La violencia, instrumental para la dirigencia palestina

Mucho se hace desde la gran mayoría de medios de comunicación para transformar (si bien su función debería ser exclusivamente la de informar) el terrorismo palestino en una mera marginalidad individual desesperada – que,llamativamente, se da, por algún motivo que no se explica, en “oleadas” o “espriales” –, cuando no en una reacción “política” a una acción (negativa), claro está, israelí.

Pero los esfuerzos realizados en dicho sentido se ven desbordados por la realidad.

La violencia palestina ha sido un instrumentopolítico” desde antes de la creación del Estado de Israel: ya fuese para obtener prebendas del Reino Unido, de los países árabes o de la comunidad internacional, o para justificar sus propias negligencias.

Como fuere, siempre ha sido un elemento alentado, glorificado. Obviar estos hechos, y pretender que el conflicto comenzó luego de la Guerra de los Seis Días (consecuencia del casus belli provocado por Egipto, y continuado por sus aliados árabes), es, en definitiva, aportar más sustrato para el conflicto.
Pregunta marginal: ¿habría servido esta violencia como medio, si el conflicto de los palestinos hubiese sido (y fuese), por ejemplo, con Rusia?
Tres puntos (sucintos) que desbaratan el esfuerzo mediático de convertir a los terroristas palestinos en “sujetos políticos frustrados”:
  1. El Middle East Media Research Institute indicaba el 11 de octubre de 2015:

“El Colegio palestino de Abogados, cuyos directrivos son miembros de Fatah, y que recibe financiación de la Unión Europea y la ONU, anunció… que otrogará un título honorario de Derecho a Muhannad Al-Halabi, un estudiante de Derecho palestino que fue abatido luego apuñalar hasta la muerte a dos israelíes en la Ciudad Vieja de Jerusalén el 4 de octubre de 2015. El anuncio de dicho Colegio decía: ‘El Colegio de Abogados decidió en su reunión de hoy [10 de octubre] conceder el título honorario de Derecho al héroe martirizado, Muhannad Al-Halabi, y celebrar la próxima ceremonia de jura [del Colegio] en [su] honor’”.

Glorificación del terrorismo – e incitación al mismo. Pero no sólo eso: el Colegio de Abogados, precisamente, daba así una idea de lo que entiende por Justicia, por Ética del Derecho…

  1. El diario israelí Jerusalem Post, en su edición del 6 de octubre de 2015, señalaba que documentos recientemente revelados muestran que la Autoridad Palestina ha pagado decenas de millones de shekels cada mes a terroristas encarcelados en prisiones israelíes. Además, el medio indicaba que la mayoría de los beneficiarios de estos pagos son miembros del grupo terrorista – así designado por Estados Unidos y la Unión Europea, entre otros – Hamas, responsables de algunos de los ataques terroristas más sangrientos durante la segunda intifada. Y aclaraba que todos aquellos que reciben los “salarios” de la Autoridad Palestina, cumplen las penas en prisiones de máxima seguidad por los crímenes que cometieron.

Practicar el terrorismo recompensa. El dinero que podría destinarse a construir un estado se destina, en su lugar, para intentar destruir otro. Pero, eso sí, Mahmoud Abbas es “moderado” en el diccionario ad hoc aplicado al conflicto palestino-israelí.

  1. La cuestión subyacente – aunque evidente, mostrándose con el rostro descubierto, sin tapujos – y acaso primordial, en este conflicto, es la índole religiosa que los árabes han dado al mismo (en la cual, el libelo de la “destrucción de Al-Aqsa” es central); algo que no es, ni mucho menos, reciente.

El periodista Jeffrey Goldberg apuntaba (“The Paranoid, Supremacist Roots of the Stabbing Intifada” – “Las raíces paranoicas y supremacistas de la intifada de los acuchillamientos” -, The Atlantic, 16 de octubre de 2015) que existe una falta de voluntad, por parte de muchos palestinos, a aceptar que los judíos son un Pueblo indígena de la tierra que los palestinos creen exclusivamente propia, así como a aceptar que el tercer sitio más sagrado del islam es el lugar más sagrado del judaismo.

