Algunos lugares comunes

El 10 de julio de 2014, Carmen del Toro escribía en su blog De Incógnito (andaluciainformacion.es) una entrada titulada: Me duele Gaza

Su aproximación al conflicto actual entre Israel y Hamas revela ciertas lagunas históricas, que no son exclusivas de la autora, y que responden a lugares comunes carentes de base.

Algunas puntualizaciones

1- Israel no es un extranjero usurpador de tierras

Como muchos análisis errados, este texto parte de la base de que Israel es un extraño en esas tierras. Carmen del Toro así lo presenta:

“Hace muchos años, estudiando Historia Contemporánea, descubrí que Israel ni siquiera llegaba entonces a los cincuenta años y me empapé de un conflicto que en aquellos años se libraba con piedras.”

Cierto que Israel como estado moderno se independiza en 1948, Israel significa el regreso de un pueblo a su tierra de la que, a pesar de haber sido expulsado, jamás se desligó. Los lazos de los judíos con esa zona datan de más de tres mil años, tal como demuestran los restos históricos y los hallazgos arqueológicos. Ahí nace el pueblo judío, de ahí surgen sus textos sagrados y ahí construye sus templos. Sus lazos con esa tierra se fundamentan en la esencia misma del judaísmo, no sólo como religión, sino concebido como pueblo.

Por otra parte, hay que destacar que nunca existió en la zona estado Palestino. “Palestina” como tal nunca ha sido más que un proyecto. En 1948 los países árabes no quisieron aceptar la resolución 181 de la ONU, que establecía la creación de dos estados, uno árabe y otro judío. Recordemos que en la Declaración de Independencia de Israel, el primer ministro David Ben Gurion, tendió la mano a sus vecinos, proponiendo “una oferta de paz y buena vecindad” y exhortándolos “a establecer vínculos de cooperación y ayuda mutua con el pueblo judío soberano asentado en su tierra.” La respuesta fue una declaración de guerra de todos los países vecinos, y hasta no vecinos, como Iraq. En dicha contienda, Gaza pasó a manos de los Egipcios y Cisjordania a las de Jordania. No fue hasta 1967, en otra guerra defensiva, que Israel pasó a administrar esos territorios, y que tal y como ha declarado en numerosas ocasiones, está dispuesto a abandonar a cambio de un acuerdo de paz.

Los análisis que presentan la actual situación como si fuera resultado del “robo” de una tierras son producto del desconocimiento histórico.

2- El conflicto nunca se libró “con piedras” exclusivamente

Cuando la autora segura que el conflicto “en aquellos años se libraba con piedras”, probablemente se refiera a los tiempos de la primera Intifada, y se está equivocando. En el campo mediático, sí se libraba con piedras. Y aún hoy, el empleo de esa imagen épica despierta cierta simpatía en quienes desconocen la realidad.

Pero la verdad siempre fue bien distinta. Recordemos que, tal y como explica el analista de CAMERA, Dexter Van Zile que:

“Según el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, 200 israelíes murieron por ataques terroristas en Israel entre 1987 y 1993.

B’Tselem ofrece cifras distintas, informando que 94 civiles israelíes murieron en la Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este durante la primera Intifada y que 177 fueron asesinados dentro de la Línea Verde. Esto supone un total de 271 israelíes asesinados durante la primera Intifada.”

Por si cupiera alguna duda acerca de cómo fueron asesinados estos israelíes, no lo fueron a base de “piedras”, y algunas de sus víctimas fueron por ejemplo, 16 viajeros de un bus precipitado a un barranco. En este artículo de CIFwatch podrán encontrar un listado de las víctimas de la primera Intifada y de cómo fueron asesinadas.

3- El Holocausto en boca de cualquiera

Afirma Carmen del Toro:

“Para mí es incomprensible cómo un pueblo que ha sufrido un holocausto no es capaz de buscar la paz. Sí, ellos más que los otros. Israel consiguió un estado, su tierra prometida, a partir de pequeñas parcelas compradas en la entonces dispersa Palestina, que acrecentó gracias a la ONU y a sucesivas guerras que consolidaron un territorio que esquinó a sus antiguos habitantes.”

