Dada la relevancia de la red X, en la que la inmediatez permite seguir la noticia al minuto, seguimos analizando algunas de las tendencias mediáticas en el tratamiento de la información respecto a la liberación de los secuestrados israelíes por Hamás.
Si la primera liberación de secuestrados se caracterizó por un intento de medios y periodistas en centrar la información en el sufrimiento gazatí, la segunda liberación repitió algunas de las tendencias, pero en esta ocasión para centrarse en dar una impresión de victoria de Hamas.
- HAMÁS TRIUNFANTE
Desde el principio de la guerra, y especialmente con la tregua, el activismo anti israelí busca transmitir una idea de derrota del estado judío. Teniendo en cuenta que los hechos objetivos no acompañan esa lectura, fueron las redes sociales, donde se maneja más la emoción que la razón, por donde se insistió especialmente en mostrar una imagen de un Hamás triunfante.
Este es un aspecto muy importante porque Hamás necesita desesperadamente un simulacro de victoria. Es un modo de que la idea que lo sustenta, eliminar a Israel del mapa, sobreviva a la debacle sobre el terreno. A la vez, la imagen de triunfo les permite conservar ese atractivo para los jóvenes, esencial en el mundo de la Yihad, que les otorga una especie de aura de invencibilidad. También, un éxito de Hamás les aseguraría que seguir llevando las riendas de la franja de Gaza, ya que aplastaría toda oposición interna puesto que nadie se atrevería a confrontarse a esos verdugos todopoderosos. De modo que una imagen de victoria, les permite mantener su atractivo exterior, el terror interior y que no ceje la guerra contra el vecino.
En este caso, el “retorno”, tan enfáticamente puesto en las mayúsculas del deseo, remite claramente al propagandístico “derecho al retorno” que como declaró Sahar Habash, unos de los consejeros de Yasser Arafat, “es la carta ganadora, que significa liquidar a Israel”.
- IMAGINERÍA DE HAMÁS
Karina Ariev, Daniella Gilboa, Naama Levy and Liri Albag fueron secuestradas a la vista de todos en pijama, desarmadas y ensangrentadas. Prestaban su servicio militar obligatorio en un puesto de observación.
No obstante, las cuatro jóvenes fueron devueltas vestidas de militar, lavadas y en medio de un show de propaganda, en el que fueron obligadas a sonreír y saludar a una multitud de gazatíes. Hamás mostraba así, no sólo su músculo, pero en una cínica burla, pretendía blanquear un secuestro de 477 días.
La mayoría de los medios compró la idea y ofrecieron en portada las imágenes de las jóvenes sonrientes, transmitiendo una idea de festejo y sin incluir el contexto macabro. Por ejemplo, EFE:
“Ceremonia multitudinaria” y “escenario”, una alegre normalización, como si de un concierto se tratara, cuando era más parecido a una ejecución.
Y si por un lado los principales medios de comunicación se prestaban a convertirse en altavoz del terrorismo, por otro lado fue muy interesante fue la reacción de usuarios en redes sociales que pusieron el contexto que los “profesionales” ocultaban.
Por ejemplo, la asociación de mujeres franco iraníes, Association Femme Azadi tuiteaba, junto al video difundido cuando fueran secuestradas las jóvenes, una contundente respuesta a tanto medio rendido a las imágenes que Hamás deseaba mostrar al mundo:
“No participaremos en la nauseabunda propaganda de Hamás difundiendo su grotesca escenificación de una multitud histérica y decenas de terroristas desfilando tras encontrar por fin sus uniformes… no olvidaremos cómo fueron secuestradas estas jóvenes. No olvidaremos pantalón ensangrentado de Naama al ser violada, la parte trasera de sus pies cortada con un cuchillo para que no pudiera huir, los gritos de «Allah Akbar» a su alrededor con un terrorista arrastrándola por el pelo mientras sangraba por todas partes, no olvidaremos todas estas imágenes ni este vídeo. Toda la escoria del mundo puede fingir que se les ha tratado bien, ¡la gente civilizada sabe de lo que son capaces estos monstruos! A cambio de sus vidas y las de los demás rehenes, cientos de criminales y terroristas serán liberados.”
