El texto arrancaba, justamente, con el anuncio israelí de construcción – ¿el orden iba según importancia causal?:
“El anuncio del primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu, de la construcción de más de 1.060 viviendas en el territorio ocupado de Jerusalén Este y 2.000 más en Cisjordania es un nuevo factor de tensión y un ‘obstáculo’ para la paz, según el secretario de Estado norteamericano, John Kerry”.
Al parecer, ni el atentado perpetrado por un palestino en Jerusalén – que costó la vida de un bebé y una joven -, ni la incitación a la violencia por parte del liderazgo palestino, tienen lugar en esta extraña lista, en la que la construcción de viviendas es comparablea:
La extensión de la guerra civil siria (que según la ONU ya ha costado la vida de más de 200.000 personas) al Líbano.
Que los bombardeos aéreos de Estados Unidos contra posiciones del Estado Islámico y su decisión de armar y entrenar a los rebeldes sirios.
El resurgimiento de los yihadistas en el Sinaí, “donde el Gobierno egipcio ha impuesto el estado de excepción después de que el grupo Ansar Bayt al Maqdis matara a 33 soldados el pasado viernes”.
La presenciaen Libia del grupo terrorista Estado Islámico (según la ONU, la campaña de EI contra los yazidíes podría ser un genocidio).
Es decir, ¿para La Vanguardia la construcción israelí equivale a asesinatos? ¿O eso quiere sugerirle a sus lectores?
En 2005 Israel se desconectó total y unilateralmente de Gaza. Las construcciones que allí se habían erigido no fueron un obstáculo para ello.