Antecedentes: Una Declaración de Independencia Unilateral (UDI) de Palestina

Mapa de la propuesta de Olmert que Abbas rechazó, Haaretz

Los líderes palestinos, incluidos el negociador principal Saeb Erakat, el primer ministro Salaam Fayyad y el ministro de Relaciones Exteriores Riad Malki, han manifestado la intención de los palestinos de conseguir su Estado a través de una Declaración de Independencia Unilateral (UDI, por sus siglas en inglés) por medio de las Naciones Unidas, en lugar de hacerlo a través de negociaciones con Israel:

• La alternativa de que Palestina solicite al Consejo de Seguridad ser miembro de pleno derecho es realista y debemos trabajar en su aplicación práctica tan pronto como sea posible… Estamos convencidos de que la negociación con el gobierno de Netanyahu (el primer ministro israelí) es imposible porque se niega a detener las actividades de colonización. Por lo tanto, los líderes palestinos decidieron empezar la implementación de alternativas a las negociaciones y la primera de estas es exigir el reconocimiento. (Saeb Erakat, AFP, 20 de marzo de 2011)
• El gobierno palestino está luchando decididamente contra un régimen de ocupación hostil… para establecer un aparato estatal de facto en el transcurso de los próximos dos años. (Salam Fayyad, AFP, 25 de agosto de 2009)
• Hasta este momento nuestra alternativa es [un acuerdo de paz negociado] y seguirá siendo nuestra alternativa hasta septiembre de 2011… [pero el] proceso de paz actual, tal y como se ha llevado adelante hasta ahora se terminó. (Riad Malki, Jerusalem Post, 23 de marzo de 2011)

(Malki dice que esta sería una declaración unilateral hecha por la “comunidad internacional” en lugar de por los palestinos).

Independientemente decómo se exprese, una maniobra como esta por parte de los palestinos violaría fundamentalmente los acuerdos con Israel que los Estados Unidos mediaron y presenciaron, es poco probable que sea eficaz, podría provocar maniobras unilaterales por parte de Israel, podría ocasionar violentos enfrentamientos, y sin duda, en lugar de ayudar, dificultaría la búsqueda de la paz.

¿En qué forma una Declaración Unilateral palestina o una petición a las Naciones Unidas violarían los acuerdos existentes?

Todos los acuerdos importantes entre Israel y los palestinos han requerido que las disputas entre las partes se resuelvan a través de negociaciones directas, y no por medio de terceros. Por ejemplo, la Declaración de Principios (13 de septiembre de 1993), que formalizó el proceso de paz directo entre israelíes y palestinos, en el Artículo XV requería que:
Las disputas que surjan de la aplicación o la interpretación de esta Declaración de Principios, o de cualquier acuerdo posterior que se vincule con el período de transición, deben resolverse mediante negociaciones a través del Comité de Enlace que se establecerá conforme a lo dispuesto en el Artículo X citado anteriormente.
Las disputas que no se puedan resolver mediante negociaciones se pueden resolver a través de un mecanismo de conciliación que se acuerde entre las partes.
Las partes pueden someter a arbitraje las disputas que se relacionen con el período de transición y que no se puedan resolver a través de una conciliación. A tal fin, previo acuerdo de ambas partes, estas establecerán un Comité de Arbitraje.

La Declaración se firmó en el jardín de la Casa Blanca en presencia de los Estados Unidos y la Federación Rusa.

La insistencia en las negociaciones en lugar de en acciones unilaterales se repitió y se señaló en acuerdos posteriores, que incluyen el denominado Acuerdo Interino (28 de septiembre de 1995), en presencia de los Estados Unidos, la Federación Rusa, Egipto, Jordania, Noruega y la Unión Europea. (Ver Artículo XXI acerca del Acuerdo de las diferencias y las disputas).

El Memorando de Sharm el-Sheikh (4 de septiembre de 1999), fue aún más lejos en la restricción de maniobras unilaterales:

Conscientes la necesidad de crear un entorno positivo para las negociaciones, ninguna de las partes debe iniciar o tomar paso alguno que cambie el estado de Cisjordania y la Franja de Gaza en concordancia con el Acuerdo Interino.

El Memorando fue presenciado por Egipto, Jordania y los Estados Unidos.

En negociaciones posteriores en el verano de 2000, en una Declaración Trilateral (25 de julio de 2000), el presidente de los Estados Unidos William Clinton, el primer ministro israelí Ehud Barak y el líder palestino Yasir Arafat acordaron que:

3) Ambas partes acuerdan que las negociaciones basadas en las Resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad de la ONU son la única forma de lograr esta clase de acuerdo y se comprometen a crear un ambiente propicio para las negociaciones, libre de presión, intimidación y amenazas de violencia.
4) Ambas partes entienden la importancia de evitar acciones unilaterales que deciden de antemano el resultado de las negociaciones y que sus diferencias se resolverán sólo mediante negociaciones de buena fe.

Al igual que en los documentos anteriores, la Declaración Trilateral prohíbe explícitamente recurrir a terceros o tomar acciones unilaterales para resolver los conflictos.

