La importancia del titular

El diario Jerusalem Post informaba el 26 de diciembre de 2013 que la Fuerza Aérea Israelí atacó dos objetivos en Gaza en respuesta al lanzamiento de cohetes al sur de Israel el jueves. Los objetivos fueron instalaciones de manufacturación de armas en el centro de Gaza y un depósito de armas en el norte de la Franja.

Pero en México, el diario El Informador encabezaba su crónica del 27 de diciembre de 2013 de la siguiente manera:

Se recrudece la violencia entre Israel y Palestina

Uno. No existe, a día de hoy, tal cosa como “Palestina” (véase ¿Reacción (periodística) voluntaria o involuntaria? y La irrelevancia de la realidad…).

Dos. Hamas ha iniciado las acciones – la agresión – lanzando ataques indiscriminados contra la población civil – de hecho, lleva años lanzando cohetes contra la población civil israelí: más de 8000 desde 2005. Las respuestas defensivas israelíes han ido dirigidas contra estructuras de esa organización terrorista y no contra Gaza o “Palestina” de manera generalizada.

El titular parece pretender igualar unas y otras acciones; es decir, al terrorismo con las acciones de defensa legítimas del Ejército de un país democrático.

Tres. En el cuerpo de la crónica de la agencia Associated Press que el diario reproducía se indicaba que:

Israel realizó ataques aéreos contra dos objetivos en la Franja de Gaza —una planta fabricante de armas y una instalación de almacenamiento de las mismasen respuesta a un par de ataques con cohetes, informó el Ejército.

Los ataques aéreos ocurrieron horas después de que rebeldes palestinos dispararon dos cohetes hacia el sur de Israel. No se reportaron lesionados”.

Es decir, que el título no se sostiene a partir del propio texto de la nota (es decir, no explica el asunto de la noticia). Y, aún así, aparentemente hay que predisponer al lector, de entrada, a tomar una cierta postura ante lo que está por leer.

Pero entonces, ¿se trata de información o de una mera herramienta ideológica?

Cuatro. ¿Rebeldes – aquellos que, faltando a la obediencia debida, se rebelan (se sublevan)? ¿Ante quién se sublevan u oponen resistencia?

El Informador parece querer difuminar lo claro y evidente; o sea, lavar la imagen de los terroristas palestinos que operan desde la Franja de Gaza.

No se trata de rebeldes, sino de terroristas, y no sólo debido a que, según explica Javier Jordán, de la Universidad de Granada, en un ensayo, Hamás aparece en los listados de organizaciones terroristas de Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y Japón; sino porque, además de “apuñalamientos, tiroteos y lanzamiento casi diario de cohetes contra la población civil, la práctica durante casi una década de atentados suicidas en lugares públicos hace a la organización sobradamente merecedora del apelativo terrorista.

Es preciso remarcar que el terrorismo lo es en función de los propios objetivos que persiguen con sus actos.

En este sentido, Ernesto Garzón Valdés – filósofo y ex profesor de filosofía del derecho de las universidades de Córdoba y La Plata en Argentina, y, en Alemania, de las universidades de Bonn, Colonia y Maguncia – puntualizaba en un ensayo que:

“… es importante subrayar que el terrorismo es un método o un modo de comportamiento. Consiste precisamente en la realización de un acto o una actividad cuyo resultado intencionado es la creación de un estado psicológico de temor generalizado”.

Y aclaraba que la eventual plausibilidad de sus actos, al igual que el éxito o fracaso en la obtención de los objetivos perseguidos, no altera en absoluto el carácter terrorista del comportamiento en cuestión. Pero que sí son relevantes en la medida en que el método terrorista es utilizado justamente como medio para lograrlos. Además, “el acto o la actividad terrorista cumplen una función instrumental con respecto a esos objetivos que, a su vez, son invocados para explicar o hasta justificar el terrorismo… De acuerdo con esta definición, terrorista es toda persona o institución que recurre a este método”.

Y agregaba que:

cuando quien combate por la libertad de su pueblo utiliza el método terrorista, convierte una causa cuya legitimidad podría ser objeto de evaluación moral positiva en una empresa inexcusable. Dado que el terrorismo es un método de ejercicio de la violencia, toda persona o grupo de personas que lo utilice se transforma en terrorista, ocasional o permanente, en el respectivo ámbito de su actuación”.

Cinco. El periódico mexicano decía, más adelante en la crónica:

“Pese a los recientes intentos que John Kerry, secretario de Estado estadounidense, ha realizado para lograr un diálogo de paz Israel-palestino, la situación en esa zona no mejora. En los últimos días se han multiplicado los incidentes en la frontera entre Israel y el territorio palestino”.

Los intentos de John Kerry son con la Autoridad Palestina, que gobierna en Cisjordania (Judea y Samaria), no con la organización terrorista Hamas – que controla la Franja de Gaza -, contraria a las conversaciones de paz y uno de cuyos líderes Khaled Meshaal, declaraba en diciembre de 2012 que:

“Ante todo, Palestina – desde el río [Jordán] hasta el mar [Mediterráneo], del norte al sur – es nuestra tierra… No renuncia ni abandono ni a una pulgada o pequeña parte de ella.

Segundo, Palestina fue, continua siendo y será, árabe e islámica

La yihad y la resistencia son el camino verdadero y apropiado para la liberación y la restauración de nuestros derechos”.

Un error “comprensible” – el de mezclar hechos -, por otra parte, para un medio que habla de “Palestina” como una unidad real.

Seis. Según la Real Academia Española de la Lengua, “información” se define como:

1. f. Acción y efecto de informar.

5. f. Comunicación o adquisición de conocimientos que permiten ampliar o precisar los que se poseen sobre una materia determinada.

6. f. Conocimientos así comunicados o adquiridos.

¿A esto se dedica El Informador cuando Israel es uno de los actores de la realidad?

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