San Antonio Express-News malinforma a sus lectores

Nazareth

Uno de los primeros principios del periodismo es: No engañar. Desafortunadamente, el San Antonio Express-News, un periódico Hearst localizado en Texas, violó este principio cuando se negó a corregir numerosos errores en una Opinión editorial escrita por el activista palestino, Jacob Nammar, publicada en línea el 13 de marzo (“La política de Israel mantiene vivo el conflicto en el Medio Oriente”).

En primer lugar, como evidencia de su ignorancia sobre Israel y las áreas palestinas, Nammar afirma absurdamente que Jerusalén, Belén y Nazaret se están convirtiendo en ciudades “judías”. En Belén hay pocos judíos, si es que existe alguno. La ley israelí prohíbe a los ciudadanos israelíes entrar al territorio controlado por la Autoridad Palestina, lo que incluye a Belén.

La ciudad está poblada en su mayor parte por musulmanes y un número significativamente menor y decreciente de cristianos. En una obra titulada Oh, ciudad musulmana de Belén”, publicada el 16 de diciembre de 2006, el British Daily Mail reportó que la población cristiana de la ciudad “ha decrecido desde más del 85 por ciento en 1948 a 12 por ciento de sus 60.000 habitantes en 2006”. El resto de los habitantes son musulmanes.

La afirmación de Nammar de que Nazaret se está convirtiendo en una ciudad “judía” es igualmente absurda. Según la Oficina Central de Estadísticas de Israel, la población total de Nazaret en 2005 era de 64.800 personas, de las cuales 64.100 eran árabes, incluyendo 20.000 árabes cristianos. El número de judíos no está disponible, lo que subraya el pequeño número de judíos en esta ciudad. Los judíos viven en un poblado cercano llamado Nazaret Ilit (Nazaret de Arriba). La ciudad, adyacente a Nazaret, cuenta con 43.700 habitantes: 33.400 judíos y 5.200 árabes. En Nazaret Ilit viven también 4.300 cristianos (en su mayoría árabes).

De hecho, Jerusalén es una ciudad mayoritariamente judía, pero se está volviendo más árabe y menos judía. En la medida que la población árabe crece mucho más rápido que la judía, la proporción judía de la población total de la ciudad decrece en lugar de aumentar. Entre 1967 y 2005 la población árabe de Jerusalén aumentó desde 68.600 a 244.800, lo que da un incremento de 257 por ciento. Durante el mismo período, la población judía de Jerusalén aumentó desde 197.700 a 475.000, con un aumento de población de sólo 140 por ciento. En 1967, los judíos comprendían el 74 por ciento de la población de Jerusalén; en 2005 sólo constituían el 66 por ciento. La cada vez menor población judía de Jerusalén fue el tema de un artículo en el New York Times el 13 de mayo de 2007, escrito por Greg Myre (“Enigma israelí: Amo a Jerusalén, odio vivir allí”), que comienza así: “Israel está enfrentando un reto que nunca esperó cuando capturó el Este de Jerusalén y reunificó la ciudad en la guerra de 1967: cada año, la población de Jerusalén se vuelve más árabe y menos judía”.

Disminución del cristianismo en áreas palestinas

Al igual que en Jerusalén, la población musulmana en las áreas palestinas está en aumento. Por el contrario, la población palestina cristiana está disminuyendo rápidamente. Sin embargo, a sus hermanos cristianos en Israel les va mucho mejor, ya que sus cifras están creciendo. Sin embargo, Nammar oculta esta distinción crítica entre las dos poblaciones cristianas, y escribe, por ejemplo, “¿Cómo se sentirían 1 billón de cristianos en el mundo con respecto a la eliminación sistemática de sus hermanos y hermanas de la Tierra Santa?” Al distorsionar aún más la imagen, Nammar culpa falsamente sólo a Israel de la disminución del cristianismo (un problema que se da únicamente en Cisjordania y la Franja de Gaza, en zonas controladas por palestinos, un hecho que no menciona): “Actualmente, Palestina-Israel, la tierra que dio a luz a Cristo y el cristianismo, tiene menos de 2 por ciento de cristianos… Sin embargo, con la creación de Israel en 1948, se desalojaron más de 750.000 palestinos de su tierra ancestral, y en la guerra de 1967 se desalojaron de sus casas 350.000 adicionales”.