En forma similar, la Hoja de Ruta (30 de abril de 2003) requería que las partes:

… lleguen a un acuerdo definitivo sobre una solución permanente que finalice el conflicto entre Israel y palestina en 2005, a través de un acuerdo negociado entre las partes sobre la base de las resoluciones de ACNUR 242, 338 y 1397…

Y el Cuarteto del Medio Oriente (las Naciones Unidas, la Unión Europea, la Federación Rusa y los Estados Unidos), en un dictamen emitido el 26 de junio de 2009, afirmó que:

… las acciones unilaterales de cualquiera de las partes no pueden decidir de antemano el resultado de las negociaciones y la comunidad internacional no las reconocerá.

Por lo tanto, cualquier petición palestina ante las Naciones Unidas para obtener el reconocimiento de su Estado, o una declaración unilateral los palestinos, constituiría una violación fundamental grave de sus acuerdos firmados con Israel y pondría en duda el valor de los compromisos palestinos futuros.

En forma similar, el apoyo o el consentimiento de tal maniobra palestina por parte del los Estados Unidos, las Naciones Unidas, la Federación Rusa, la Unión Europea o sus estados miembros, o Noruega, sería una clara violación de los acuerdos que estos países y la ONU han presenciado y en muchos casos avalado, lo que también pondría en tela de juicio el valor de sus compromisos.

¿En qué forma una declaración de independencia unilateral palestina o una petición a las Naciones Unidas violaría las garantías que Estados Unidos le dio a Israel?

Después de la finalización del Replanteamiento del acuerdo de Hebrón en 1977, el secretario de estado de EE. UU., Warren Christopher, envió una carta al primer Ministro Netanyahu que indicaba la posición de EE. UU. sobre la paz entre Israel y los árabes, que terminaba con la siguiente frase clave:

Por último, me gustaría reiterar nuestra posición de que Israel tiene derecho a fronteras seguras y defendibles, que se deberían negociar y acordar directamente con sus vecinos.

Obviamente, una maniobra unilateral por parte de los palestinos contradiría esta garantía dada a Israel por Estados Unidos.

De la misma manera, después de que Israel se retirara totalmente de Gaza, el 14 de abril de 2004, el presidente Bush envió la denominada Carta de Bush al primer ministro Sharon, en la cual afirmaba que:

Los Estados Unidos aprecian los riesgos que esta clase de empresa representa. Por lo tanto, quiero tranquilizarlo sobre varios asuntos.
En primer lugar, los Estados Unidos siguen comprometidos con mi visión y con su puesta en práctica tal y como se describe en la hoja de ruta. Los Estados Unidos harán su mayor esfuerzo para impedir cualquier intento que pudiera hacerse para imponer algún otro plan.

(La Cámara de Representantes y el Senado refrendaron la carta de Bush en la resolución simultánea no vinculante H. Con. Res. 460).

Una declaración unilateral del Estado palestino, ya sea por medio de las Naciones Unidas o de alguna otra forma, violaría los términos de la Hoja de Ruta, y la carta del presidente Bush, que compromete a los Estados Unidos a “hacer su mayor esfuerzo para impedir” que tengan lugar esta clase de maniobras, y si ocurriera, impedir que tengan éxito.

Aunque estas cartas no eran acuerdos oficiales ni tratados y el Senado no las ratificó, si ahora los Estados Unidos rechazaran o ignoraran estos compromisos, el valor de esta clase de garantías presidenciales se pondría en duda, lo que produciría un gran daño a la capacidad y la credibilidad de los futuros presidentes para manejar la política exterior.

¿Cuál es la posición del gobierno de Obama sobre una declaración unilateral palestina?

El gobierno de Obama se ha opuesto a que cualquiera de las partes emprenda acciones unilaterales y ha hecho un llamamiento para reanudar las negociaciones directas como la única forma de avanzar.

Por ende, en un discurso en la Brookings Institución, la secretaria de estado Hillary Clinton dijo:

Durante dos años, han escuchado que, tanto yo como otras personas, hemos enfatizado reiteradamente que las negociaciones entre las partes son el único camino que tendrá éxito en la obtención de sus respectivas aspiraciones; para los israelíes, la seguridad y el reconocimiento; para los palestinos, un estado propio independiente, viable y soberano. Esto sigue siendo cierto hoy en día. No existe otra alternativa que llegar a un acuerdo mutuo…
Los Estados Unidos y la comunidad internacional no pueden imponer una solución. Algunas veces pienso que ambos participantes parecieran pensar que podemos hacerlo. No podemos. Y aunque pudiéramos, no lo haríamos, porque sólo un acuerdo negociado entre las partes sería sostenible. Las partes mismas tienen que quererlo. Los pueblos de la región deben decidir dejar a un lado el pasado que no puede cambiar y aceptar un futuro que pueden forjar juntos…
[Ambas partes] deben evitar acciones que decidan de antemano el resultado de las negociaciones y socaven los esfuerzos de buena fe tendientes a resolver las cuestiones de carácter decisivo. Los esfuerzos unilaterales ante las Naciones Unidas no son provechosos y socavan la confianza. Los anuncios provocativos sobre el Este de Jerusalén son contraproducentes. Y los Estados Unidos no dudarán en decirlo. (10 de diciembre de 2010)

Y el 18 de febrero de 2011, después de vetar lo que EE. UU. consideró una resolución sesgada del Consejo de Seguridad, la embajadora ante las Naciones Unidas Susan Rice declaró:

Ningún país externo ha invertido más esfuerzo, energía y recursos para conseguir esa paz que los Estados Unidos, y continuaremos haciéndolo. Pero la única forma en que se puede alcanzar esa meta, la meta común de una solución de dos estados, es decir, en la práctica, es a través de negociaciones directas entre las partes. No hay un atajo para llegar a este fin. Y cada acción potencial, que incluya una acción en el Consejo de Seguridad, se debe evaluar con base a una prueba: si la acción acercará a las partes hacia negociaciones y acuerdos o las separará aún más.

