Clarín y Slutzky practican la dislexia periodística

Shlomo Slutzky, corresponsal de Clarín en Jerusalén
La sección Mundo de Clarín y su corresponsal en Jerusalén, Shlomo Slutzky, demuestran que su prejuicio no les permite entender lo que ellos mismos escriben. Llamémoslo dislexia periodística y entendamos por esto la inhabilidad del periodista y los editores de llegar a las conclusiones lógicas que se derivan del reportaje.
En un mismo día, 09/08/2010, Clarín publicó dos artículos: “Netanyahu, con problemas de memoria:”Me enteré de la flotilla sólo semanas antes de que llegara”” por Shlomo Slutzky, y “Netanyahu justificó el ataque de Israel a la flotilla humanitaria”.En resumen: un mar de tintaderrochada con el propósito de reportar sobre las declaraciones del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, frente a la comisión investigadora convocada por el gobierno para aclarar al público lo ocurrido en el incidente de la flotilla.

Shlomo Slutzky, con el descuido que lo caracteriza como corresponsal, escribe que el primer ministro Netanyahu:

se enteró de la intención la ONG turca IHH de enviar una flotilla a Gaza sólo a finales de abril o principios de mayo, cuando los diarios y los medios de información israelíes publicaron noticias al respecto ya a fines de enero pasado.

Slutzky se expande explicando que Netanyahu dijo:

que sólo un mes antes del abordaje violento a la flotilla, que se produjera el 31 de mayo pasado, llegaron a Israel noticias respecto a la existencia de un plan de este tipo de la ONG que fuera declarada ilegal en Israel por sus relaciones con organizaciones terroristas.

Pero en la práctica, las primeras informaciones aparecidas en los medios de comunicación, incluyendo declaraciones de altos funcionarios de la IHH y de Hamas, hablaban de la intención de llegar a Gaza “a cualquier precio”. Mujamad Tzulaja, alto representante de Hamas en Inglaterra, dijo en enero de este año: “Cuando enviemos la próxima flotilla de ayuda, el enfrentamiento con el enemigo sionista será en altamar”.

El detalle de si el primer ministro se enteró con un mes de anticipación o con tres o cuatro le resulta a Slutzky central a todo el problema, tanto que lo pone en el título y lo repite en el texto. El porqué de la importancia de que Netanyahu o bien no lo supiera o bien lo supiera y no lohubiera considerado hasta un mes antes, no es revelado en el artículo.

Sin embargo, las declaraciones de la organización IHH y sus intenciones de provocar la violencia que fueron reveladas meses antes de enviar la flotilla que el propioSlutzky detalla, no le resultan a este corresponsal dignas de sopesar.

Continúa Slutzky:

Es más, organizaciones de Inteligencia israelíes comenzaron a reunir información sobre los contactos terroristas de la IHH desde principios del 2010, incluyendo sobre su intención de enviar una flotilla que se enfrente violentamente con la Armada israelí en su intento de llegar a Gaza.

El 2 de abril la IHH organizó una conferencia de prensa proclamando el envío de una flotilla deocho barcos con más de 500 pasajeros. “Utilizaremos esta acción para despertar al mundo y mostrarle los crímenes de Israel contra el pueblo palestino y la oposición por la fuerza contra la flotilla será considerada una declaración de guerra de Israel contra los países de los que provienen los activistas“, había declarado Bolent Ildriss, presidente del IHH, por radio, TV y prensa escrita. Pero esa información parece no haber llegado a oídos de Netanyahu. (negritas nuestras)

Tampoco a oídos de Slutzky y de Clarín.

Slutzky escribe en Clarín que:

* la intención de la IHH era provocar un enfrentamiento violento con la Armada israeli,

* la IHH envió la flotilla para provocar hostilidades – no sólo hostilidades, sino una “declaración de guerra”.¡¡Nada menos!- entre Israel y los países de donde provienen los activistas – ciertamente con el abierto apoyo de Turquía –.