Actualmente, la disminución cristiana en las áreas palestinas se debe principalmente a intimidación y violencia musulmana. Los cristianos en Cisjordania, que han sido víctimas de robo, intimidación, rapto e incendio provocado perpetrados por sus vecinos musulmanes, en su mayoría se ven forzados a valerse por sí mismos o huir de la región, porque la Autoridad Palestina no ha hecho nada para proteger a sus minorías religiosas. El maltrato de cristianos, particularmente en Belén, se difundió en la obra mencionada anteriormente “”Oh, ciudad musulmana de Belén” la cual reporta:

“George Rabie, un taxista de 22 años del suburbio de Beit Jala de Belén, está orgulloso de su cristianismo, aunque este lo pone en un peligro diario. Hace dos meses fue golpeado por una banda de musulmanes que visitaban Belén provenientes de la cercana Hebrón, quienes detectaron el crucifijo que colgaba de su parabrisas.”

“Todos los días experimento discriminación”, dice. “Es un tipo de racismo. Somos una minoría por lo que somos un blanco más fácil. Muchos extremistas de las aldeas están llegando a Belén”.

“Jeriez Moussa Amaro, un artesano de 27 años de Beit Jala que trabaja con aluminio, es otra persona con experiencia de primera mano de la violencia atroz que enfrentan los cristianos. Hace cinco años, pistoleros musulmanes mataron en su propia casa a sus dos hermanas, Rada, de 24 años y Dunya, de 18 años. Su delito era ser mujeres cristianas jóvenes y atractivas que se vestían con ropa occidental y no usaban velo. Rada había estado durmiendo con un hombre musulmán en los meses que precedieron a su muerte.”

“Una organización terrorista, las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa, promulgó un alegato que asumía la responsabilidad por el acto, el cual decía: “Queríamos limpiar la casa palestina de prostitutas”. Jeriez dice: “Un hombre cristiano es débil en comparación con un hombre musulmán.”

“Ellos tienen familias más numerosas y más poderosas y conocen personas en posiciones encumbradas en la Autoridad Palestina”.

“El miedo al ataque ha estimulado a muchas familias cristianas a emigrar.”

“Samir Qumsieh es el administrador general de Al-Mahed (Natividad) que es la única estación de televisión cristiana de Belén. Ha tenido amenazas de muerte y visitas de hombres armados que le exigían entregar tres acres de su tierra, y ahora está preparado para irse.”

“Como cristianos, no tenemos futuro aquí”, dice.

Sin embargo, los cristianos sí tienen futuro en Israel, que es el único país en el Medio Oriente con una población cristiana creciente. En 1949, el número de cristianos en Israel era 34.000; para 1979, el número total de cristianos en Israel aumentó a 73.800 y actualmente hay aproximadamente 148.000 cristianos en Israel. Cuando la mayoría musulmana de Nazaret intentó construir una mezquita en la plaza frente a la Basílica de la Anunciación durante los años 1990, los cristianos pidieron exitosamente al gobierno israelí que detuviera la construcción, por miedo de que este fuera un intento de los musulmanes de Nazaret de intimidar a la comunidad cristiana.

Errores sobre el Mandato

Nammar también reportó falsamente que “durante el Mandato Británico, Palestina se consideraba oficialmente un país cristiano, con 50 por ciento de su población ubicada en Jerusalén [clasificado como cristiano] y 90 por ciento en Belén [clasificado como cristiano]”. Aunque la cifra que proporciona Nammar para Belén es correcta, la de Jerusalén estotalmente inexacta. Según el censo llevado a cabo en 1922 por el Mandato Británico, de una población total de 62.578 residentes totales de Jerusalén, 14.699 eran cristianos, 13.413 eran musulmanes y 33.971 eran judíos. Es decir, los cristianos representaban sólo el 23 por ciento de la población de Jerusalén a principios del Mandato. Los censos de 1931 y 1944 indican que este porcentaje disminuyó en las décadas subsiguientes.

