Amistades peligrosas, silencios conocidos: ¿Dónde está la cobertura?

A saber ya cuántas veces hemos preguntado dónde está la cobertura. Sabiendo que estaba en ese lugar que los medios destinan a la impunidad de la parcialidad, el activismo y el paupérrimo quehacer profesional.

Pero, ni aun así dejamos de preguntar.

¿Dónde está la cobertura de los dichos del Abbas Zaki, importante y veterano miembro del Comité Central de Fatah en un encuentro del grupo terrorista Hizbulá en el Líbano?

El lunes 5 de marzo de 2018, según dio cuenta el Times of Israel, Zaki declaró, en una reunión de Hizbulá, grupo apoyado y financiado por Irán, que los árabes deberían entablar diálogo con Irán porque la República Islámica representa una amenaza para Israel.

Vamos, que habría que aliarse con aquel que ha amenazado con borrar al Estado judío del mapa.

Zaki no era un invitado más; un convidado de piedra, como suele decirse. De hecho, durante el evento se sentó junto al Secretario General Adjunto del grupo terrorista Hizbulá, Jeque Naim Qassem.

Que Fatah es una organización liderada por extremistas es de todos conocido. De todos menos de los lectores de la prensa en español, para quienes el liderazgo palestino es un conjunto de buenos muchachos condenados a la ineficacia de su buena voluntad por la “ocupación” israelí.

Claro que Zaki, uno de esos buenos muchachos, declaraba en marzo de 2014 que “en Fatah aún conservamos el principio de la lucha armada – pero debe ser utilizado cuando sea útil para nosotros y cuando se cobre un alto precio del enemigo...”.

Y en 2012, con motivo de la Operación Pilar Defensivo en respuesta al masivo e indiscriminado lanzamiento de cohetes por parte de Hamas y otros grupos terroristas palestinos desde la Franja de Gaza contra Israel, Zaki decía:

“Que Alá bendiga a Hamas… Nada me importa ahora excepto derrotar a Israel”.

Poco cambió desde aquel día. A fin de cuentas, se encontraba en una reunión del proxy iraní Hizbolá, llamando a los árabes a dialogar con (¿o a capitular ante?) Irán, que también financia a Hamás.

Y, para finalizar, la exégesis “zakiana” del conflicto, presentada durante en entrevista publicada el 30 de marzo de 2014:

Nuestro Medio Oriente es rico en energía. Creo que ha llegado la hora de que la gente sepa por qué se estableció Israel… Decían que era necesario establecer una barrera humana, que es Israel, que separaría las partes occidentales del mundo árabe de sus partes orientales, que controlaría los recursos de la región – es decir, el petróleo y la industria – y que impediría a los árabes recobrar su unidad y su cultura, que occidente les quitó”.

Cada vez más, el sesgo informativo respecto de Israel se evidencia a través de los silencios que practican los medios. En realidad, es siempre uno. El que le oculta voluntariosamente al lector la inmensa responsabilidad palestina en el conflicto. La que, como si los tratara como infantes, le censura las partes sobre la corrupción de sus líderes, el terrorismo, los vínculos con Irán, las luchas de poder donde los ciudadanos palestinos son monedas de cambio de escaso valor – al punto que son utilizados como escudos humanos de infraestructuras y actividades de Hamas.

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