Cualquier noticia sobre un evento o suceso donde se entrevea su utilización por parte de la llamada “causa palestina”, esto es, para pueda ser usufructuado como plataforma para calumniar a Israel, será también sospechosa de traficar con tales elementos y de practicar, casi con seguridad, alguna omisión o de incurrir en alguna fabricación (voluntaria o no).
Y como todo espacio público que ofrezca un mínimo de visibilidad es tomado por los adalides de tal “causa”, Miss Universo no fue la excepción. Así, el diario El Mundo contaba el 28 de agosto de 2025 que Nadeen Ayoub representará a Palestina en dicho certamen de belleza. Además de ensalzarla ampliamente, decía que Ayoub es nacida en Ramallah, “hija de un abogado y una educadora”, y que “su infancia y juventud transcurrieron entre Estados Unidos, Canadá y Palestina”. A su presentación seguía una elogiosa enumeración de sus emprendimientos y carrera.
Llamativamente, el medio The New Arab – medio árabe con sede en Londres – evitaba el 27 de agosto de 2025 mencionar el lugar de nacimiento de la concursante. En su lugar, sólo mencionaba que se “crio entre Palestina, Estados Unidos y Canadá”, y que “tiene raíces familiares que se extienden desde Jafa a Cisjordania”. ¿Por qué no mencionar su lugar de nacimiento?
Unos días antes, Newsweek también eludía especificar el lugar concreto de nacimiento de Ayoub, y elegía la misma fórmula que el medio árabe citado. Por su parte, el sitio árabe-estadounidense Al Monitor seguía idéntico molde. The National, de los Emiratos Árabes Unidos, variaba un poco, para indicar que “vive entre Dubai y Ramala”. Una y otra vez, la búsqueda daba con la misma pauta esquiva: se crio en tal y tal lugar, sin lugar de nacimiento; una verdadera miss universo.
Pero es que ni ChatGTP pudo dar con nada concreto. Su respuesta al interrogante sobre el lugar de nacimiento de Ayoub fue: “Hay discrepancias: algunas fuentes indican que nació en Michigan, EE. UU., mientras otras señalan que nació en Ramala”.
Vamos, que puesto a no encontrar nada sustancial sobre Nadeen, tampoco sobe sus padres pudo encontrar algo en el enjambre de datos del universo virtual: “Según las fuentes disponibles, no hay registros públicos confiables sobre el lugar de nacimiento de los padres de Nadeen Ayoub. Son originarios de zonas de Palestina —como Yafa (Jaffa) y Cisjordania—, pero no se especifica dónde nacieron ni se muestra evidencia clara sobre su lugar de nacimiento exacto”.
De hecho, el New York Post se sorprendía (26/08/2025) de la poca información biográfica oficial, para ser una reina de belleza, que hay sobre Ayoub en sus redes sociales o en la página web de la Organización Miss Palestina. Y el propio medio daba una idea del porqué de ese esquivar generalizado a concretar un lugar de nacimiento: “se informa que nació en Estados Unidos”.
Uno podría preguntarse qué tiene eso que ver. Es que la narrativa palestina, y la que la apoya, han creado esta dualidad absoluta, que no admite más que absolutos: los “palestinos son absolutamente ‘autóctonos’”, los “israelíes son colonos europeos o estadounidenses”.
Además, el mencionado medio advertía que Ayoub, figura como fundadora y directora de la Organización Miss Palestina, el grupo responsable de su título, y que el NY Post no pudo “encontrar ningún registro de que se haya celebrado un certamen de Miss Palestina, ni los nombres de otras concursantes, ni la forma en que se inscribieron para participar”.
Ya el olor a “causa” es inconfundible. Es decir, la cooptación reiterada de un evento no político para transformarlo en un medio para la difusión de mensajes propagandísticos. En resumen, otra instancia más para repetir acusaciones de crímenes y libelos contra Israel a un público más amplio aún.
En efecto, según citaba el mundo, Ayoub declaraba que “No ha habido otra Miss Palestina desde 2022 debido al genocidio”. No falla. Un rostro ameno para un fin tétrico. “Miss Universo es una plataforma enorme [lo dicho, la “causa” todo lo macula], y existe una gran responsabilidad en denunciar lo que sucede en Gaza. Nadie debería callar ante la injusticia que está ocurriendo. Este es el momento en que Palestina necesita estar representada en todas partes”, dijo la postulante, mientras terminaba de tragar los términos Hamás, Catar, República Islámica y Yihad Islámica Palestina; que afean el rostro y el relato.
Pero El Mundo, obedientemente ofrecía el relato de Ayoub sin notar las llamativas discrepancias respecto de su lugar de nacimiento, ni preguntarse cómo fue el concurso en el que salió elegida como Miss Palestina, siendo que el propio medio indicaba que “en 2009 llegó a aplazarse después de que 16 de las 20 candidatas no se presentaran finalmente por presiones sociales, familiares y religiosas. Por entonces, el certamen vetaba entre otras cosas los desfiles en bikini”.
Y ¿por qué ocurre esto?
Muy sencillo, porque el texto no es un artículo periodístico, es una suerte de comunicado de prensa que regurgita; es, sin más, un acto de sometimiento a un relato, a una ideología.