En la misma sesión informativa el consejero adjunto de Seguridad Nacional, Ben Rhodes, manifestó:

Hemos dejado en claro hoy, nuevamente, que creemos que las negociaciones directas entre las partes son la forma de resolver el conflicto, no una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.

Y en un discurso ante el Foro de Estados Unidos y el Mundo Islámico la Sra. Clinton dijo:

Esto incluye la búsqueda renovada de una paz árabe-israelí integral. El status quo entre los palestinos y los israelíes no es más sostenible que los sistemas políticos que se han desmoronado en meses recientes. El futuro de Israel como un estado judío democrático y las aspiraciones legítimas de los palestinos tampoco se pueden garantizar sin una solución negociada de dos estados. Y así como es obvio que sólo las partes mismas pueden tomar las difíciles decisiones necesarias para la paz, no hay un sustituto para un liderazgo estadounidense activo y constante. (12 de abril de 2011)

Por lo tanto, los Estados unidos parecieran estar claramente opuestos a una declaración unilateral del Estado palestino por parte de los palestinos, o al intento de obtener este reconocimiento a través de las Naciones Unidas, en lugar de hacerlo mediante negociaciones directas entre las partes.

¿Podrían los palestinos obtener su Estado por medio de las Naciones Unidas cuando la ONU se reúna nuevamente en septiembre?

No, la ONU no otorga la calificación de Estado, otorga a los estados la posibilidad de ser miembros, y una entidad política no tiene que ser necesariamente miembro de la ONU para ser un estado (ver más detalles abajo). Por ejemplo, China comunista, era un estado antes de que la ONU la admitiera en lugar de Taiwán.

Además, bajo los Estatutos de la Organización de las Naciones Unidas (Artículo 4) el Consejo de Seguridad debe aprobar la en primera instancia y sólo después lo hará la Asamblea General:

1. La pertenencia a las Naciones Unidas está abierta a todos los estados amantes de la paz que aceptan las obligaciones que contiene el presente Estatuto y, a juicio de la Organización, son capaces y están dispuestos a llevar a cabo estas obligaciones.
2. La admisión de tales estados como miembros de las Naciones unidas se efectuará por decisión de la Asamblea General a recomendación del Consejo de Seguridad

Como se indicó anteriormente, los Estados Unidos parecen proclives a vetar esta clase de maniobra en el Consejo, porque esto constituiría una violación de las políticas de EE. UU. claramente expresadas, así como de las garantías contundentes que ha dado a Israel, y también violaría acuerdos previos entre Israel y los palestinos que establecen que todos los asuntos se deben decidir a través de negociaciones directas y prohíben acciones unilaterales que cambien la situación de los territorios. Los Estados Unidos tienen un interés muy personal en estos acuerdos porque ayudaron a mediarlos y también actuaron como testigos y signatarios.

¿Podrían los palestinos utilizar una resolución de “Unión para la Paz” para eludir al Consejo de Seguridad y lograr un Estado a través de la Asamblea General?

Nuevamente no, debido a que, como se mencionó anteriormente, la ONU no otorga la estadidad, otorga la pertenencia. Se ha dicho que si el Consejo de Seguridad no aprobara la entrada de Palestina en la ONU, la Asamblea General aprobaría una resolución de “Unión para la Paz”, para eludir al Consejo. Pero bajo el Estatuto esto no tendría mayor impacto que un voto ordinario de la Asamblea General que ratifique la pertenencia o la estadidad palestina.

La Resolución 377 de las Naciones Unidas fue aprobada en 1950 gracias a los esfuerzos de los Estados Unidos, como una manera de evitar la intransigencia soviética durante la crisis de Corea. De acuerdo con dicha Resolución:

… si el Consejo de Seguridad, debido a la falta de unanimidad entre los miembros permanentes, se abstuviera de ejercer su responsabilidad principal … en cualquier caso donde pareciera haber una amenaza para la paz, una alteración del orden o un acto de agresión, la Asamblea General examinará el asunto de inmediato con el fin de formular las recomendaciones apropiadas a los miembros para que tomen medidas de carácter colectivo, que en el caso de una alteración del orden o un acto de agresión incluyan la utilización de la fuerza armada cuando sea necesario…
Esta sesión especial de emergencia se convocará a petición del Consejo de Seguridad con el voto de siete de sus miembros, o a petición de una mayoría de los Miembros de las Naciones Unidas.

