La Nación: ¿Qué fue de Tel Aviv?

A veces, la realidad es demasiado evidente para negarla, para suplantarla con construcciones caprichosas, con prejuicios ideológicos.

Esto mismo, la realidad, le sucedió a Martín Dinatale, cronista del diario argentino La Nación refería en un artículo del 26 de abril de 2014:

“Un año y cuatro meses después de haber firmado el acuerdo con Irán para reactivar la causa del atentado contra la AMIA, el Gobierno emitió claros gestos de que está dispuesto a dar un giro en su estrategia diplomática con la comunidad judía y con Israel para disipar algunos fantasmas. Por lo pronto, la Casa Rosada deslizó en la intimidad quedejará caer el polémico memorándumque suscribió con Teherán y, como correlato, el cancillerHéctor Timermanse reunió ayer con las autoridades de la DAIA y el lunes estará en unavisita oficial a Jerusalén”.

Uno podría preguntarse, qué es lo extraño en este párrafo. Paciencia…

Dinatale continuaba explicando que el Canciller argentino “arribará a Jerusalén en una fecha muy especial para los israelíes, ya que el lunes se conmemora el Día del Holocausto. Así, se sumará a los actos y compartirá un palco con el presidente Shimon Peres”..

“El escaso tiempo que estará en Jerusalén – señalaba el Dinatale, Timerman le será compensado con reuniones de alto nivel político: se encontrará con su par Avigdor Lieberman; con la ministra de Justicia, Tzipi Livni, referentes de ONG y con Peres”.

¿No han notado nada extraño?

Para hacerlo hace falta recurrir a algo que los propios periodistas parecen haber olvidado hace tiempo: la hemeroteca.

Así, nos encontramos con que el 25 de febrero de 2014 el mismo cronista daba cuenta de la mencionada invitación de la diplomacia israelí al Canciller argentino, de la siguiente manera:

“En línea con la nueva predisposición del gobierno argentino de reencauzar las relaciones diplomáticas con Tel Aviv, Israel envió el viernes pasado una invitación formal al canciller Héctor Timermanpara realizar una visita oficial con fecha abierta y por definir”.

¿Han notado la diferencia?

A ver, una pista más:

“Según confirmaron a La Nación fuentes calificadas del Palacio San Martín y de la diplomacia israelí, la invitación oficial para que Timerman visite Tel Aviv se enmarca en la nueva etapa de las relaciones diplomáticas entre ambos países”.

Eso mismo, Tel Aviv.

Dinatale sugería que esta ciudad es la capital de Israel; es decir, el asiento del gobierno israelí.

Y, de pronto, casi dos meses después de esa invención, Dinatale no mencionaba ni una sola vez a la ciudad que, según él, había invitado al jefe de la diplomacia argentina a Israel.

¿Se perdió el periodista en el mapa? ¿O en su malabarismo ideológico?

Dinatale, recordemos, indicaba que Timerman tendrá “reuniones de alto nivel político: se encontrará con su par Avigdor Lieberman; con la ministra de Justicia, Tzipi Livni… y con Peres”.

Es decir, que el Ministerio de Exteriores israelí, el de Justicia, y el asiento del Presidente del país se encuentran en Jerusalén… ¿Entonces por qué mencionaba 9 veces a la ciudad de Tel Aviv (y ninguna a Jerusalén) en febrero y ninguna en esta última crónica (y sí 4 veces a Jerusalén)?
Pero es que en febrero, como se indicaba anteriormente,llegaba al extremo de decir que la invitación oficial era para “visitar Tel Aviv”…
¿Es posible cambiar los marcos de la realidad según convenga?

En esta ocasión,se haceevidente queno nos encontramos ante la corrección de un error por partedel periodista; sino que, simplemente, la realidad superó sus fantasías, y era muy complicado decir que Timerman estaba donde no estaba y que no estaba donde sí estaba. Aunque, eso sí, se cuidó mucho de no indicar que Jerusalén es la capital de Israel; tanto, que no mencionó ni una sola vez la palabra “capital”.

Quizás la cuestión central o el interrogante central sea: ¿todos los lectores se percataron de ello? ¿O están aún buscando las direcciones de la objetividad en el mapa imaginario de Dinatale?

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