Así pues, pueden esgrimirse las excusas que uno quiera: la “ocupación”, la “opresión”, la “frustración”, pero ninguna será más que eso, un pretexto, un intento de disculpa, de coartada; mas al final, los líderes palestinos hablan la realidad.

Según un artículo del 13 de julio de 2010, publicado por el Jerusalem Center for Public Affairs, el Gran Mufti Haj Amin Al-Husseini declaró, ante la creación del Estado de Israel: “¡Declaro la guerra Santa, mis hermanos musulmanes! ¡Matad a los judíos! ¡Matadlos a todos!”

En esta línea, precisamente, la constitución , o carta de Fatah, de 2009, dice:

“Liberar Palestina y proteger sus lugares sagrados es una obligación árabe, religiosa y humana” (Art. 9)

¿Y qué se dice, entonces, en las mezquitas?

El jeque Khaled Al-Mughrabi, que enseña islam dos veces a la semana en la mezquita de Al-Aqsa (Al-Msjed Al-Aqsa YouTube channel, 16 Oct. de 2015 – Fuente: Palestinian Media Watch): “… el Anticristo no aparecerá a no ser que el Templo [judío] sea construido y el Diablo sea adorado allí… [Al final de los días] perseguiremos a los judíos en todas partes. No se nos escaparán. No podrán escaparse de nosotros. La roca y el árbol hablarán, de acuerdo al Hadith [tradición] del Profeta [Mahoma]… y es una promesa del Profeta según la cual el árbol y la roca se hablarán y dicerá: ‘ Oh musulmán, hay un judío detrás de mí, ven y mátalo.’ Los hijos de Israel serán exterminados, el Anticristo será asesinado y los musulmanes vivirán cómodamente durante mucho tiempo”.

En el sermón de los viernes del 23 de octubre de 2015, en Gaza, el predicador Abu Hamza Ashur levantó un cinturón de explosivos en la mezquita, diciendo (Fuente: MEMRI): “… ¡Oh hijo de Cisjordania, enfurécete! Por Alá, sólo la ira liberará esta tierra. ¡Oh pueblo de Cisjordania, matádlos! Envenenad vuestras dagas y luego apuñálenlos… ¡Reviéntelos por los aires, derramen su sangre, abaláncense sobre ellos, desmiémbrenlos, paralícenlos, hagan temblar la tierra bajo sus pies, pisoteen sus cabezas. […] Las siguientes operaciones de martirio se realizaron con cinturones de explisivos”.

En un mitin en la mezquita de Al Aqsa, el predicador palestino Ali Abu Ahmad, en un discurso que fue publicado en internet el 24 de octubre de 2015, espetó (Fuente: MEMRI):

“Si Alá quiere, el Califato será el que libere Jerusalén muy pronto, luego de aniquilar a los gobernantes de los mini-estados, y devoverá la nación al camino que le corresponde y aniquilará a la entidad judía.

[…]

Oh, Alá, aniquila a los judíos”.

Público: ‘Amén’.

Predicador: ‘Oh, Alá, dejanos matarlos’.

Público: ‘Amén’”.

Por más que se mire para otro lado o, peor aún, se intente maquillar o incluso deformar la realidad; ésta habla claro, alto y fuerte; a contrapelo de las fabulaciones.

El propio presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas – parte de esa realidad negada – cuando habla en árabe, no da lugar a confusiones:

16 de septiembre de 2015:

Bendecimos cada gota de sangre que se ha derramado por Jerusalén, esta sangre es limpia y pura, es sangre derramada por AláCada Mártir (Shahid) alcanzará el Paraíso, y todo quien ha sido herido será recompensado por Dios”.

Palabras emitidas 19 veces por la televisión de la Autoridad Palestina entre el 17 y el 19 de octubre de 2014:

“Hay personas realizando el ‘Ribat‘ (conflicto religioso / guerra sobre tierra que ser reclama como islámica). Todos debemos llevar a cabo el ‘Ribat’ en Al-Aqsa [mezquita]. No es suficiente decir: ‘los colonos han llegado [a la mezquita]’. Han venido, y no deben venir al Santuario (es decir, Monte del templo). Tenemos que evitar, de cualquier modo, que entren en el santuario. Este es nuestro Santuario…”.

Las avestruces sólo parecen esconder su cabeza en el suelo… En el caso de algunos periodistas, no sólo lo parece.

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