Como medio financiado por todos los ciudadanos, RTVE tiene la obligación de informar con rigor, pluralidad y respeto a la verdad. Por ahora, esa obligación está incumplida.
La narrativa manda. Porque tiene el poder de pensar o encauzar la vida de los demás. Porque, se pretende, la narrativa “crea”: presente, consenso; humo.
En 1989 y en 1945 sólo cayeron ropajes, atrezos. Ni siquiera símbolos. Es más, en ambas fechas, no cayó nada; se comenzó a colocar el disimulo para los “nuevos tiempos”. La sonrisa, la “causa” floral, la “globalización” y el “multiculturalismo” vistieron de seda a los viejos regímenes, corruptelas, odios expiatorios y humanos sin derechos
"La ignorancia es mucho más rápida que la inteligencia - podría añadirse el colaboracionismo -, porque la inteligencia se detiene cada tanto a examinar. En cambio, la ignorancia pasa por sobre las nociones a gran velocidad, y jamás hay algo que le llame la atención. Entonces llega rápido a cualquier parte. Especialmente a las conclusiones". Y vaya si hay ejemplos de esta vertiginosa y tonta – aunque utilitaria - desidia en la cobertura mediática sobre Israel
La vida de los palestinos no vale nada si no sirve a los intereses inmediatos y futuros a Fatah y la OLP que controla. O a Hamás. O a la Yihad Islámica Palestina. O a Irán y Catar que financian el terror
O de peor en peor, más probablemente. De publicar lo que dicte Hamás sin más filtro que el de “periodistas” activistas-propagandistas, a una suerte de maquillaje ideológico y difusión de teorías conspirativas que publicaba El Correo
Banalización del Holocausto imprescindible para darle una mano al culto genocida Hamás, disimulado-"validado" detrás de las cifras mentidas que sirven a la “periodista” para reafirmar ya no un sesgo evidente, sino su papel cómplice
Los autoproclamados “expertos” y “corresponsales” en Medio Oriente se encargan ya no de no seguir, sino siquiera ni mirar las elocuentes marcas que deja a su paso la República Islámica de los ayatolás. Un rastro inconfundible de armas, dinero sucio, guerra y fanatismo.
“Anti-israelíes y anti-occidentales] prefiere[n] la imagen a la cosa, la representación a la realidad, la apariencia al ser. Lo que es sagrado para [ellos] no es sino la ilusión, aquello que es profano es la verdad. Más aún, lo sagrado se engrandece a sus ojos a medida que decrece la verdad y que la ilusión crece”. Lo sagrado, en definitiva, es su “moral” masajeada a través de la “indignación” e “inquietud” invocadas a través de esos simulacros
La cobertura sobre aquello que esté relacionado con Israel . Para comenzar, el periodista de turno suspende su capacidad para realizar su profesión de manera correcta. Esto es, deja de corroborar lo que digan palestinos o aquellos que se dicen pro-palestinos, y de informar sobre quién es la voz que hablar. El periodista se vuelve obediente con “la causa” y sus necesidades "narrativas"