ABC retira un artículo erróneo

El 26 de abril de 2018, el diario español ABC publicó un artículo que posteriormente, tras varias quejas a través de diversos canales, decidió retirarlo. Honra al diario esta decisión, pues que el texto era una sucesión de errores y despropósitos.

Y es que el artículo en cuestión, titulado “El día que la ONU le regaló la mitad de Palestina al sionismo para fundar el Estado de Israel”, parecía más bien el trabajo de un flojo estudiante de bachillerato.

Entre los numerosos errores, encontramos los siguientes:

1- El titular

La ONU, en realidad, no sólo no les regaló nada a los judíos, sino que les quitó aún más de lo que la Liga de las Naciones se había comprometido a otorgarles en 1922. Aún más, porque Gran Bretaña decidió recompensar la ayuda de los árabes en la guerra contra los otomanos, con la creación del Reino hachemita de Transjordania (luego Jordania).

Además, el titular pretende sugerir que allí había una soberanía árabe/palestina. Cosa que no es cierta. Aquí vale la pena resaltar que los árabes aborrecían el término “Palestina”, al que identificaban como una denominación colonialista. En su lugar, preferían el término “Siria del sur”.

2- El subtítulo

Reza:

“El sentimiento de culpabilidad por el holocausto nazi ayudó a que los occidentales velaran por el nuevo país de los hebreos”

La idea de vincular la Independencia de Israel con el Holocausto, busca desvincular las raices históricas de los judíos con su tierra ancestral, con Judea, y pretende identificar la creación de Israel como una imposición occidental, y por lo tanto colonialista.

Si la historiadora hubiera estudiado la Historia habría descubierto que existe un antes de 1948, como ya hemos indicado arriba.

3- Las fuentes

Llamativo que para escribir un artículo sobre el conflicto palestino-israelí en lugar de recurrir a fuentes altamente especializadas en el tema, se elija un Historiador más centrado en cuestiones sobre África (y del que sólo puede encontrarse un breve libro de 1992 sobre el asunto, y un artículo sobre el 50º aniversario de Israel) y una periodista cuyo tratamiento de Israel deja mucho que desear.

Al punto que llega a afirmar que “Solo les faltaba [a los judíos] conseguir un territorio para instalarse y, como el mundo ya tenía las fronteras marcadas al milímetro, está claro que había que quitárselo a alguien. Le tocó a Palestina”. Sólo que Palestina no era un estado. No era más que un territorio administrado por Gran Brentaña (anteriormente, Imperio Otomano).

4- Despropósitos varios

Pero la comprensión del conflicto brilla por su ausencia en este texto. Elegimos unos cuantos, porque son demasiados.

“La interminable guerra árabe-israelí por la disputa territorial en Palestina se ha convertido en uno de los escenarios más desoladores de humanidad. A ambos les cegaba la codicia por la tierra y la hegemonía religiosa…”

“Uno de los escenarios más desoladores de humanidad”.
Poco al tanto está la autora de Siria, donde en siete años de guerra civil hay, según el Observatorio sirio más de 500.000 muertos; 5,6 millones de personas han abandonado el país y hay 6,6 millones de desplazados internos.

Además

Tan poco cegaba a los una codicia territorial, que aceptaron, aunque no les gustara, la partición propuesta por la ONU. Fueron los árabes quienes dijeron que no y lanzaron una guerra total contra el recién nacido Estado judío.

Tan poco cegaba a los judíos una codicia territorial que en sendas ocasiones ofrecieron acuerdos de tierras para un futuro estado palestino a cambio de paz. Ofertas que, vez tras vez, los palestinos rechazaron.

Tan cegados estaban los judíos por la hegemonía religiosa, que habiendo unificado Jerusalén luego de otra agresión árabe (Guerra de los Seis Días, 1967), le cedieron la custodia de los lugares santos musulmanes (entre ellos, la Mezquita de Al Aqsa y el Domo de la roca, ubicados en el Monte del Templo, el lugar más sagrado del judaísmo) al Waqf islámico controlado por Jordania.

5- Y entonces llega, no podía faltar, el Holocausto

“El sentimiento de culpa azotaba a Europa tras el Holocausto nazi; perpetrado en su gran mayoría contra los judíos. Sin embargo, en el intento de mitigar el dolor de las víctimas que lograron sobrevivir; decidieron partir en dos a Palestina”.

El Holocausto no fue perpetrado “en su gran mayoría contra los judíos”. Se trató del intento de eliminación de un pueblo de manera sistemática. Hubo otras víctimas del nazismo. Pero la Shoá, la industrialización del asesinato, se estableció para acabar con los judíos europeos. Ese era el fin. Tan sólo los judíos tuvieron su “solución final”.

Otra vez, no se partió la parte restante del Mandato Palestino por eso. Véase la resolución de San Remo que, según algunos expertos en derecho internacional, convertía a la Declaración Balfour en una obligación. Véase el artículo 22 del documento de la Liga de las Naciones que establecía el Mandato de Palestina.

Ni idea de qué es el sionismo, pero escribe sobre ello:

“Aunque los judíos parecían quedarse tranquilos, los sionistas –el núcleo de poder político de esta comunidad- querían Palestina entera; al igual que los árabes que estaban furiosos. Porque además de expropiarles la mitad de su tierra; se la habían entregando a sus hermanos semitas, con los que estaban enfrentados desde los tiempos de Abraham”.

