El silencioso éxodo de Venezuela

Nelson Castellano Hernández, ex cónsul de Venezuela en París, escribe en El Universal del 24 de mayo,

“Faltan las palabras para responder al horror, los judíos venezolanos necesitan nuestra solidaridad, para ellos comienza un nuevo éxodo, reduciéndoles a la mitad en esta última década. Situación antihistórica en pleno siglo XXI.”

Su nota, “Escenario Antisemita,” exhibe rigor y firmeza, destacando la política ya sólidamente establecida por Chávez y los agentes de su gobierno: acusar y condenar a los judíos venezolanos en público para después afirmar que el gobierno no es antisemita.

“El Presidente niega promover actos contra los judíos, pero él y miembros del Gobierno y cierta prensa afecta al régimen, se han extendido en comentarios antisemitas. Haciendo una amalgama entre antisionismo y antisemitismo, y entre sionista, judío o el Estado de Israel, eso le ha permitido avanzar con el proyecto de su amigo el presidente iraní y el de determinados grupos extremistas islámicos.”

El cónsul denuncia los actos de profanación de la sinagoga central de Caracas y el doble allanamiento de la Escuela Israelita, y agrega: “la realidad es que ninguna investigación arrojó resultados para determinar responsables.”

Los ataques al estado de Israel son una constante de Chávez y sus funcionarios. Durante la operación Plomo Fundido, el embajador de Israel fue expulsado de Venezuela con 3 días de notificación. El cónsul recuenta en su artículo “anuncios hechos contra el Estado de Israel por parte del ministro de Relaciones Exteriores, vestido con ropas árabes, en un acto organizado en una mezquita, ratificado con declaraciones del propio presidente Chávez solicitando enjuiciar al presidente de Israel.”

Obviamente el antisemitismo y el anti-sionismo son uno y lo mismo para el régimen chavista. Asociada con el gobierno chavista, la publicación Aporrea decidió durante la guerra contra Hamas de 2009 promover una campaña contra los judíos venezolanos. En ésta se solicitaba “denunciar públicamente, con nombre y apellidos los miembros de importantes grupos judíos que viven en Venezuela, interrogarlos públicamente en cualquier lugar en que se encuentren, y nacionalizar y confiscar los bienes de los “judíos sionistas.”

Revista de Medio Oriente ha escrito extensamente sobre ésta y otras iniciativas de Aporrea y sobre el odio y antisemitismo que destilan sus artículos, los cuales son también mencionados en la nota del cónsul Castellano Hernández, que los califica así: “Faltan las palabras para responder al horror…”

Por otra parte La Nacion de Buenos Aires, también reportaba sobre el silencioso éxodo de la comunidad judía de Venezuela. Los allanamientos, ataques, declaraciones y expropriaciones de bienes, han empujado a miles de miembros de la comunidad judía a abandonar el país, según el “informe del analista politico venezolano, Carlos Romero.”

“Según estimaba a fines del año pasado la Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela (CAIV), el número de judíos en ese país se había reducido a la mitad en 10 años de mandato de Chávez: en 2000, un año después de que el presidente venezolano asumiera el gobierno, había unos 18.000 judíos en Venezuela contra los 9000 que se verificaban en 2010, según la entidad.”

“El analista político venezolano Nelson Bocaranda fue más allá y dijo a La Nacion que ya se han ido del país “entre el 60 y el 80%” de los judíos que había en Venezuela cuando asumió Chávez. Al parecer, sus destinos preferidos son las ciudades norteamericanas de Miami y Nueva York.” Aserne provee de un número similar. Según este blog, en 2000 había 25.000 judíos en Venezuela, de los cuales hay ahora un tercio.

Según La Nacion, la Liga Antidifamación considera que las declaraciones explosivas anti Israel de Chávez son la razón fundamental por la cual los judíos venezolanos han emigrado del país. La Liga Antidifamación considera que la cercanía de Chávez con el presidente iraní han contribuido el posicionamiento extremista del líder venezolano.

El antisemitismo en Venezuela ha sido históricamente mínimo. Romero añadió que Chávez rompió con la tradición venezolana de “mantener un equilibro en sus relaciones con Israel y los países árabes”, según escribe La Nacion.

Bajo el régimen de Chávez, los ataques a los judíos de Venezuela y al estado de Israel son constantes y proceden del mismo presidente, miembros de su gobierno y de los medios pro chavistas. Recientemente, en una “emisión de “La Hojilla” su conductor junto a dos invitados afirmaron que hay que juzgar al presidente de la Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela,” escribe el cónsul Castellano Hernández.

Tan obvio y candente es el antisemitismo en Venezuela que el mismo Pontífice vio la necesidad de condenarlo: “Benedicto XVI cuando enviaba sus bendiciones al pueblo venezolano, el pasado 10 de mayo, ratificó su rechazo a toda forma de antisemitismo,” según El Universal.

El cónsul Castellano Hernández exhorta al final de su artículo: “Los venezolanos, judíos o no, necesitamos salir de esta pesadilla, todos juntos para evitar que la región se incline hacia posiciones radicales extremistas y que se transfieran los conflictos del Medio Oriente sobre el territorio latinoamericano.”

Es verdad. Pero tarde para muchos judíos de Venezuela que se han visto obligados a dejar su patria y han armado ya sus hogares en otros lados. Y para Venezuela, que ha perdido miles de ciudadanos constructivos y patrióticos, que amaban a su país en donde vivían por centenas de años. Muchos piensan que hubo judíos en Venezuela en el siglo XVII. Pero definitivamente se sabe que los hubo en el siglo XIX, cuando participaron en la lucha del General Simón Bolivar contra los españoles.

Según Wikipedia, “Simón Bolívar, Libertador de Venezuela, encontró refugio y ayuda material para su ejército en los hogares de judíos de Curazao. Mordejai Ricardo y los hermanos Ricardo y Abraham Meza ayudaron a Bolívar en su lucha contra el poderío español, estableciendo relaciones fraternales entre los judíos y la república venezolana nuevamente independiente.”

La nueva “revolución bolivariana”, liderada por el presidente Hugo Chávez, quien se autodenomina sucesor del General Bolívar, ha sido en realidad artífice del vaciamiento de una comunidad fundacional en la historia venezolana. Por el terror practicado contra una minoría, por el odio y el antisemitismo, los responsables ya están siendo juzgados.
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