Europa Press: El coronavirus es novedoso; la mala praxis periodística, no

La pandemia provocada por el Covid-19 ha puesto en evidencia varias cuestiones: la fragilidad de muchos de los sistemas sanitarios nacionales la ineficacia de algunos gobiernos y la que ya parece una inmutable mala praxis periodística.

La agencia de noticias española Europa Press brindaba el 1 de abril de 2020 un ejemplo que seguía casi al pie de la letra uno de los puntos del manual del abordaje de las noticias concernientes al conflicto árabe-israelí: la presentación de una voz palestina sin corroborar y sin voz israelí alternativa; haciendo pasar propaganda como información.

Bajo el titular “El primer ministro palestino [de la Autoridad Palestina] denuncia fallas en la respuesta al coronavirus debido a la ocupación israelí”, la agencia reproducía lo publicado por la agencia de noticias oficial de la Autoridad Palestina, Wafa:

“El primer ministro palestino denuncia fallas en la respuesta al coronavirus debido a la ocupación israelí”

“[El primer ministro] ha destacado que las autoridades ‘lograron contener completamente el brote de Covid-19 en Belén’, el primero detectado en Cisjordania”.

Pero la realidad en el terreno para ser muy distinta de aquella que pretende retratar la propaganda palestina habitual (para consumo interno y externo) con el fin de demonizar a Israel – y que se vale de cada suceso para llevar adelante su propósito.

Incluso las Naciones Unidas ha felicitó a Israel por su “excelente” cooperación con la Autoridad Palestina en la lucha contra el coronavirus, según informaba el diario Times of Israel (30 de marzo de 2020). Y “la delegación palestina de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU – que no es conocida por sus elogios a las actividades del gobierno israelí – publicó su primer ‘informe sobre la situación de emergencia’, señalando ‘una cooperación sin precedentes en los esfuerzos encaminados a contener la epidemia’ entre las autoridades israelíes y palestinas”.
De hecho, y siempre de acuerdo con el mencionado diario, el portavoz de la Autoridad Palestina, Ibrahim Milhem me mencionado en repetidas ocasiones que dicha autoridad está trabajando juntamente con Israel.

Por otra parte, el Jerusalem Post apuntaba el 18 de marzo de 2020 que las revelaciones de Milhem – sobre el establecimiento de una sala de operaciones conjunta con Israel para combatir el coronavirus – no sorprendían a los palestinos, “especialmente a aquellos que viven en el área de Belén, que dijeron que estaban al tanto de la cooperación israelí-palestina desde que se descubrieron los primeros casos de coronavirus en el Hotel Angel, en Beit Jala, a principios de este mes”. De hecho, un funcionario de sanidad palestino de Belén dijo:

“Hemos estado trabajando con las autoridades israelíes desde el primer día para luchar contra el virus. La mayoría de las medidas que tomamos en el área de Belén luego de que fueran detectados los primeros casos, se hicieron en plan coordinación con las autoridades israelíes”.

Según el medio, el funcionario señaló que Israel entregó 200 kits de pruebas de coronavirus al Ministerio de Salud de la Autoridad Palestina. “Antes de eso, declaró, las muestras tomadas de los palestinos sospechosos de haber contraído el virus fueron enviadas a un hospital israelí”.

La agencia de noticias española, ni enterada de esto. Como para estarlo, si no se molestó en realizar siquiera una mínima búsqueda de información con el fin de corroborar los dichos del Primer Ministro de la Autoridad Palestina. Así, la propaganda del Primer Ministro seguía pasando sin filtro, concretándose en acusaciones aún más siniestras, que evocan el antiguo y siempre actualizado libelo de sangre:

‘El movimiento continuo de los trabajadores palestinos, facilitado por Israel, entre sus ciudades, aldeas y puestos de trabajo, ya sea dentro de la ‘Línea Verde’ o en los asentamientos, es un golpe a nuestros tempranos esfuerzos para detener la propagación de la pandemia’, ha señalado.

Así, ha argumentado que la decisión de Israel de permitir la entrada de trabajadores es un intento de proteger la economía israelí a costa de las vidas de los trabajadores palestinos’”.

El Jerusalem Post citaba al mayor Yotam Shefer, jefe del Departamento Internacional del Cogat, que explicaba que “los trabajadores palestinos empleados en la agricultura, la construcción, la industria y los servicios pueden entrar en Israel”, y que “también pueden entrar los trabajadores palestinos empleados en la zona industrial de Atarot, al norte de Jerusalén”. Pero “debido a la delicada situación y a la propagación del virus, todos los trabajadores que entran en Israel están sujetos a alojamiento en Israel por un período de uno a dos meses, que está bajo la responsabilidad de los empleadores israelíes”.

Además, Shefer apuntó que los trabajadores que opten por volver a sus hogares en Cisjordania antes de ese período no podrán volver a entrar en Israel hasta nuevo aviso.

Pero Europa Press, entre la propaganda (y difamación) palestina y la información (entre reproducir y hacer periodismo), elegía la primera.

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