Además, en ningún momento Palestina se consideró un país cristiano. Antes del Mandato Británico, Palestina estaba gobernada por los Otomanos musulmanes. El territorio era predominantemente musulmán, a pesar de la presencia judía constante en la región desde tiempos bíblicos.

Error sobre la retirada

Nammar también está equivocado cuando escribe: “Israel se ha negado a aceptar o cumplir el Convenio de Camp David de 1978, el Acuerdo de Oslo de 1993, el plan de actuación para la paz del Cuarteto internacional y la propuesta de paz de 2002 formulada por las 23 naciones árabes, todos los cuales están basados en la completa retirada de territorios palestinos ocupados ilegalmente”. De hecho Israel ha aceptado el Convenio de Camp David, que dio lugar a la paz con Egipto, y han aceptado igualmente el Acuerdo de Oslo de 1993 y el plan de actuación del Cuarteto internacional. Y, lejos de “basarse” en la petición extremista árabe de una retirada israelí a sus bordes anteriores de 1967, los acuerdos internacionales ni siquiera mencionan este tipo de retirada. (En cambio, la iniciativa de 2002 de la Liga Árabe sí lo hace, e Israel no la ha aceptado).

El Convenio de Camp David de 1978 anota explícitamente que los límites finales de Israel se determinarán a través de negociaciones futuras. La sección “c” del primer párrafo, bajo el encabezado “Cisjordania y Gaza” es explícita: “Las negociaciones resolverán, entre otros asuntos, la localización de los límites y la naturaleza de los arreglos de seguridad”. El convenio no define los límites de Israel.

El Acuerdo de Oslo de 1993 pospuso los “límites” como uno de los “asuntos que se negociarían en las negociaciones de estatus permanente” (Artículo Cinco, Párrafo Tres).

En cuanto al plan de actuación, el documento no habla en ninguna parte de una retirada completa a los límites de 1967. En su lugar habla de una conferencia internacional para:

“ratificar el acuerdo alcanzado sobre un estado palestino independiente con límites provisionales y para lanzar formalmente un proceso con el apoyo activo, sostenido y operacional del Cuarteto, dirigido a una resolución del estatus final y permanente en 2005, que incluye los temas sobre límites, Jerusalén, refugiados, asentamientos…”

Por lo tanto, nunca ha habido un acuerdo firmado entre Israel y los palestinos que exija a Israel retirarse completamente de todos los territorios que obtuvo en la Guerra de los Seis Días, una guerra que luchó en defensa propia. Por otra parte, la aseveración de Nammar es simplemente falsa.

La negativa de los editores del San Antonio Express-News de corregir el documento fue respaldada por el presidente y director ejecutivo del periódico, Thomas A. Stephenson. Bob Richter, el editor público del periódico estuvo claramente reacio a corregir la opinión editorial. Ritcher escribió: “Lo último que quiero hacer como defensor público de este periódico es corregir la opinión de un escritor, ya sea que este trabaje para el Express-News o envíe su trabajo como columnista invitado”. Sin embargo, no se le pidió a Richter que corrigiera las opiniones de Nammar, sino sus informaciones erróneas sobre los hechos. Tal como lo expuso claramente Elissa Papirno, ex presidenta de la Organización de Defensores Públicos de Noticias (ONO), de la cual Richter es miembro: “Los escritos de opinión, así como cualquier escrito en el periódico, deben basarse en una descripción precisa de la realidad”.

Esta es la conclusión: un activista partisano utilizó las páginas del San Antonio Express-News para malinformar al público, y el periódico no hizo una corrección, con lo que demuestra que su ostensible compromiso con la veracidad, enfatizado por la presencia de un editor público entre su personal, es pura apariencia.

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