Lo que los medios no cuentan sobre el secuestro

No tengáis piedad de los judíos, sin importar dónde estén, sin importar en qué país estén. Cuando os encontréis con ellos, matadlos. Allí donde estéis: matad a los judíos y a los americanos, que son como ellos y los apoyan. Están todos en una trinchera contra los árabes y los musulmanes…Está prohibido trabar amistad con israelíes o prestarles ayuda. No los améis o entréis en acuerdos con ellos, no los ayudéis o firméis acuerdos con ellos. Quien realiza esto es uno de ellos. Esta es la palabra de Alá, alabado sea. Ellos, ellos son los terroristas. Ellos deben ser masacrados. Ellos deben ser asesinados. Tal es la palabra de Alá”. Ahmad Abu Halabiya, ex rector de la Universidad y miembro del Consejo Fatwa designado por la Autoridad Palestina, en un sermóndel 13 de octubre de 2000
Los medios de comunicación tienen un grave problema a la hora de informar sobre Israel y el conflicto en Medio Oriente que ReVista viene señalando desde hace largo tiempo: la incapacidad de considerar un hecho dado dentro de una determinada situación política, social, y, principalmente, histórica. Lo que habitualmente se denomina contexto o contextualización de la noticia.

No en vano, el periodista y escritor polaco Ryszard Kapuscinski sostenía que:

“… en el buen periodismo, además de la descripción de un acontecimiento, tenéis también la explicación de por qué ha sucedido; en el mal periodismo, en cambio, encontramos sólo la descripción, sin ninguna conexión o referencia al contexto histórico”.

Y, además, creía que de eso se trataba el periodismo, de la búsqueda de contextos, de las causas que explican, justamente, lo que sucede.

Pero cuando una palabra mágica, casi un conjuro contra la razón, aparece en el mundo informativo, los periodistas pierden el rumbo profesional y se transforman, en el mejor de los casos, en malos reporteros y, en el peor, en activistas o propagandistas de una ideología.

Cuando los jóvenes israelíes Gilad Shaar (16), Naftalí Frenkel (16) y Eyal Yifrach (19) fueron secuestrados, los medios obviaron las amenazas previas y, en su lugar, se dedicaron a priorizar las consecuencias policiales de ese secuestro como un hecho negativo para la sociedad palestina.

Pues, bien, vamos a poner las cosas en contexto (una vez más).

El blog de las Fuerzas de Defensa de Israel indicaba que este no fue, ni mucho menos, el primer intento de secuestro de israelíes. Por el contrario, desde principios de 2013 se han frustrado 64 intentos de rapto.

A su vez, la “estrategia” del secuestro ha sido celebrada no sólo por Hamas, sino por Fatah – la facción dirigida por Mahmoud Abbas -, por medios oficiales de la Autoridad Palestina y por funcionarios de la misma y por el propio Abbas.

De hecho, según recogía Palestinian Media Watch (PMW), en una entrevista en la televisión oficial de la AP, emitida el 24 de octubre de 2011, Abbas declaró:

“Hamas secuestró a un soldado [Gilad Shalit] y logró mantenerlo con vida durante cinco años – eso es algo bueno”.

El mismo mes y el mismo año, Jibril Rajoub, Secretario General Adjunto del Comité Central de Fatah, jefe del Comité Olímpico Palestino y ex director de la Fuerza de Seguridad Preventiva en Cisjordania, hablando en representación de Abbas dijo:

“Saludamos a quienes cavaron el túnel [para secuestrar a Gilad Shalit]; saludamos a quienes quién capturó al cautivo [Gilad Shalit], y saludo a los que custodiaban el cautivo hasta que se completó el trato”.

Por otra parte, pero continuando una línea que surge de los propios líderes palestinos, los medios oficiales de la Autoridad Palestina, así como Fatah, celebraron el reciente secuestro de los tres jóvenes civiles israelíes.
Facebook, “Fatah – Página principal”,15 de junio de 2014 (Fuente: PMW)
Unas semanas antes de del acuerdo de reconciliación entre Fatah y Hamas en mayo de 2014, el líder de la organización terrorista palestina, Ismail Haniye, confirmó, según PMW, la política de secuestro-rehén de Hamas:

“Es secuestro de soldados israelíes es parte de la agenda de la resistencia palestina y del movimiento Hamas, y continuará siéndolo hasta que haya presos palestinos en las prisiones israelíes”.

Los presos palestinos han sido juzgados y condenados por diversos crímenes: que incluyen el de terrorismo y asesinato entre otros.

A todo esto, el Estatuto de la Corte Penal Internacional dispone:

Artículo 7

Crímenes de lesa humanidad

1. A los efectos del presente Estatuto, se entenderá por “crimen de lesa humanidad”

cualquiera de los actos siguientes cuando se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque:

i) Desaparición forzada de personas;

Por “desaparición forzada de personas” se entenderá la aprehensión, la detención o el secuestro de personas por un Estado o una organización política, o con su autorización, apoyo o aquiescencia, seguido de la negativa a admitir tal privación de libertad o dar información sobre la suerte o el paradero de esas personas, con la intención de dejarlas fuera del amparo de la ley por un período prolongado.

Artículo 8

Crímenes de guerra

1. La Corte tendrá competencia respecto de los crímenes de guerra en particular

cuando se cometan como parte de un plan o política o como parte de la comisión en gran escala de tales crímenes.

