
Lugares sagrados, profanos silencios
En la cobertura sobre el cierre del Santo Sepulcro por parte de las iglesias cristianas, algunos medios apostaron por el error y la omisión. El resultado, harto conocido: Israel, malo.
En la cobertura sobre el cierre del Santo Sepulcro por parte de las iglesias cristianas, algunos medios apostaron por el error y la omisión. El resultado, harto conocido: Israel, malo.
Los medios parecen haber creado “mundo” dentro de este mundo para dar cuenta del conflicto palestino/árabe-israelí y de Israel. Se trata de un “mundo” donde lo imposible es posible, lo falso verdadero y lo malo bueno.
Es muy sencillo. No hacen falta complicados algoritmos. Sencillamente, omite lo que pueda perjudicar a los palestinos, se aumenta lo que perjudique al Estado judío; se fabrica, se altera. Todo vale. Hay barra libre. Libre de responsabilidades.
Para el diario español al parecer, la realidad es algo que cada cual puede manipular a su antojo: de manera que sólo se escuche la voz libanesa manifestándose sobre cuestiones limítrofes, y que Hizbulá se transforme en una organización “dialogante”
No se esfuerce, estimable lector, en las coberturas que tengan algo que ver con el Estado judío difícilmente hallará usted hechos, información. Por el contrario, se encontrará con lo que cada redactor, inspirado por algún suceso, decida en cada momento
Omisión de aquello que, por grande que sea, perjudica la imagen palestina; magnificación de aquello que, por ínfimo o marginal que sea, sirva para perjudicar la imagen israelí
A menudo, en política internacional (en sus conflictos) las cosas siempre han sido evidentes. A menudo, sus actores no se han molestado en ocultar sus intenciones, sus motivaciones. A menudo sucede que son los medios los que ocultan lo que estaba y está claro
Vale omitir mucho, es decir, tomar trozos que confirmen el prejuicio propio. Vale utilizar el periodismo como plataforma para la difusión de un punto de visto, de una toma de partido. Eso sí, vale todo esto si el señalado es Israel
Todo aquello que los propios medios identifican ya no sólo como mal periodismo, sino como su ausencia, es válido cuando de cubrir el conflicto palestino-israelí se trata
Los líderes palestinos se empeñan en negar las afirmaciones que hacen los periodistas acerca de sus motivaciones, de sus opiniones, de sus fines; vamos, sobre su visión real del conflicto palestino-israelí