La “realidad” que presentan algunos medios, parafraseando a Jean Baudrillard (Simulacra and Simulation), devora el contenido de la realidad, así como a la propia comunicación que dicen ejercer
Se va convirtiendo en un lugar común el reproducir sin más lo que afirma una organización no gubernamental, un líder o, por ejemplo, una entidad; sin añadir la contraparte ni el valor añadido (y obligado) de la verificación, de la documentación, del entorno político, ideológico, histórico del suceso
Si lo que ha costado fijar, puntualizar, es empleado con la liviandad y el afán de difamación o intimidación con que se emplean las palabras en las gradas de un estadio de fútbol o en un ring de boxeo; pierde toda capacidad de diagnóstico, de potencial capacidad disuasoria
El todo resulta irremediablemente autorreferencial (ONG citándose unas a otras y varios medios refiriéndolas sin más): una inercia que dice y alude a sí misma pretendiendo novedad y variedad donde realmente hay una sola voz ya casi automática en aquello de decir lo mismo. No hay exploración de la realidad ni sus hechos; en su lugar se la niega en el mismísimo acto de producir las imágenes deformadas de lo que se esconde
Quizás la única manera que tengan buena parte de aquellos que cubren el conflicto de Medio Oriente de auto validarse sea mediante la eterna repetición – aunque se presuma siempre una novedad - de aquello que, pretende, es la realidad o su reflejo veraz
Esta organización, y la Autoridad Palestina – lideradas por Mahmud Abbas – han dado material suficiente para explicar lo que, pretenden los medios y no pocos organismos internacionales, se considere inexistente: la responsabilidad directa de ambos entes en la generación de tensión, enfrentamientos; de violencia.
La estrategia y finalidad del liderazgo palestino es evidente: recurre a la imitación, primero, y a la apropiación, después, de legítimas y sonadas causas ajenas, de la bandera de los derechos humanos, de la justicia universal
Lo que sigue a continuación provocará seguramente en el lector la sensación de que ya ha leído lo que se dice. No una, sino varias veces. Que lo ha leído aquí. O, acaso, en alguna otra plataforma puntual: el sistemático silencio mediático en español sobre la realidad de Gaza