2. A los efectos del presente Estatuto, se entiende por “crímenes de guerra”

a) Infracciones graves de los Convenios de Ginebra de 12 de agosto de 1949, a saber, cualquiera de los siguientes actos contra personas o bienes protegidos por las disposiciones del Convenio de Ginebra pertinente:

viii) La toma de rehenes;

b) Otras violaciones graves de las leyes y usos aplicables en los conflictos armados internacionales dentro del marco establecido de derecho internacional, a saber, cualquiera de los actos siguientes:

i) Dirigir intencionalmente ataques contra la población civil en cuanto tal o contra personas civiles que no participen directamente en las hostilidades;

c) En caso de conflicto armado que no sea de índole internacional, las violaciones graves del artículo 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra de 12 de agosto de 1949, a saber, cualquiera de los siguientes actos cometidos contra personas que no participen directamente en las hostilidades, incluidos los miembros de las fuerzas armadas que hayan depuesto las armas y las personas puestas fuera de combate por enfermedad, herida, detención o por cualquier otra causa:

iii) La toma de rehenes;

e) Otras violaciones graves de las leyes y los usos aplicables en los conflictos armados que no sean de índole internacional, dentro del marco establecido de derecho internacional, a saber, cualquiera de los actos siguientes:

i) Dirigir intencionalmente ataques contra la población civil como tal o contra civiles que no participen directamente en las hostilidades;

En tanto que la Convención Internacional contra la Toma de Rehenes de las Naciones Unidas estipula, en su 1º artículo que:

Toda persona que se apodere de otra (que en adelante se denominará ”el rehén”) o la detenga, y amenace con matarla, herirla o mantenerla detenida a fin de obligar a un tercero, a saber, un Estado, una organización internacional intergubernamental, una persona natural o jurídica o un grupo de personas, a una acción u omisión como condición explícita o implícita para la liberación del rehén, comete el delito de toma de rehenes en el sentido de la presente convención”.

Qué extraño que los medios, con lo dados que son a mencionar el “derecho internacional”, no lo mentaran en esta oportunidad.

Como sea, según el Estatuto, poco importa que sea civil o militar el objeto de un secuestro: sigue siendo un crimen.

Un crimen al que es posible llegar a través de la constante incitación a la violencia y al odio, y por mediación de la glorificación del terrorismo por parte de la Autoridad Palestina y de Hamas.

Así, según daba a conocer el Middle East Media Research Institute (MEMRI), Fathi Hammad, ministro de Interior de Hamas, en un discurso de despedida (2 de junio de 2014, transmitido por Al-Aqsa TV) se dirigió a los miembros de Hamas con un llamamiento a unirse a Hamas para emprender la yihad y dijo:
“… el silbido de las balas, el sonido de las bombas y misiles estallando por el bien de Alá, y los soldados [israelíes] capturados [era] música para nuestros oídos”.
Una “música” que, si uno se guía por lo que dijo Abbas Zakki – miembro del Comité Central de Fatah – el 12 de marzo de 2014 en la televisión oficial de la AP, es compartida por los oídos en Cisjordania – o eso pretenden sus líderes:
Esos israelíes no tienen religión ni principios. No son otra cosa que herramientas avanzadas del mal. Hablan del Holocausto, etcétera. ¿Entonces, por qué nos están haciendo esto a nosotros? Por ello, en mi opinión, Alá los reunirá para que podamos matarlos. Cada asesino está destinado a ser asesinado. No hay otra opción”.

Palabras que se van amontonando, agregando unas sobre otras, haciendo que la paz sea una utopía irrealizable. Porque esas palabras que diseñan un destino, comienzan a administrarse desde temprano.

Tanto la televisión oficial de la Autoridad Palestina como la de Hamas dedican sendos programas a sus audiencias infantiles desde los cuales se los adoctrina en el odio y la negación del otro.

Por ejemplo, según publicaba PMW, el programa Pioneros del Mañana, de la televisión de Hamas lanzaba el siguiente mensaje el 23 de mayo de 2014:

“No hay Israel, sólo Palestina”.

En tanto que el programa El mejor hogar, de la televisión oficial de la Autoridad Palestina difundía el siguiente el 16 de mayo de 2014:

“Palestina existe, Palestina regresará a nosotros, y no hay tal cosa como Israel”.

Gracias a esta instrucción en el odio al otro, a lo que difiere de la cosmovisión palestina, Fathi Hammad podía declarar el 29 de febrero de 2008 (MEMRI) en el canal Al-Aqsa que:

“[Los enemigos de Alá] no saben que el pueblo palestino ha desarrollado sus [métodos] de muerte y de búsqueda-de-la-muerte. Para el pueblo palestino, la muerte se ha convertido en una industria en la cual, las mujeres sobresalen, de la misma manera que todos los que viven en esta tierra. Los ancianos sobresalen en ello, lo mismo que los mujahideen y los niños. Es por esto que hemos formado escudos humanosde mujeres, niños y ancianos y mujahidenes, desafiar la máquina de bombardeo sionista. Es como si le estuviesen diciendo al enemigo sionista: ‘Deseamos la muerte como tú deseas la vida”.

Pero la amplia mayoría de los medios parecen pretender – al tratarlo según criterios particulares no aplicados a otros casos – que Israel deje de hacer lo que ellos mismos reclamarían de sus propios países en circunstancias similares. Pero, claro, dejan de ser similares desde el mismo momento en que comienzan a deformar la realidad y a hurtar el contexto de los hechos que la conforman.

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