* el “enfrentamiento será en altamar

Sin embargo, el corresponsal de Clarín no revela la inescapable conclusión de quiénes fueron los causantes de la violencia ( la IHH y Turquía) y lo único que sugiere es que Netanyahu seguramente sabía que vendría una flotilla con más de un mes de antelación. Está claro que el corresponsal y los editores de la sección Mundo de Clarín están guiados por el prejuicio en lugar de la lógica y la razón.

A pesar de que los organizadores de la flotilla y muchos de los participantes habían planeado abiertamente un enfrentamiento violento en altamar con la Marina israelí, Slutzky acusa a Netanyahupor no estar enterado o de haber fingido no conocer esos planes tres meses antes en vez de un mes antes. ¿Por qué es esto tan importante? ¿Qué tendría que haber hecho Netanyahu con dos meses más? ¿O es que a Slutzky le interesa llamar a Netanyahu “mentiroso” y dejar esa noción en el lector?

En el segundo artículo “Netanyahu justificó el ataque de Israel a la flotilla humanitaria”, el mismo 9 de agosto, escribe Clarín:

El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu defendió hoy ante una comisión de investigación israelí el accionar de su país en el abordaje a la flotilla humanitaria que intentó romper el bloqueo a Gaza, en el que murieron nueve activistas turcos, al afirmar que su país actuó en conformidad con el “derecho internacional”.

Si Clarín queria citar lo que dijo Netanyahu, correspondía que escribiera: al afirmar que “su país actuó en conformidad con el derecho internacional”.

De la manera que lo escribe Clarín, poniendo entre comillas “derecho internacional” indica que según el periódico, la actuación de Israel no fue acorde con el derecho internacional sino con una versión ilegal del derecho internacional propio. Este comentarioconlleva unprejuicio de una forma muy sutil. (Ver aquí sobre este tema)

Más abajo escribe Clarín:

Nueve turcos murieron en el ataque de los comandos de la Marina israelí contra el barco “Mavi Marmara” en aguas internacionales, cuando una flotilla de ayuda humanitaria integrada por seis barcos intentó romper el bloqueo impuesto por Israel al territorio palestino de Gaza. (negritas nuestras)

Clarín denomina aquí a la flotilla: “flotilla de ayuda humanitaria” mientras que en el artículo anterior, en la misma edición de Mundo, cita a los organizadores de la flotilla- que la describen como una flotilla enviada “con intención que se enfrente violentamente con la Armada israeli”, con el “enemigo sionista en altamar” y de “llegar a Gaza a cualquier precio”. En resumen, no una flotilla humanitaria sino una flotilla de bandidos y terroristas (y voluntarios internacionales inocentes y ajenos atodo esto) que buscaban atizar las relaciones entre Israel y Turquía y colocar a Turquía como la única nación musulmana que viene a liberar a los palestinos.

Clarín debería sacar las conclusiones que se derivan en forma obvia de sus propias citas:

1- La organización turca IHH planeó entrar en lucha violenta en altamar con la Marina israelí.

2- La IHH le dio a la flotilla el nombre de “humanitaria” para conseguir practicar la violencia enmascarada enayuda humanitariautilizando ala opinión pública para denigrar a Israel y posicionar a Turquía de forma positiva en la región.

3- El cargamento de la flotilla no contenía artículos o materiales que Gaza no recibe por tierra de Israel, por el contrario sí contenía medicamentos en su gran mayoría caducados hacía más de un año.

En resumen, la flotilla a Gaza fue una campaña circense con intenciones piratas y terroristas. Piratas por provocar violencia en altamar y terroristas por causar muertes y pánico (tanto en los pasajeros inocentes como en los soldados) y violar una zona donde existe un bloqueo declarado y avalado por la ley internacional.

Clarín y Slutzky no parecen comprender el contenido de lo que ellos mismos escriben. La necesidad de acusar a Netanyahu es tan prevalente para ellos que ignoran que el desenlace violento de la flotilla fue premeditado y declarado de antemano por sus propios organizadores . Esto es lo que Claríntenía la obligación moral y periodística de recalcar a sus lectores, si hubiera elegido practicar un periodismo esclarecedor y responsable. Sin embargo, Clarín elige practicarla dislexia periodística y la desinformación.

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