A pesar del intento de pasar por alto al Consejo de Seguridad y la inclusión de “fuerza armada” como una de las opciones abiertas a los miembros, la frase clave en la resolución, destacada anteriormente, es que la Asamblea General aún puede hacer “recomendaciones apropiadas” que los países miembros no tienen la obligación de acatar.

De hecho, ninguna resolución de la Asamblea General, incluida la Resolución 377, puede cambiar los Estatutos de las Naciones Unidas, conforme a los cuales la organización debe funcionar. Y el Artículo 10 de los Estatutos establece claramente que la Asamblea sólo puede hacer recomendaciones:

La Asamblea General puede discutir cualquier cuestión o asunto dentro del marco de aplicación de los Estatutos presentes o que se refieran a las facultades y funciones de cualquiera de los órganos previstos en estos Estatutos, y, con excepción de lo dispuesto en el Artículo 12, podrá formular recomendaciones a los miembros de las Naciones Unidas o al Consejo de Seguridad o a ambos sobre tales cuestiones o asuntos.

El Artículo 11, párrafo 2, va aún más lejos al restringir a la Asamblea General a hacer sólo recomendaciones pasivas, y requiere explícitamente que el Consejo de Seguridad sea quien adopte las acciones:

La Asamblea General podrá discutir toda cuestión relativa al mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales promovidos por cualquier miembro de las Naciones Unidas, por el Consejo de Seguridad o por un estado que no sea miembro de las Naciones Unidas, en concordancia con el Artículo 35, párrafo 2, y, salvo lo dispuesto en el Artículo 12, podrá formular recomendaciones con respecto a cualquiera de estos asuntos al estado o estados interesados, al Consejo de Seguridad o a ambos. La Asamblea General referirá al Consejo de Seguridad cualquier asunto sobre el cual se requiera acción, ya sea antes o después de discutirlo.

Y el Artículo 12, párrafo 1, restringe aún más el poder de la Asamblea General al exigir que esta Asamblea ni siquiera discuta asuntos mientras esté ante el Consejo de Seguridad, a menos que éste lo solicite:

Mientras el Consejo de Seguridad esté desempeñando las funciones que le otorgan los Estatutos presentes con respecto a cualquier controversia o situación, la Asamblea General no hará recomendación alguna con respecto a esa disputa o situación a menos que el Consejo de Seguridad así lo solicite.

Sin embargo, cabe señalar que para lograr sus objetivos políticos, las Naciones Unidas no están por encima de violar, o de reinterpretar creativamente, sus propios estatutos. Por ejemplo, respetar la prohibición especificada en el Artículo 12 habría evitado que la Asamblea General tuviera que pedirle a la Corte Internacional de Justicia que emitiera una opinión sobre la construcción de la valla de seguridad en Israel, cuyo objetivo era evitar que los terroristas lanzaran ataques en Israel.

La Corte Internacional de Justicia asumió la tarea de todas formas, y defendió su jurisdicción con el argumento de que hasta la fecha se había producido una evolución no codificada en el entendimiento de la prohibición del Artículo 12:

27. …De hecho, la Corte observa que con el tiempo ha habido una tendencia creciente para que la Asamblea General y el Consejo de Seguridad traten en paralelo el mismo asunto relativo al mantenimiento de la paz y la seguridad internacional (por ejemplo, ver los asuntos que involucran a Chipre, Sudáfrica, Angola, Rodesia del Sur y más recientemente Bosnia y Herzegovina y Somalia). Con frecuencia se da el caso que, aunque el Consejo de Seguridad ha tendido a centrarse en este tipo de aspectos de los asuntos relacionados con la paz y la seguridad internacional, la Asamblea General ha tomado una perspectiva más amplia, y ha tomado en cuenta también sus aspectos humanitarios, sociales y económicos.
28. La Corte considera que la práctica aceptada de la Asamblea General, tal como ha evolucionado, es consistente con el Artículo 12, párrafo 1 de los Estatutos. Por lo tanto, la Corte opina que la Asamblea General, al aprobar la resolución ES-10114 en busca una opinión consultiva de la Corte no contraviene las disposiciones del Artículo 12, párrafo 1 de los Estatutos. (Las consecuencias legales de la construcción de una valla en el territorio palestino ocupado, opinión consultiva, C.I.J. Reportes 2004, p. 149-150)

Aunque la Asamblea General ha socavado de esta forma algunas limitaciones de su poder que incluyen los Estatutos, todavía no hay cabida, ya sea en los Estatutos o en la práctica, para que la Asamblea General haga algo más que emitir recomendaciones no vinculantes, salvo en el caso de la pertenencia a la ONU, donde la Asamblea General puede actuar para admitir a un estado, pero sólo después de que el Consejo de Seguridad lo haya aprobado.

No existe un camino legal, ya sea en virtud de Unión para la Paz o de cualquier otra estratagema, que permita que la Asamblea General admita por su propia cuenta a un estado en las Naciones Unidas, y parece poco probable que a los miembros permanentes del Consejo de Seguridad les agradaría realmente que esto cambiara. Rusia y China, por ejemplo, tienen repúblicas intranquilas y áreas que podrían algún día intentar obtener la soberanía, y ambos deben tener en cuenta que ampliar los poderes de la Asamblea General en este sentido podría volverse en su contra.