Aclaración: El sionismo es el movimiento de autodeterminación judío.

Los sionistas querían básicamente aquello (disminuido, por la creación de Jordania) con que las potencias se habían comprometido en 1922.

Nadie expropió la mitad (recuérdese que aproximadamente el 80% se le había otorgado a los árabes: Jordania) de ninguna supuesta tierra árabe. Esa región había pertenecido al Imperio Otomano y luego de la Primera Guerra Mundial pasó a ser administrado temporalmente por Gran Bretaña. No era propiedad árabe.

Nadie les entregó nada a los judíos. Se restituía su vieja nación.

Por cierto, Abraham es muy anterior al nacimiento del Islam…

6- Invenciones y la barbaridad de turno

“Sin embargo, en ese nuevo país del que habla Martínez Carreras, no tenían cabida los musulmanes. De esta manera, los mismos métodos con los que fueron tratados durante toda la Historia; los proyectarían con el pueblo palestino”.

Tan poca cabida tenían, que la población árabe ha aumentado drásticamente, tanto en Israel como en Gaza y Cisjordania.

¿A qué se refiere con los “métodos con que fueron tratados durante toda su Historia”? ¿Pretende sugerir una correspondencia entre el nazismo e Israel? Eso parece. Y tiene una definición muy clara: antisemitismo.

Instrucciones explícitas para huir (extracto de un artículo del analista de CAMERA Gilead Ini):

Los líderes palestinos instruyeron explícitamente a los palestinos a abandonar sus casas. El Gran Mufti de Jerusalén, Haj Amin al Husseini, le dijo a una delegación de árabes de Haifa en enero de 1948 que debían “sacar a las mujeres y niños de las áreas peligrosas para reducir el número de víctimas”, y siguió promoviendo evacuaciones en los meses siguientes. De hecho, sólo unos meses después, cuando los líderes británicos, judíos y árabes trabajaban para negociar una tregua, de conformidad con las órdenes del Mufti, el lado árabe insistió en una evacuación completa de todos los residentes árabes, para gran sorpresa de todos los involucrados.

En forma similar, el liderazgo nacional palestino (o “Comité Superior Árabe”) publicó un panfleto en marzo de 1948 exhortando la evacuación de mujeres, niños y ancianos de las áreas afectadas por la lucha. El liderazgo palestino local (o “Comité Nacional”) en Jerusalén atendió este llamado y ordenó a los árabes de Jerusalén a evacuar estas poblaciones, y les aseguró que quienes se resistieran a hacerlo serían vistos como “un obstáculo a la Guerra Santa” y como “entorpecedores” de las acciones de los luchadores árabes.

La Legión Árabe de Jordania ordenó que las mujeres y niños salieran de Beisan, un pueblo cercano a la frontera jordana y un punto anticipado de invasión por la Legión.

En Tiberíades, los líderes árabes locales eligieron despejar el pueblo de sus residentes árabes, lo que hicieron con la ayuda de las autoridades británicas. En Jaffa, después que los británicos forzaron a los milicianos judíos a retirarse de la ciudad, líderes árabes locales organizaron la evacuación de aproximadamente 20.000 residentes que no habían huido aún durante la lucha o anteriormente.

Escenas similares ocurrieron en docenas de pueblos árabes por todo el país.

A algunos aldeanos no sólo se les dieron instrucciones de irse, sino que de hecho los milicianos árabes extranjeros los expulsaron, por temor a que los árabes locales se aliaran con los judíos, o para utilizar las casas de los residentes como alojamiento.

En una serie de casos, los líderes judíos pidieron encarecidamente a los árabes que se quedaran en su sitio. El sorpresivo anuncio realizado por los líderes palestinos de Haifa de que “la población árabe deseaba evacuar” fue seguido de inmediato por una súplica llorosa del alcalde judío de la ciudad, Shabtai Levy, para que los líderes reconsideraran. El representante superior de Haganá en Haifa también les aseguró a los árabes que si se quedaban “disfrutarían de igualdad y paz, y nosotros, los judíos, estábamos interesados en que se quedaran y en mantener relaciones armónicas”. El comandante británico en Haifa, Hugh Stockwell, insistió enfáticamente en que los árabes estaban cometiendo un error, y también los instó a cambiar su decisión, que según se dice provenía del Comité Superior Árabe en Beirut.

Incluso cuando los árabes salían continuamente de la ciudad en barcos y camiones británicos, el liderazgo judío continuó la exhortación para que se pusiera fin al éxodo, e insistió en que quienes habían partido debían regresar. “Los judíos hicieron todo el esfuerzo posible para persuadir a la población que se quedara y siguiera su vida normal”, reportó el superintendente de la policía británica. Un miembro del Comité Nacional Árabe, Farid Saad, admitió que líderes judíos “han organizado una gran campaña de propaganda para persuadir a [los] Árabes a regresar”. Sin embargo, la mayoría no regresaron. Los árabes que huyeron de Haifa constituían aproximadamente el 10 por ciento del total de los refugiados palestinos árabes, e influenciaron a innumerables otros para que los siguieran.

Igualmente, en la ciudad de Tiberíades, que se evacuó con la ayuda, y quizás por requerimiento de los británicos, un representante judío de alto rango apeló infructuosamente contra la evacuación ante el gobernador británico.

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