Destaquemos en España, que el diario El Mundo no se dejó llevar por la marea mediática y fue de los pocos medios que emplearon las imágenes en el contexto del secuestro, y mostrando la foto más amplia en la que se apreciaba a los terroristas de Hamás rodeando a las chicas.
Aunque sea un medio francés, queremos mostrar otro ejemplo de tratamiento de la imagen. En este caso LCI ofrecía las caras borrosas de las jóvenes y mostraba claramente la extorsión a la que estaban siendo sometidas.
- EQUIPARACIONES
Para que la imagen de Hamás pudiera salir reforzada, no bastaban sus imágenes y su delirio de victoria, había que acompañarlo de una legitimación de sus actos. Eso es algo que, aunque los principales medios llevan muchos años esforzándose en ello, cobra picos de intensidad cada vez que hay alguna víctima judía que pudiera crear cierta empatía, o aunque sea poner en duda la ética de los actos del grupo terrorista.
Pero el activismo anti israelí siempre encuentra algún buen motivo para que un niño judío de dos meses sea secuestrado, o para que un viejito sea apuñalado en una parada de bus, o para que masacren y torturen a 1200 personas.
En esta ocasión, la consigna era hablar de “intercambio de rehenes” e incidir en el hecho de que las chicas que hacían el servicio militar eran soldados.
El diario español ABC.es publicaba un artículo en el que cada vez que las cuatro jóvenes eran mencionadas, se acompañaba por el concepto de que eran soldados o militares o que eran parte del ejército de Israel. Más allá de que técnicamente serían “conscriptas”, llama la atención que no se menciona ni una vez que los miembros de Hamás son terroristas. Hiper adjetivación para unos, discreto silencio para otros.
Recordemos que, a cambio de las cuatro conscriptas, salieron de las cárceles 200 presos palestinos, de los cuales 121 fueron condenados a cadena perpetua y 79 a largas penas en prisión. Entre ellos hay al menos cuatro destacados terroristas. Por ejemplo Wael Qassem, que participó en una serie de atentados con 35 muertos y 150 heridos. O Ashraf Zaghaiar, responsable del atentado suicida contra la calle Allenby de Tel Aviv en 2002. La explosión mató a seis personas e hirió a 70.
Sin embargo, medios como RTVE prefirieron ocultar esa información, porque en general, sea cual sea el tema tratado, en dicho medio, la versión israelí suele ser omitida.
El “intercambio de rehenes” fue la tónica constante del diario ABC.es, como lo fue también de El País. Estos medios ofrecieron unos titulares que cumplían a rajatabla lo que Hamás deseaba transmitir: las jóvenes eran “militares” o “soldados”, estaban felices de su secuestro y los presos palestinos, juzgados en tribunales de un estado democrático y en muchos casos con delitos sangrientos de terrorismo, se convertían en “rehenes”.
*Anotemos de paso, que contrariamente a lo que ABC.es sostiene, no fueron esas cuatro jóvenes las que Hamás “había acordado” liberar. El grupo terrorista se había comprometido a liberar a cuatro civiles, y tal fue la importancia de que no hicieran lo “acordado” que a raíz de eso casi se frena el acuerdo de tregua.
Pero nada parece importar ya en unas redacciones totalmente entregadas a una de las partes en conflicto. Y no precisamente a la parte democrática.
Por cierto que este esfuerzo de medios como El País o ABC.es de quitar legitimidad a la justicia de Israel convirtiendo en “rehenes” a presos juzgados con todas las garantías, también sucedió en Francia, en un medio como Franceinfo, nada sospechosos de ser amigo de Israel. La respuesta del medio fue inmediata:
“A raíz de un error inadmisible, un titular totalmente inapropiado relativo a la situación en Oriente Medio se emitió brevemente en uno de nuestros informativos del canal 27 de franceinfo.
La persona responsable ha sido suspendida.
Pedimos disculpas a los telespectadores”.
En España, mientras, los medios principales siguen difundiendo “errores inadmisibles” y titulares “inapropiados”, con toda impunidad.