Imparcialidad: 367 vs 27

Si uno dice “agencia de noticias Europa Press” y “conflicto palestino-israelí”,la experiencia lo ha preparado a uno para esperar que la información del segundo miembro esté desbalanceada.

Y la crónica del 15 de noviembre (Erekat acusa a Israel de intentar sabotear el proceso de paz con sus avances en los asentamientos), no era la excepción, sino la continuidad que confirma lo que ya parece ser regla para la agencia: el sesgo anti-israelí.

Europa Press comenzaba dando cuenta de la renuncia del negociador jefe palestino, Saeb Erekat, a la vez que sostenía que renunció “a su puesto por la continuación de la construcción en los asentamientos por parte de Israel” y que “ha acusado este jueves al Gobierno israelí de intentar sabotear el proceso de paz”.

A lo largo de 367 palabras, o 9 párrafos, reproducía las acusaciones del funcionario palestino contra Israel.
Al final del texto, como cayéndose de la página, la agencia, para cumplir con su labor profesional, le dejaba 27 palabras, o una oración, para el simulacro de versión israelí:

“Por su parte, el embajador israelí ante Naciones Unidas, Ron Prosor, ha asegurado que la renuncia del equipo negociador palestino ‘es un pretexto para abandonar las conversaciones’”.

En realidad, la versión israelí se reducía a 7 palabras: “es un pretexto para abandonar las conversaciones”.
27 palabras frente a 367 supone una proporción informativa casi 14 veces menor.
Desproporciones aparte, ¿dónde está realmente la noticia, lo novedoso? ¿En el hecho puntual de esta renuncia, o en que la renuncia parece serel “modus políticus” de Erekat?
El 1 de noviembre de 2013 el diario The New York Times informaba:

“Los negociadores palestinos [Saeb Erekat y Muhammad Shtayyeh] involucrados en conversaciones de paz con Israel ofrecieron sus renuncias el jueves en protesta por la continuada construcción israelí de asentamientos…”.

Mientras que 12 de febrero de 2011, la BBC publicaba:

“El negociador jefe palestino, Saeb Erekat, que condujo varias rondas de conversaciones con Israel, le ha dicho a la BBC que ha presentado su dimisión”.

El Chicago Tribune indicaba 17 de mayo de 2003 que:

“Poniendo otro escollo en el accidentado camino de la paz en Medio Oriente, el principal negociador palestino, Saeb Erekat, renunció en la víspera de las conversaciones con el gobierno israelí”.

Incluso se puede ir aún más atrás en el tiempo. Tanto como hasta 1998. El Jerusalem Postapuntaba el 24 de septiembre de ese año:

“El presidente de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat, ha rechazado el pedido del Ministro de Interior de la AP, Saeb Erekat, de ser relevado de su puesto como jefe negociador en las conversaciones con Israel…”.

Se vislumbra un patrón va emergiendo con cierta claridad. Un patrón del que una agencia de noticias se percataría si no estuviese abocada a avanzar la posición de una de las partes en conflicto.
La CNN sí advirtió ese modelo de comportamiento político, y dio cuenta del mismo el 13 de noviembre de 2013:

“… un alto funcionario de la administración [estadounidense] restó importancia a la noticia [de la renuncia], diciendo que Erakat había emitido esa amenaza en el pasado

Hemos visto a Saeb Erakat hacer esto antes, cuando amenazó con dimitir porque no estaba contento con la manera en que las conversaciones iban… pero termina volviendo atrás y continuando con las negociaciones’, dijo el funcionario a CNN”.

Asimismo, cuando principios de noviembre de 2013se dijo que Erekat había renunciado, el medio israelí Ynet informaba (1 de noviembre de 2013) que:

“Fuentes familiarizadas con las conversaciones de paz le dijeron a Ynet que la intención de Erekat de dimitir fue revelada el miércoles, aunque afirmaron que la maniobra era simplemente parte de su intento de aumentar la presión sobre Israel con vistas a la visita de Kerry.

[…]

Una fuente palestina… le dijo a Ynet que Erekat percibió que el público estaba criticando a los dirigentes palestinos debido a que Ramallah no estaba amenazando con suspender las conversaciones de paz en respuesta a la continuación de la construcción israelí más allá de la Línea Verde”.

En el periodismo, al menos en Argentina, se habla de “comprar pescado podrido” cuando a un periodista, una fuente le “vende” información incorrecta. Incluso cuando, en el caso de los políticos, por ejemplo, utilizan la entrevista o la crónica para avanzar sus propios intereses políticos.

Se utiliza, por lo general,cuando el periodista o el medio no saben queestán “comprando” información en “mal estado”.

Éste, claro está, no es el caso de Europa Press, que sabe muy bien qué está “comprando” y qué clase de información le está “vendiendo” a sus lectores.

Comments are closed.