Más acerca de Unión para la Paz y las sesiones especiales de emergencia sobre Palestina.

Ya ha habido resoluciones de Unión para la Paz que han dado lugar a Sesiones Especiales de Emergencia sobre el conflicto árabe-israelí, la más reciente fue en 1997 y se relacionaba con los proyectos de Israel de construir viviendas en Har Homa. De hecho, esta sesión especial todavía debe terminarse debido a que se ha suspendido y reanudado repetidamente, la última vez fue en 2006. Con el tiempo se ha desviado de sus pretensiones originales, transformándose en una sesión multiuso para atacar a Israel que funciona paralela a la Asamblea General, pero con un impacto limitado similar.

Las declaraciones de independencia palestinas, entonces y ahora

Si los palestinos declararan su Estado en este año, esta sería al menos la tercera vez que lo hacen. La primera fue en 1948, cuando el Alto Comité Árabe (con la pretensión de que representaba al pueblo palestino) aprobó la siguiente:

Proclamación de la independencia de Palestina por el Alto Comité Árabe y los representantes de la Asamblea Palestina en el Congreso (1º de octubre de 1948):
Actuando en base al derecho natural e histórico del pueblo árabe de Palestina a la libertad y a la independencia, un derecho por el cual los árabes han derramado la sangre más noble y por el cual han luchado contra las fuerzas imperialistas, que, junto con el sionismo, se han asociado para enfrentar (a este pueblo) e impedirle que ejerza ese (derecho).
Nosotros, los miembros del Consejo Nacional Palestino, reunidos en la ciudad de Gaza, proclamamos este día, el día 28 de Dhi al-Qi’da, 1367 (A.H.), que corresponde al 1º de octubre de 1948, la plena independencia de toda Palestina, que está delimitada por Siria y Líbano en el norte, Siria y Transjordania en el este, el mar Mediterráneo en el oeste y Egipto al sur, así como el establecimiento de un estado libre, democrático y soberano. En este (Estado) los ciudadanos disfrutarán de sus libertades y sus derechos, y (este Estado) marchará hacia delante, en un espíritu fraternal, junto a sus estados hermanos árabes, con el fin de construir la gloria árabe y servir a la civilización humana. (Al hacer esto, ellos) estarán inspirados por el espíritu de la nación y su gloriosa historia y decidirán mantener y defender su independencia. Dios puede dar testimonio de lo que decimos. (Los Estados Árabes y la Liga Árabe: Un registro documental, Vol. 2: Asuntos Internacionales, Palestina, p. 579, Doc. 261; Muhammad Khalil, ed.; 1962, Khayats Press, Beirut)

En forma similar, el 15 de noviembre de 1988, en una reunión del Consejo Nacional Palestino en Argelia, la Organización para la Liberación de Palestina declaró un estado palestino independiente, proclamando en parte que:

Dado que el pueblo palestino reafirma definitivamente sus derechos inalienables en la tierra de su patrimonio:
Ahora, en virtud de los derechos naturales, históricos y legales y los sacrificios de generaciones consecutivas que dieron sus vidas en defensa de la libertad y la independencia de su patria;
En cumplimiento de las Resoluciones adoptadas por las Conferencias de la Cumbre Árabe y con base en la autoridad conferida por la legitimidad internacional tal y como se manifiesta en las Resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas desde 1947;
Y en el ejercicio del pueblo árabe palestino de sus derechos de autodeterminación, independencia política y soberanía sobre su territorio,
El Consejo Nacional Palestino, en nombre de Dios, y en nombre del pueblo árabe palestino, por este medio proclama el establecimiento del Estado de Palestina en nuestro territorio palestino con su capital en Jerusalén (Al-Quds Ash-Sharif).
El Estado de Palestina es el estado de los palestinos dondequiera que estén…
El Estado de Palestina es un estado árabe, una parte integral e indivisible de la nación árabe, unido con esa nación en el patrimonio cultural y la civilización y también en su aspiración de emancipación, progreso, democracia y unidad.

Como respuesta, la Asamblea General de las Naciones Unidas invitó al líder de la OLP, Yasir Arafat, a dirigirse a la organización, la cual aprobó luego A/RES/43/177 (15 de diciembre de 1988), que manifestaba en parte que:

La Asamblea General,
Habiendo examinado el asunto titulado “La cuestión de Palestina”,
Volviendo a su resolución 181 (II) del 29 de noviembre de 1947, en la cual, entre otras cosas, solicitó la creación de un Estado árabe y un Estado judío en Palestina…
1. Reconoce la proclamación del Estado de Palestina efectuado por el Consejo Nacional Palestino el 15 de noviembre de 1988:

La resolución se aprobó en una votación de 104 a 2, con 36 abstenciones.

Si la Asamblea General hiciera una votación para apoyar o reconocer otra declaración palestina de Independencia, existen pocas dudas acerca de que habría una mayoría a favor desproporcionadamente similar.

¿Sería válida una declaración unilateral del Estado palestino en virtud del derecho internacional?

Como se mencionó anteriormente, las Naciones Unidas no garantizan el Estado; de hecho, ninguna organización ni entidad lo hace. Y aunque los palestinos siempre pueden declarar su Estado una vez más, esto no lo convierte en un Estado.

