Europa Press: bebiendo los dichos de Hamás

¿Cómo se denomina a la actividad de difundir las afirmaciones de una parte de un conflicto? Informar no es. Al menos, no periodísticamente. Falta, precisamente, el elemento del oficio del reportero.

¿Y cómo se designa al acto de repetir fielmente las aseveraciones de un grupo terrorista como Hamás? No, tampoco es informar. Es algo bien distinto.

Pues bien, eso hacía la agencia española de noticias Europa Press el 28 de octubre de 2025: asumía las definiciones de Hamás, sus cifras, sus excusas y sus dichos. Sin mediar la más mínima corroboración. Ni el paripé de una tal verificación. Como suele decirse, con alevosía.

El primer párrafo:

“El brazo armado del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) ha anunciado este martes que durante la jornada ha conseguido recuperar de entre los escombros en la Franja de Gaza los cuerpos de dos rehenes que habían sido secuestrados durante los ataques ejecutados el 7 de octubre de 2023 contra Israel, en medio del frágil alto el fuego en el enclave palestino, donde el Ejército israelí ha retomado los bombardeos tras acusaciones cruzadas de violaciones del acuerdo”.

A priori, y para una audiencia con poco conocimiento de los actores del conflicto, parecería “correcto”.

Pero no. Ya de entrada le hurta al lector del hecho de que Hamás no es un “movimiento de resistencia”, sino un culto genocida de carácter supremacista cuyo objetivo es la eliminación del estado judío para implantar en su lugar uno donde prevalezca la ley islámica.

Y lo de ataques, se queda en ínfima definición. Fue una masacre. Que incluyó violaciones sistemáticas, incineraciones, torturas, secuestros… Mucho más que un mero ataque: una escenificación de la brutalidad, del desprecio a la vida del otro. Es preocupante que personas que han pasado por una universidad sean incapaces de discernirlo.

Segundo, lo de “recuperar de entre los escombros en la Franja de Gaza los cuerpos de dos rehenes” había sido ya puesto en entredicho por imágenes captadas por drones del ejército israelí, donde se aprecia que presuntos efectivos de Hamás entierran una bolsa con un cadáver para luego “encontrarlo”.

La supuesta dificultad para encontrar los restos de los israelíes secuestrados es una baza de Hamás para dilatar el cumplimiento de la primera fase del acuerdo del alto el fuego. Es, además, una fórmula propagandista que quiere instalar la idea de que, por un lado, tal contratiempo se debe a la destrucción “masiva” provocada por Israel – y la agencia, eludiendo túneles e infraestructura civil utilizada por Hamás para fines militares, se así eco: “en el marco de las labores de búsqueda de cadáveres en la devastación causada por la ofensiva israelí” -; y por otro, que los rehenes murieron por ataques de ese país.

Cabe recordar que hace unos días devolvieron al estado judío un cadáver que no pertenecía a ninguno de los israelíes asesinados por el grupo terrorista palestino, o cuyos cadáveres Hamás se llevó a Gaza el 7 de octubre.

Es más, el día antes a que Europa Press publicara este texto, la perversidad de Hamás se evidenciaba aún más, si cabe: entregaba a Israel restos de un israelí secuestrado del festival de música Nova. Pretendía el culto genocida devolver restos de Ofir Tzarfati por primera vez. Pero no. Era la tercera. Para que quede claro: tercera vez que devolvía restos de una misma persona.

Esa es la fuente de Europa Press. Y de sus dichos y estadísticas se aferra como a una verdad incontestable:

“El Ejército israelí desató una cruenta ofensiva contra Gaza tras los citados ataques que ha dejado hasta la fecha más de 68.500 muertos y 170.400 heridos, tal como han denunciado las autoridades gazatíes controladas por Hamás…”.

Los números que proporciona la brutal organización Hamás buscan instalar la idea de un crimen de lesa humanidad, de que Israel ha matado intencionadamente a civiles. Pero esas cifras han estado más que en duda desde el principio.

El año pasado, un estudio publicado (7 de marzo de 2024) por la revista Tablet, ya advertía sobre el problema de los datos proporcionados por Hamás: los números no son reales. “Es evidente para cualquiera que entienda cómo funcionan los números naturales. Las víctimas no son abrumadoramente mujeres y niños, y la mayoría pueden ser combatientes de Hamás”. Y añadía que “tal vez lo que está sucediendo es que el ministerio de Gaza está publicando cifras diarias falsas que varían demasiado poco porque no tienen una comprensión clara del comportamiento de las cifras que se producen de forma natural”.

Ese mismo año, en su número de marzo de 2024, la revista inglesa Fathom publicaba un extenso estudio estadístico de las cifras de Hamás titulado “Estadísticamente imposible: Análisis crítico de las cifras de víctimas infantiles y femeninas de Hamás”. En el mismo afirmaba que la figura del ‘70 por ciento de víctimas civiles’ de las que da cuenta el ministerio de Hamás, “se contradice con las estadísticas que ofrecen los propios informes del Ministerio de Sanidad. [Ergo,] se trata de una herramienta de desinformación basada en la manipulación estadística y no en la realidad sobre el terreno”.

Además, más recientemente, el analista e investigador Salo Aizenberg indicaba lo que se ha señalado tantas veces; en las listas de muertos proporcionadas por Hamás no se identifican los combatientes, ni se indica la causa, lugar, ni fecha de la muerte de ninguno de los listados – aunque, menciona, Hamás parece tener esos datos -, y no se hace ningún esfuerzo por separar las muertes naturales de aquellas causadas por las fuerzas de defensa de Israel y las provocadas por Hamás u otros grupos terroristas palestinos.

Pero, Europa Press bebe y bebe y vuelve a beber de la propaganda de Hamás.

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