado intencionado es la creación de un estado psicológico de temor generalizado”.

Y aclara que la eventual plausibilidad de sus actos, al igual que el éxito o fracaso en la obtención de los objetivos perseguidos, no altera en absoluto el carácter terrorista del comportamiento en cuestión. Pero que sí son relevantes en la medida en que el método terrorista es utilizado justamente como medio para lograrlos. Además, “el acto o la actividad terrorista cumplen una función instrumental con respecto a esos objetivos que, a su vez, son invocados para explicar o hasta justificar el terrorismo… De acuerdo con esta definición, terrorista es toda persona o institución que recurre a este método”.

Y continua explicando la lógica interna del terrorismo:

“El acto terrorista se les presenta a no pocos partidarios de supuestas verdades absolutas, es decir, no negociables, como la vía más adecuada para lograr su imposición. Cuando ella parece ofrecer, además, la posibilidad de ser incluido en la categoría del héroe o del santo, el terrorista considera que lo más gratificante que puede hacer es promover su propio ideal, también a costa de su propia vida, y ganar para sí, al mismo tiempo, la memoria ‘eternizante’ de la historia o la ventura celestial (en el caso del terrorista que alienta convicciones religiosas). El terrorista dispuesto a imponer sus ‘ideales’ a costa de la propia vida y de la de personas inocentes ingresa en la categoría del fanático, es decir, de quien está dispuesto a sufrir ‘los mismos males que para lograr sus propios fines se propone infligir a otros’”.

¿Se entiende? ¿O es necesario ser más explícito?
A ver qué dice Hamas…
El Middle East Media Research Institue (MEMRI) publicó un video en el que se muestran fragmentos de la ceremonia de graduación de un campamento juvenil de Hamas en Gaza, que fue transmitida por el canal de televisión Al-Aqsa de Gaza el 16 de enero de 2014.

En el mismo, se ve al Ministro de Interior de Hamas, Fathi Hammad, diciendo:

“Permítame felicitarlos por su victoria futura y por la aniquilación de Israel”.

O al Primer Ministro, Ismail Haniya, advirtiendo:

“Vamos a seguir sus pasos [del Profeta]para educar a las generaciones futuras a amar la muerte en nombre de Alá tanto como nuestro enemigos aman la vida”.

Hammad: “Oramos para que Alá elija mártires y líderes, y no sólo en Palestina, sino en toda la tierra,
para que la convocatoria la yihad se extienda por todo el mundo, y todo el mundo a abrace la religión de Alá.
Una concepción del conflicto (y de la propia “vida”, o muerte) que no es ni mucho menos reciente, ni aislado. En 1938, relata Küntzel, Hassan al-Banna, fundador de la Hermandad Musulmana (de la cual Hamas es uno de los brazos en “Palestina”) publicó su concepto de yihad en un artículo titulado, ni más ni menos, La industria de la muerte – este término, explicaba Küntzel, denota un ideal, y no un hecho aborrecible. Al-Banna escribió:

Sólo a una nación que perfecciona la industria de la muerte y que sabe cómo morir noblemente, Dios le otorga una vida gloriosa en este mundo y la gracia eterna en la vida venidera”.

El mismo Hammad declaró, en un discurso transmitido por el canal de televisión Al-Aqsa el 29 de febrero de 2008 (MEMRI):

“[Los enemigos de Alá] no saben que el pueblo palestino ha desarrollado sus [métodos] de muerte y de búsqueda-de-la-muerte. Para el pueblo palestino, la muerte se ha convertido en una industria en la cual, las mujeres sobresalen, de la misma manera que todos los que viven en esta tierra. Los ancianos sobresalen en ello, lo mismo que los mujahideen y los niños. Es por esto que hemos formado escudos humanos de mujeres, niños y ancianos y mujahideen, para desafiar la máquina de bombardeo sionista. Es como si le estuviesen diciendo al enemigo sionista: ‘Deseamos la muerte como tú deseas la vida’”.

¿Qué fue, entonces, lo que “condenó” Hamas?
¿“Condenó” realmente algo Hamas?
El Dr. En Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, y columnista del diario Jerusalem Post, Martin Sherman, apuntaba en un artículo publicado justamente en dicho periódico en mayo de 2013, que:
“Para aquellos que no están familiarizados con el término taqiyya…, una breve explicación: la noción de taqiyya y su importancia, han sido ampliamente discutidos en la literatura sobre el Islam, y es evidente que no podemos abarcar todo el debate académico aquí. Por consiguiente, una explicación muy comprimida tendrá que ser suficiente.
Históricamente, la práctica coránica sancionada fue codificada en primera instancia por minorías chiítas y se refiere a la disimulación (es decir, el acto de ocultar o encubrir) de su fe religiosa para protegerse de la persecución de los musulmanes sunitas más poderosos.
No obstante, a día de hoy, y tal como el conocido erudito del Islam, Raymond Ibrahim, nos dice: ‘Taqiyya no es, como se suele pensar, un fenómeno exclusivamente chiíta’. Así, cita al profesor de estudios islámicos Mukaram Sami, autor de más de una veintena de libros sobre el Islam: ‘La taqiyya es de fundamental importancia en el Islam. Podemos ir tan lejos como para afirmar que la práctica de la taqiyya es prevalente en el Islam. La taqiyya es muy prevalente en la política islámica, especialmente en la época moderna’. Por lo tanto, Ibrahim afirma que la taqiyya ha llegado a ser ‘desplegada no como una disimulación, sino como un engaño activo…
Ahora, si bien no tengo intención de entrar en un debate ideológico y teológico sobre el verdadero significado y alcance de la taqiyya, en general…, una cosa es incuestionable… que, en la era moderna, la taqiyya parece haberse convertido en un medio no sólo para defender al Islam contra los infieles, sino para promoverlo entre ellos, particularmente en Occidente.
De hecho, en el discurso público, el término ha llegado a denotar al ‘engaño activo doctrinal’ no sólo con la finalidad de preservar los valores islámicos religiosos, sino de avanzar objetivos políticos islámicos. Es en este sentido que se ha convertido en uso frecuente en el debate ideo- político sobre el Islam y los métodos utilizados para promover sus objetivos en Occidente”.
¿“Condenó” realmente algo Hamas?

O, mejor dicho, ¿por qué emitió una “condena” de (una parte de) los sucesos de París?

¿La repercusión mediática era demasiado grande (y negativa) como para permanecer “indiferentes”? Es decir, ¿había cuestiones financieras de por medio –y ahí el interés de que la Unión Europea mantenga a la organización fuera de sus “listas negras”?

La cuestión es que, no fue ni por metodología, ni ideología, ni, en definitiva, fines – la imposición de la propia visión sobre el resto, los “otros”. Pero los medios de comunicación parecen predispuestos a que la imagen de Hamas que percola hacia el público lector poco tenga que ver con la realidad: un mero movimiento, organización, grupo de tantos que luchan por su “causa”.

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