Bajo el derecho internacional hay requisitos específicos para que una entidad política se considere un Estado, los cuales se codificaron en la Convención de Montevideo (Convención sobre los Derechos y Deberes de los Estados, 1933)

Los siguientes son los artículos más importantes de esta convención:

ARTÍCULO 1
El Estado, como una persona de derecho internacional, debe tener las siguientes condiciones: a) una población permanente; b) un territorio definido; c) un gobierno; y d) la capacidad de entrar en relaciones con otros Estados.
ARTÍCULO 2
El Estado Federal constituirá una sola persona a los ojos del derecho internacional.
ARTÍCULO 3
La existencia política del Estado es independiente de su reconocimiento por otros Estados. Incluso antes del reconocimiento el Estado tiene el derecho de defender su integridad e independencia, hacer posible su conservación y prosperidad y, por consiguiente, organizarse como lo estime conveniente, legislar según sus intereses, administrar sus servicios y definir la jurisdicción y competencia de sus tribunales.
El ejercicio de estos derechos no tiene más limitación que el ejercicio de los derechos de otros Estados de conformidad con el derecho internacional.

Más recientemente, al decidir asuntos relacionados con la fragmentación de Yugoslavia, la Comisión de arbitraje de la Conferencia sobre Yugoslavia (coloquialmente conocida como el Comité de arbitraje de Badinter, 1991) adoptó requisitos similares.

Bajo estos criterios el territorio bajo el control de los palestinos no constituye un Estado. Esto se debe en primer lugar a que en virtud de los Acuerdos de Oslo y los convenios posteriores, la AP tiene una autoridad temporal y una autonomía limitadas. La Autoridad Palestina no tiene, en ningún sentido, un control gubernamental sobre una población permanente, ni tampoco tiene control sobre un territorio definido; ambas situaciones se deben a que su control es limitado y a que el tamaño de su territorio soberano debe definirse mediante negociaciones con Israel. Por otra parte, la Autoridad Palestina tampoco tiene la capacidad de suscribir relaciones genuinas con otros Estados, ni en virtud de los acuerdos ni en la práctica.

Además, la declaración de Independencia de los palestinos en 1988, que según ellos todavía está en vigor, registra como ciudadanos palestinos a los “palestinos dondequiera que estén…”

Contrariamente a los requisitos legales para establecer un Estado, esta es una población indefinida, sobre la cual, en muchos casos, la Autoridad Palestina (e incluso la OLP) no tiene absolutamente ninguna autoridad de facto. La declaración de 1988 también es ambigua (o quizás demasiado clara) con relación a la extensión a las reivindicaciones territoriales palestinas. Ésta proclama:

El establecimiento del Estado de Palestina en nuestro territorio palestino con su capital en Jerusalén (Al-Quds Ash-Sharif).

¿Qué es exactamente “nuestro territorio palestino” y exactamente cuál porción de Jerusalén reclaman? En cualquier caso, ninguna entidad palestina tiene control sobre todo este territorio o sobre Jerusalén, por lo que de nuevo no satisfacen los requisitos necesarios para crear un Estado.

La conclusión es que sólo a través de negociaciones de buena fe con Israel los palestinos pueden tratar estas cuestiones y lograr la condición de estado.

¿Cuáles son los “Términos de referencia” que proponen algunos miembros del Cuarteto?

Ante el estancado proceso de paz, que se produjo por la negativa palestina a negociar con Israel, el Reino Unido, Francia y Alemania han estado proponiendo “términos de referencia internacionales” como una forma de inducir a Abbas a reanudar el diálogo. Estos términos proponen las fronteras de 1967 como un punto de partida, en violación de la Resolución 242, y apoyan que Jerusalén sea la capital de ambos Estados. Estos países también han estado presionando a los demás miembros del Cuarteto a incorporarse a su iniciativa.

El secretario del exterior británico William Hague, en un discurso pronunciado el 30 de marzo de 2011, con motivo de los “Sesenta años de relaciones diplomáticas británico-israelíes”, describió la iniciativa en estos términos:

En resumidas cuentas, el Proceso de Paz no debe volverse una víctima de la incertidumbre en la región. Hacemos un llamamiento a los israelíes y a los palestinos para que se comprometan con urgencia a sostener negociaciones en base a principios claros y con el apoyo de la comunidad internacional.
El Reino Unido, junto con Francia y Alemania, hemos establecido nuestras opiniones sobre lo que estos principios deben ser: dos Estados para dos pueblos en base a: las fronteras de 1967 con intercambios de tierra equivalentes, los arreglos de seguridad que protejan a Israel y a la vez respeten la soberanía palestina poniendo fin a la ocupación; una solución convenida justa y realista para los refugiados y Jerusalén como la capital de ambos Estados.
Hacemos un llamamiento a los Estados Unidos y al Cuarteto para que presenten principios claros sobre esta base tan pronto como sea posible y a ambas partes para que reanuden las negociaciones con el fin de que aborden los asuntos relativos a las condiciones finales. Se ha hablado sobre si soluciones provisionales serían suficientes. Pero yo no creo que estas serían suficientes. Se deben resolver los pormenores de las condiciones finales.
Queremos ver avances para septiembre.

