ReVista en YNET- La demonización de Israel en España

¿Todo en proporción? No para Muñoz y El País.

Mónica Cooper critica severamente los reportajes de noticias deficientes y parciales del principal diario español El País.

Publicado por YNET: 14.03.10, 11:09 / Opinión de Israel

Traducción del inglés por ReVista

Hace algunas semanas, el conocido autor Alfonso Ussia escribió en La Razón de España acerca de una joven mujer catalana que la policía israelí detuvo en Ramallah. Ussia relata que ella probablemente estaba haciendo campaña contra el estado judío con una visa vencida en su pasaporte español. Si hubiera estado haciendo algo parecido en un estado árabe, escribe Ussia, lo más probable es que la hubieran apedreado a muerte en la plaza pública. En su lugar, Ariadna Jové Martí fue enviada de regreso a España en buen estado de salud, con un pasaje de avión probablemente pagado por el Estado de Israel.

¿Cómo fue todo esto visto en España? La Oficina de Relaciones Exteriores expresó a los diplomáticos israelíes su indignación sobre este asunto, mientras que la prensa se ocupó de arremeter contra el estado judío. Todo esto ocurría, como Ussia lo señala correctamente, mientras ignoraban o justificaban cada ignominia de cualquier otro país en todo el mundo.

¿Son conscientes los israelíes de la embestida y la demonización de Israel que lleva a cabo la prensa ibérica?

Por ejemplo, ¿saben del caso de El País de Madrid? Con 430.000 ejemplares diarios y más de dos millones de lectores en Internet, El País es considerado el “líder de la prensa generalista en España”. Y en cada artículo sobre Israel, en la página web de este preeminente periódico, hay un perfil de Israel que incluye a Tel Aviv como la capital del país.

En su sección “Corresponsales”, El País explica que el periodista Juan Miguel Muñoz informa desde “Jerusalén, Cercano Oriente”. Ningún otro reportero es identificado así, con base en un área geográfica; todos están en un país designado con su nombre (con excepción de los que reportan sobre la UE desde Bruselas).

ReVista de Medio Oriente, un organismo de vigilancia de los medios de comunicación en español, les preguntó a los editores de El País por qué este tratamiento diferente que se le da a Israel. Acerca de la ubicación de la capital de Israel en el “Cercano Oriente”, dijeron que Muñoz “también informa desde Jerusalén sobre Líbano y Siria”, una respuesta poco convincente a primera vista, y menos convincente aún si se toma en cuenta que el reportero casi nunca escribe sobre esos países mientras que escribe sobre Israel prácticamente a diario. Con respecto a Tel Aviv como la capital de Israel, los editores le dijeron a ReVista que la “directriz de mantener esta designación proviene de los directores del periódico y no se puede cambiar”.

ReVista ha publicado diversos análisis de los informes sesgados de Muñoz por dos años, y recientemente examinó detalladamente todos sus artículos en El País durante un período seleccionado arbitrariamente, que comprende tres semanas de enero y febrero de 2010. El estudio mostró que Muñoz mayormente tomó material de la “prensa local” (como él llama a la prensa israelí) y lo reescribió en español. Escogió selectivamente los temas que presentan a Israel bajo una luz negativa y los mostró fuera de contexto, creando la imagen de una nación poblada por lunáticos y asesinos.

En este sentido, el primer ministro israelí Netanyahu se retrata constantemente como si posara para la prensa cínicamente, y todas sus preocupaciones acerca de Irán se presentan como motivadas políticamente y no justificadas por razones de seguridad.

En dos artículos de este tipo (del 7 y 10 de febrero) Muñoz no incluye siquiera una frase sobre la amenaza que representa Irán para el orden mundial. Aunque muchas naciones en el Occidente y el Medio Oriente están cada vez más alarmadas por el peligro que representa un Irán nuclear, quien lea lo que dice Muñoz y le crea podría llegar a la conclusión de que el único que tiene problemas con Irán es Netanyahu (y que estos problemas en realidad son únicamente posturas políticas). “Benjamin Netanyahu tiene una fijación: Detener el programa nuclear de Irán”, escribe Muñoz. “Al poseer armas atómicas y no ser signatario del Tratado de No Proliferación, Israel no aceptará perder el monopolio en el Medio Oriente”.

Implacablemente despectivo

En la presentación de Muñoz Israel es arrogante e irracional e Irán no pareciera merecer sanciones o aislamiento. La única mención de la política de Irán es: “En cualquier forma, pareciera que para Israel no es suficiente que el presidente Mahmud Ahmadinejad esté de acuerdo en que el uranio se enriquezca en Rusia y Francia”.

Otra historia de Muñoz del 7 de febrero arremete contra la familia de Netanyahu con una interjección familiar en un comentario editorial; a su hijo de 15 años, descrito como un “sabelotodo”, se le ridiculiza por ganar un concurso de Biblia; y su esposa Sara es juzgada culpable de ser una tirana con los ayudantes en su casa. “En el escenario (del concurso del niño) la imagen era perfecta: bandera, religión y ejército; ya que para completar el cuadro idílico su hermano Yair apareció vestido con caquis”. En el estereotipo que hace Muñoz de la familia del líder del Likud ésta es crudamente señalada como nacionalista, religiosa y militarista.

Dos artículos adicionales (el 1º y 2 de febrero) versan sobre el fósforo blanco que supuestamente se utilizó “profusamente” en la guerra de Gaza, y que dos oficiales fueron “disciplinados” por esta causa, según la “prensa local”. Aunque el ejército negó que los oficiales fueron disciplinados por la utilización de fósforo blanco, y aunque el informe que se envió a la ONU no menciona el fósforo blanco en este sentido, Muñoz reiteró un artículo de Ha’aretz, escrito por Anshel Pfeffer, que servía a su propósito de calumniar a Israel en todo lo posible, independientemente de la exactitud de la información que repetía.

Para completar la gama, Muñoz informa sobre una modelo que se negó a servir en el ejército, y dice únicamente que los líderes del ejército la atacaron sin piedad y públicamente por su acción, sin proporcionar ningún contexto que explique el punto de vista del ejército, o sea, que todos los ciudadanos están obligados a servir.

En definitiva, al igual que la Srta. Jové Martí, Muñoz disfruta de la hospitalidad israelí mientras se complace sistemáticamente en presentar información sesgada en su idioma natal, sin el conocimiento de sus ingenuos anfitriones. Su información sobre Israel es implacablemente despectiva, tipificada por omisiones de información clave, falta de contexto y errores informativos. En su presentación Israel es violento, irresponsable o sencillamente ridículo. En cambio, su tratamiento de Hamas siempre es respetuoso y comprensivo.

Tal como escribe el Sr. Ussia sobre la historia de Jové Martí, quizás Israel debería exhortar a Muñoz a vivir permanentemente en uno de los países del Cercano Oriente que cubre, cuyas políticas opresivas ignora casi totalmente. Entonces, al menos Muñoz no podría disfrutar de vivir en Israel mientras hace que cualquier “cosa insignificante se convierta en algo grande contra Israel”, como escribe Ussia.

Quizás cuando El País informe sobre Jerusalén en su calidad de capital de Israel, y Muñoz ponga en conjunto correctamente los hechos acerca del Medio Oriente, Israel podría considerar darle la bienvenida de nuevo.

Mónica Cooper es la directora de ReVista de Medio Oriente, la sección en español de CAMERA, el Comité para la Precisión de la Información sobre Medio Oriente en los Estados Unidos

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