1- ¿Quién le ha dicho a Carmen del Toro que los judíos no buscan la paz? Un rápido vistazo a un libro de Historia le permitiría descubrir que todas las guerras que Israel ha librado fueron iniciadas pòr los estados árabes. Empezando por la guerra de Independencia de 1948, en la que Israel se vió invadida a las pocas horas de su existencia por 6 estados árabes que buscaban su aniquilación, y terminando en esta operación actual que responde a meses de lanzamiento de cohetes desde Gaza sobre la población civil israelí.

2- ¿Qué tiene que ver el Holocausto en un conflicto entre dos vecinos? ¿Qué querría la autora que el Holocausto le hubiera enseñado a los judíos? ¿Qué necesidad tiene cualquiera de recurrir al Holocausto para analizar la actual situación entre Israel y Hamas?

Queremos creer que ni por asomo la autora intenta equiparar ambos hechos, ya que por un lado, el Holocausto o Shoah, el genocidio del que fueron víctima los judíos durante la Segunda Guerra Mundial a manos de la Alemania nazi, es un hecho históricamente singular, cuya finalidad era la de hacer desaparecer un pueblo entero de la faz de la tierra con una justificación biológica. Para ello, se los calificó de infra-humanos, se aplicaron técnicas industriales modernas y se construyeron campos de exterminio de una letal eficacia (en Auschwitz-Birkenau, cuatro cámaras de gas alcanzaron a matar hasta ocho mil judíos por día). El resultado fue de 6 millones de judíos asesinados: 1/3 de la población judía mundial.

El único actor de la región que busca la eliminación total del contrario, es el grupo Hamas, que en su carta fundacional aboga por la destrucción de Israel y de los judíos.

Por el otro lado, no existen ni campos de exterminio, ni voluntad alguna de exterminio del pueblo palestino (la población palestina creció un 30% en la última década). Israel no persigue bajo ningún concepto la desaparición del vecino. Sin despreciar el dolor de ninguna de las partes, los enfrentamientos entre ambos responden a una situación de conflicto, no más mortal que el de cualquier otro conflicto.

Además, tampoco está de más, recordar que según el Departamento de Estado de Estados Unidos, la European Union Agency for Fundamental Rights (FRA) y la Organization for Security and Co-operation in Europe (OSCE), “realizar comparaciones entre la política israelí actual y la de los nazis” es una clara muestra de antisemitismo.

4- “Nunca he visto a los israelíes ceder” asegura la autora

Y sin embargo, han cedido en muchísimas oportunidades. ¿Nunca oyó hablar de los acuerdos de Oslo? ¿No se entereó de la retirada de Gaza? ¿No supo de las propuestas de paz que hicieron Ehud Barak o Ehud Olmert? ¿De la misma partición del 47? Todas las propuestas concretas fueron o bien rechazadas o ignoradas por los líderes palestinos.

5- La herida de Gaza y algunas preguntas al respecto

Es cierto que Gaza duele. El dolor de la población civil es absolutamente indudable, pero sería recomendable que alguien que pretende hacer un anáisis de la situación pusiera todos los hechos sobre la mesa. Gaza le duele ahora poque los israelíes responden a los ataques, pero ¿duele Gaza cuando los miembros de Hamas emplean a su población como escudos humanos? ¿duele Gaza cuando Hamas dispara sus cohetes desde nucleos urbanos para forzar una respuesta israelí que mate la mayor parte de civiles posibles? ¿duele Gaza cuando los propios líderes llaman al martirio de su gente? ¿duele Gaza cuando los líderes piden a su gente que no atiendan a los llamados de Israel advirtiendo que van a atacar una determinada zona? ¿duele Gaza a pesar de que los propios líderes palestinos han declarado que Hamas comete crímenes de guerra?

La pregunta que uno termina haciéndose es ¿duele de verdad Gaza o simplemente molesta Israel?

Comments are closed.