El enfoque de Hague tiene una serie de problemas. Primero, estos “árbitros” del Cuarteto que supuestamente van a supervisar el proceso de paz entre Israel y los palestinos, al parecer ahora quieren ser parte del juego.

Pero si sus esfuerzos para lograr la paz fallan, sus “términos de referencia” se volverán el punto de partida del siguiente esfuerzo para lograr la paz, y por lo tanto el punto de partida para hacer demandas adicionales a Israel. Precisamente para evitar esta trampa el presidente Clinton, muy sabiamente, nunca presentó oficialmente su mapa en Camp David; dijo que su propuesta debería ser el inicio de la paz, no el inicio del siguiente proceso de paz.

Y como el objetivo es traer a Abbas de regreso a las negociaciones, él no va a aceptar tan fácilmente su propuesta; él negociará con los europeos en vez de con Israel. Y los europeos se verán presionados a endulzar su oferta a expensas de Israel o a resignarse al fracaso.

Además de que los “términos de referencia” presentan problemas de base, también presentan problemas específicos. Por ejemplo, los términos atienden sólo las inquietudes palestinas, requieren acciones sólo por parte de Israel y no les exigen nada a los palestinos; no incluyen la aceptación palestina de Israel como Estado judío, no consideran una declaración directa de los palestinos a su propia gente comunicándoles que el conflicto terminó y que no se le harán exigencias adicionales a Israel, no se exige a los palestinos detener la provocación contra Israel, no se exige que todas las milicias, tales como Hamas y la Jihad Islámica se desarmen.

A este respecto, cabe mencionar que cuando los británicos negociaban para terminar la violencia sectaria en Irlanda del Norte, insistían en que como parte de las negociaciones y antes de su finalización, el IRA (ejército republicano irlandés) y los “grupos paramilitares asociados” deberían “retirarse del servicio activo”, lo que implica el desarme total y verificable. Esto ocurrió finalmente en 2005, lo que llevó a la declaración siguiente del entonces primer ministro británico Tony Blair:

Este es un avance importante en el proceso de paz que hemos estado esperando por mucho tiempo.
Los gobiernos británicos posteriores han procurado un retiro definitivo y completo del IRA por más de 10 años. El incumplimiento de esto se ha convertido en un impedimento importante en el avance del proceso de paz.
Actualmente se logró por fin. Y hemos dado un paso importante en la transición del conflicto a la paz en Irlanda de Norte.

Aunque los británicos insistían en que el IRA retirara sus armas como una condición para continuar el proceso de paz, no contemplan tales exigencias con respecto a las armas mucho más mortíferas en manos de los grupos terroristas palestinos. Esto es así a pesar del hecho de que aunque el IRA nunca cuestionó el derecho de Gran Bretaña a existir, esta es precisamente la posición de Hamas, la Jihad Islámica, etc. con respecto a Israel.

Además, los “arreglos de seguridad que protegen a Israel mientras respeten la soberanía palestina” que se han propuesto, sólo pueden ser causa de una profunda inquietud para Israel, en vista de los fallidos “arreglos de seguridad” y otras disposiciones de la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Se suponía que esa resolución, aprobada en 2006 como consecuencia de los enfrentamientos en Líbano, provocado por los ataques de Hezbollah contra Israel, llevaría al desarme de Hezbollah y a la puesta en funcionamiento del Ejército libanés por todo el país, en particular cerca de la frontera con Israel; en este proceso, con la ayuda de las fuerzas de la ONU, las tropas de la FINUL, se desplazaría a las fuerzas de Hezbollah.

A pesar de las promesas solemnes de la “comunidad internacional” no ha sucedido nada semejante, y de acuerdo con informes fidedignos las fuerzas armadas de Hezbollah están más fuertes y mejor armadas que nunca antes. Las tropas de FINUL que supuestamente deberían limitar y desarmar a Hezbollah son ineficaces.

Por lo tanto, los “arreglos de seguridad” que los europeos le prometen a Israel pueden ser una fuente de zozobra en lugar de tranquilidad.

Aunque proponen “términos de referencia”, ¿cuáles son las posiciones de estos líderes con respecto a la UDI palestina?

La canciller alemana, Angela Merkel en un 5º artículo escrito en mayo, indicó su firme y constante oposición a cualquier maniobra unilateral palestina:

La canciller alemana, Angela Merkel, advirtió sobre el peligro que representaba el reconocimiento unilateral de un Estado palestino durante las conversaciones con el presidente palestino Mahmoud Abbas efectuadas el jueves en Berlín.
“No creemos que las medidas unilaterales sean útiles”, dijo la canciller, al tiempo que alentaba un regreso “urgente” a las negociaciones de paz entre Israel y los palestinos.

Sin embargo, en el mismo artículo se cita al presidente francés Nicolas Sarkozy, quien dijo que Francia bien podría apoyar una UDI palestina:

El presidente Francés Nicolas Sarkozy declaró anteriormente al diario francés l’Express: “Si el proceso de paz está virtualmente muerto en septiembre, Francia tomará su responsabilidad en el tema del reconocimiento del estado palestino”.

