El 22 de julio de 2025 la agencia EFE publicaba otro despacho sobre Gaza en el que no había conflicto, solo víctimas.
Al menos 14 muertos en un bombardeo israelí contra un campamento para desplazados en Gaza
Como en un parte de guerra unilateral, y siguiendo una tendencia mediática la nota repetía sin contraste alguno las cifras y relatos de Hamas. Un Israel que bombardea campamentos de desplazados sin ninguna explicación por el mero placer de masacrar. Ni una mención a la posible presencia de combatientes.
Pero lo que era un paso más adelante era el último párrafo que supuestamente añadía contexto a la información:
“Desde que el Gobierno de Benjamín Netanyahu iniciara suinvasión contra la devastada Franja de Gazaen octubre de 2023, más de59.000 gazatíes han muerto,la mayoría mujeres y niños, y más de 142.000 personas han quedado heridas, muchas con lesiones de por vida y amputaciones, según las autoridades palestinas”.
Una flagrante omisión de la masacre del 7 de octubre, la invasión de Hamás que inició la guerra actual y que EFE borraba de un plumazo.
Lo que hace EFE no es informar, es militar en un relato que ya ha escogido culpables y víctimas sin matices. Cuando se repite un parte único, sin contexto ni contraste, no hay periodismo: hay propaganda.