Y los británicos se bambolean. Según un informe del 4 de mayo de 2011 en el Guardian, el Reino Unido ahora apoya una declaración unilateral palestina a menos que Israel reanude las negociaciones en los términos palestinos:

Gran Bretaña está dejando claro que podría avalar una declaración de Abbas si Israel se niega a tomar parte en negociaciones de paz sustanciales con los palestinos para crear una solución de dos Estados. (David Cameron a Israel: incorpórense a las conversaciones o yo podría apoyar la declaración de independencia)

Esto es un cambio en la posición británica con respecto a hace algunos meses, según la declaración de Matthew Gould, el embajador británico en Israel, quien dijo que su país apoya la independencia de un Estado palestino pero se opondrá y no reconocerá ninguna declaración unilateral palestina:

… la forma de lograr esto es a través de negociaciones. Este es un conflicto que sólo se puede resolver a través de una solución negociada.

No obstante, al igual que con la declaración anterior y el voto de la ONU, es poco probable que una declaración unilateral palestina, ahora acompañada de un voto a favor de la Asamblea General de la ONU, pueda poner fin al conflicto.

Por el contrario, un escenario más probable es que con el control de Hamas en Gaza y el control palestino parcial en Cisjordania, una UDI provocaría más y no menos violencia y conflicto; además, podría encender enfrentamientos a gran escala.

¿Se justificaría el unilateralismo palestino? ¿Quién se ha negado a negociar, Israel o los palestinos?

Contrariamente a la acusación de que Israel se ha negado a negociar con los palestinos en forma seria y abierta, el líder palestino Mahmoud Abbas es quien se ha negado a negociar seriamente con Israel a partir de su negativa a aceptar las propuestas de largo alcance de Ehud Olmert en septiembre de 2008.

El plan de Olmert habría anexado los principales asentamientos israelíes a Israel y a cambio habría cedido territorio israelí a los palestinos y habría dividido Jerusalén.

Numerosos asentamientos que incluyen Ofra, Elon Moreh, Beit El y Kiryat Arba se habrían evacuado, y Hebrón se habría abandonado. Decenas de miles de colonos se habrían desplazado por la fuerza. Olmert incluso asegura haber alcanzado un acuerdo preliminar con Abbas sobre los refugiados y el reclamo palestino de un “derecho de retorno”.

Al final Abbas se negó a decir que sí. (Olmert: Abbas nunca respondió a mi oferta de paz, Ha’aretz, 14 de febrero de 2010)

Más recientemente, Abbas descartó el congelamiento de los asentamientos por 10 meses del primer ministro Netanyahu porque consideró que no tenía sentido; después de que transcurrieran nueve meses, indicó que era crucial que el congelamiento de los asentamientos fuera ininterrumpido, lo que exigió como un prerrequisito para reanudar las negociaciones.

Si los líderes palestinos no consideran realmente unas propuestas de paz serias, ¿entonces qué es lo que planean?

La estrategia palestina realmente es bastante clara. Negociar y aceptar un acuerdo de paz implica al menos algunas concesiones palestinas puestas sobre papel; como por ejemplo decir que aceptan el derecho de Israel a existir, o mejor aún, decir que aceptan el derecho de Israel a existir como un Estado judío. O, como mínimo, decir que con un acuerdo de paz el conflicto terminó, y no habrá más demandas palestinas contra Israel.

Arafat no lo haría, Camp David y Taba lo atestiguan, y aparentemente Abbas no lo hará tampoco.

En términos sencillos, pareciera que los palestinos simplemente no tendrán un sí por respuesta.

En lugar de esto, su planparece serdeslegitimizar y demonizar a Israel y convertirlo en un paria internacional por el sólo hecho de ser un Estado judío. Cuando este proceso de demonización alcanzara una masa crítica, tratarían de lograr que la ONU y los europeos le impusieran condiciones unilaterales a Israel, ya sea con el beneplácito o con la participación de los Estados Unidos.

Después de que estas condiciones unilaterales se aprobaran o se acordaran, el precio de la negativa israelí sería un BDS: boicot, desinversión y sanciones, como en el modelo Apartheid de Sudáfrica.

Aparentemente los líderes palestinos sienten que esa masa crítica se ha logrado ahora y que es el momento adecuado para conseguir un estado, reconocido, al menos, por los europeos y las Naciones Unidas, sin llegar a ningún acuerdo y sin poner fin al conflicto.

Y posteriormente, comoEstado Palestino, podrán continuar presionando para lograr concesiones de Israel, entre éstas el denominado Derecho de Retorno; además, podrán continuar demonizando a Israel, acusándolo de oprimir al nuevo Estado en relación con los refugiados, el agua o una gran cantidad de otros pretextos para mantener vivo el conflicto.

Si alguna vez, como una respuesta a los constantes ataques terroristas lanzados desde el Estado de Palestina, las fuerzas israelíes cruzaran la “frontera” para ocuparse de los perpetradores e impedir ataques futuros, esto se describiría como una invasión a una país soberano y un acto de guerra.

Y es probable que Israel será considerado culpable de provocar los ataques palestinos al no acceder a sus exigencias de más territorio israelí, más agua israelí, etc.

(Revisado el 10/5/2011)

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